Capitulo 39

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Desperté con un dolor tremendo en todo el cuerpo. Abrí los ojos y no vi nada más que oscuridad, ¿qué mierda paso? Pensé mirando hacia arriba. Poco a poco mi vista se adaptó al ambiente y vi que una pequeña hendija dejaba entrar luz. No recuerdo nada... Estaba muy mareada... ¿cuánto hace que estoy aquí?

De repente sentí una punzada fuerte en mis piernas, mire y estaban completamente desnudas, mi ropa no estaba, solo tenía puesto un gran batón "blanco" que dejaba ver como mis piernas estaban llenas de moretones violetas, eso quiere decir que paso al menos dos días desde que me golpearon.

Quise levantarme, pero no pude. Más allá de que mis piernas no me dejaban, unas cadenas enormes atadas a mis tobillos tampoco me lo permitían.

Estaba atrapada... sola, Y hecha un desastre. Deje caer mis brazos a los costados de mi cuerpo después de intentar sacarme las cadenas. No servía de nada intentar algo, porque igual no podría salir de aquí, la puerta no tiene picaporte del lado de adentro, así que, no hay forma de que pueda abrirla.

Toque mi rostro, no sentía nada, mis manos estaban bañadas en sangre seca, una pequeña gotita de agua salada cayó sobre la sucia bata que traía.

¿Qué me paso? ¿Porque no recuerdo nada? ¿Dónde están los demás? ¿Dónde está Noha?

Necesitaba a mis amigas, a Paipper, a Emma, a Dimitri... los necesito ahora, a los tres, juntos como antes, riéndonos de todo. Pero eso sería imposible. No quería admitirlo, pero en realidad, desde que Paipper murió, todos nos distanciamos notoriamente, porque claramente algo faltaba, pero a pesar de eso, siento que es mi culpa, yo no les confiaba a mis amigos mis problemas, todo lo que me pasaba. Pude haberle contado a Emma, ella tiene magia, así que, me entendería, o a Dimitri porque sé que él trataría de creerme para no hacerme sentir una loca... pero nunca tome el suficiente valor para contar nada.

Él único que podría ayudarme ahora mismo era Noha y sus amigos.

Noha... ¿dónde estás...? Otra lagrima cayo. Lo único que podía pensar era en que lo necesitaba. Necesitaba que me saque de aquí. Algo me pedía un abrazo suyo, de esos que te hacen sentir que no estás sola... aunque tenga que soportar sus estúpidos chistes, o su sarcasmo.

No sabía qué hacer, la desesperación se estaba apoderando de mí así que grite, con toda la fuerza que me quedaba, como si me fueran a escuchar en algún lugar de este maldito infierno.

De pronto la imagen de una rubia con el ceño fruncido y en compañía de dos hombres se apareció en mi cabeza, Eva... pensé. "¿DÓNDE ESTA EL MALDITO LIBRO? PERRA, YO SÉ QUE TÚ LO TIENES" escuche como si ella estuviera ahora mismo gritándome "MALDITA DESGRACIADA NO SABES CON QUIEN TE METISTE" "¿QUÉ NUNCA TE ENSEÑARON QUE LO QUE NO ES TUYO NO SE TOCA?" pero aquellas palabras solo estaban en mi cabeza. Los gritos y las imágenes de Eva aparecían y desaparecían muy rápido, eran como flashes. Junto a ellos también apareció la figura de un hombre alto y robusto que gritaba, no podía recordar que decía, pero sí el frio del agua helada que tiro sobre mí al ver que yo no respondía.

Al mirar hacia abajo de nuevo, note una cicatriz color roja en el antebrazo. Me llevo a recordar como una figura negra apoyaba un cuchillo al rojo vivo sobre mí. El dolor volvió casi al instante que recordé todo. Se me puso la piel de gallina. Entre mis gritos y lágrimas creí oír unos pasos rápidos. Me callé pensando que podía ser algún Edrio.

Gire la vista hacia la puerta y vi como vibraba tras el golpe que alguien daba desde el otro lado, no se abrió, pero solo basto otro golpe para que lo hiciera chocando contra la pared. Me sobresalte con el ruido. Logré ver una figura en el umbral de la puerta, y me sentí segura al ver quien era.

Mientras el crimen sucedeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora