Capítulo 58

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Llegamos al karaoke. En la entrada se encontraban unos tipos que nos saludaron educadamente, les devolvimos el saludo y seguimos caminando. La luz era algo tenue, pero mientras más nos adentramos pude ver que el lugar era bastante espacioso. Lo primero que vimos fueron dos mesas de billar con gente a su alrededor y bebidas en sus manos. Más lejos, en una de las paredes, se encontraba una barra con taburetes. En el centro de todo algunas mesas circulares con sus respectivas sillas, y pegado a la pared que daba frente a la barra y las mesas, un pequeño escenario donde alguien estaba cantando.

Fuimos hasta la barra y nos sentamos en los taburetes. Ahí había más luz. Vimos las opciones que había de bebidas. Luego de un rato se acercó un chico sonriente, parecía de mi edad.

—Hola —me dijo—. ¿Ya sabes que vas a pedir? —sonaba agradable.

—Hola —le sonreí—. Mmmh... —lo pensé un poco— pues, simplemente agua.

—Buena elección para empezar —bromeo y reí—, ¿nada más? —Mire a Noha, que aún estaba observando las opciones.

—Noha —le hable.

—¿Si? —me miró.

—¿Tu que vas a pedir? —le pregunté.

—Espera un segundo —dijo y se giró una vez más a las opciones. Mire al chico nuevamente, el observaba a Noha y ahora tenía sus mejillas rojas, se veía algo nervioso, pero miraba a Noha como si le gustara lo que estaba viendo. Se giró y vio que lo estaba observando, le sonreí y me devolvió el gesto.

Entonces Noha dijo:

—Una cerveza. Bueno, no, mejor una... —hizo una pausa—. No, está bien. Una cerveza —dijo ahora mirando al chico, este asintió.

—Bien, ya se los traigo.

—Gracias —dije y se fue luego de sonreírnos.

Al alejarse vi que su compañera le decía algo, ella se reía y él parecía negar algo. Vi como la chica sin disimular en lo absoluto miró a Noha y luego de nuevo a su amigo, entonces mire a Noha.

—¿Viste eso? —pero estaba viendo como alguien cantaba en el karaoke.

—¿Qué cosa?

—Creo que le gustaste al chico.

—¿El barman? —pregunto confundido.

—Si, tonto —me reí. Busco con la mirada al chico, pero no lo vio. Giro a verme de nuevo y su cara del típico arrogante resurgió después de tanto tiempo.

—Es que soy irresistible para todos —se encogió de hombros.

—Es que el chico quizá no vea bien —admití para molestarlo.

—Entonces tal vez tú tampoco veas muy bien —dijo sonriendo—. Bueno... es una lástima para el chico este, pero no estoy disponible —lo mire tratando de no reírme—, solo para una persona en especial —sus ojos miel parecían brillar más que nunca, las ganas de reírme se fueron y solo sentí una sensación desconocida en todo el cuerpo, pero principalmente en mi estómago.

—¿Quién será esa persona tan afortunada? —dije con algo de sarcasmo. Noha iba a responder algo pero apareció el chico con nuestras bebidas y dos vasos. Busque dinero, lo deje en la barra y se la acerque al chico. Tome mi agua, bajé del taburete y me aleje unos pasos. Noha repitió mi acto, pero en vez de dejar el dinero en la mesa se lo entregó en la mano sonriéndole.

—Gracias —le dijo y le guiño el ojo. La sangre subió por las mejillas del chico nuevamente.

—De nada —dijo nervioso y en un intento de sonrisa. Noha pasó por delante de mí, tomó mi mano y me guió a una mesa libre. Estaba en el centro de todo. Nos sentamos y lo mire esperando a que hable, él estaba abriendo su cerveza como si nada hubiera pasado— ¿Qué?

Mientras el crimen sucedeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora