_/\One Shots_ Inazuma eleven/\_

Paolo Bianchi

Dedicado a hope_mikaelson_242

Isla Licott, parecía ser un día relativamente tranquilo, a excepción de un adolescente jugando con un balón por las calles, una chica tras suya le decía que fuese con cuidado, pero el solo con su amplia sonrisa le dijo que no se preocupase, que él lo tenía controlado.

Pero entonces chocó un chico con él, haciendo que el balón saliese volando, y por ende , cayendo en un camión, que afortunados...

—Oye Mark ya es tarde mejor volvamos a la resi-... parecéis perros —murmuró ella al ver al Mark y al desconocido saliendo tras el camión

Sin pensarlo mucho persiguió a aquella pareja de idiotas según su criterio, ya tenía bastante por hacer de niñera del capitán, y para colmo, ahora tendría que cuidar a un desconocido.

—No sabes las ganas que tengo de golpearte —musitó ella mientras levantaba su puño

—Jajajaja, tampoco te pongas así Caro —dijo con nerviosismo el chico

—¿Cómo que no me ponga así? ¡Has salido corriendo tras de un camión por una pelota!, que bien, si, puede costar dinero, pero con todos los balones que jodéis por semana esa escusa no os salvaría

—Sois los de Japón ¿Verdad? —preguntó el italiano tratando de salvar a Mark

—¡Sí! ¡Así es! —sonrió el alargando su mano— ¡Mark Evans! mucho gusto

—Paolo Bianchi un gusto también —sonrió tomando su mano— ¿Y la señorita es...? —preguntó a su vez que le mostraba su mano

—Caroline —murmuró estrechando su mano— Me suenas bastante —admitió mirando con más detalle su rostro

—Por favor, no me mires así, que me sonrojo —bromeó él

Caro apartó la mirada molesta con un leve rubor a la vez que apartaba su mano y se cruzaba de brazos, al parecer ese loco por el fútbol no era tan parecido a Mark como se esperaba.

—Curioso... —susurró ella— Oye Mark, deberíamos volver ya a la residencia, los demás estarán esperando por nosotros

—Ehhhh, ¡pero aún es temprano! Me gustaría seguir jugando un ratito más, porfis Caro —dijo alargando la i, y haciendo un gesto de súplica con sus manos

—N-... espera un momento —dijo apartándose de los dos chicos y sacando su teléfono

—¿Tu hermana? —intuyó Paolo

—Nop, es la hermana de uno de nuestros jugadores, a decir verdad esos dos juntos dan bastante miedo —murmuró corriéndole un escalofrío

—Tu obsesión por el fútbol sí que da miedo —se mofó ella acercándose— Pablo ¿verdad? —preguntó mirando al chico

—Paolo —corrigió con una sonrisa algo forzosa

—Eso —sonrió apúntale— ya que estás vigílalo —dijo apuntando a Mark— me surgió un tema

—Ouhm... ¿Y yo que gano? —preguntó de manera divertida

—Pues... —murmuró pensando en una respuesta válida, que no fuesen demasiado ambiguas si podía ser— puedo ayudarte a vengarte de alguna persona —sonrió ella

—La verdad no tenía planeado vengarme de nadie —rio él ante la idea

—Bueno, pues vayamos por lo simple —resopló ella para besar su mejilla— ¿Te sirve? —le preguntó poniendo sus brazos en forma de jarra