Simeon Ayp

713 28 9
                                    

Narrador Omnipresente:

Los chicos de la segunda fase fueron tratados como ratas de laboratorio desde que eran pequeños por su poder telequinetico.

A cargo de todo estaba el presidente del dorado.

Pero un día, los chicos de la segunda fase lograron escapar de aquella pesadilla, y con ello, se llevaron también a una rehén bastante "importante".

—Así que tu eres la nieta del presidente que va a heredar todo el dorado —sonrió con malicia el albino— 

—Es raro que no te hayamos visto antes —dijo Meia mirando con atención a la chica que estaba delante de ella atada a una silla— No somos tan malos como vosotros, así que te permitiré decir como te llamas para no llamarte cosa

—Oh, mi dulce Meia, tan compasiva como siempre —recitó Giris tomando de la mano a la chica de cabello violeta—

—Giris —dijo con tono meloso mientras se hundía entre los brazos del chico—

—¿Y bien? —carraspeo Simeon—

—Beatrice

—Vaya, eres de sangre fría

Los tres chicos que estaban en frente de lo que sería la futura heredera al dorado, se quedaron confundidos, pensaban que estaría histérica y que diría algo como "¡Callaos! Cuando me suelte os meteré de nuevo a vuestras repugnantes celdas!"

Pero no, sus ojos estaban vacíos sin brillo alguno, de cierta forma los tres se sintieron identificados al ver esos ojos con falta de vida.

Simeon la miró con algo de pena, y se acercó para desatar las cuerdas que la mantenían atada.

La soltó, pero esta seguía sentada en la silla obedientemente.

—Estas pálida, ¿estás bien? —le preguntó Meia—

—Pensaba que tendrías el ego más subido por ser la nieta del presidente del dorado

La chica niega levemente.

—¿Acaso no estás feliz por tener una vida tan próspera? Diría que no te tenías que preocupar de nada

—Debería... Pero —miro al suelo mientras fruncida levemente el ceño— me odian, el abuelo me odia, fui un error

—T-tampoco lo digas de esa manera —intentó consolarla Meia— de seguro que aunque pase eso no sentiste lo mismo que nosotros

Beatrice levantó la mirada con aquel enorme vacío aún ahí.
Los tres se asustaron un poco, pero a la vez sentían mucha pena.

—Se lo que se siente estar encerrados mientras te toman pruebas dolorosas y no se preocupan de tu salud en lo más mínimo, se lo que es pasar hambre y estar encerrado en unas celdas que no te permiten ni ver la luz —dijo con la voz algo rota, subió sus pies a la silla y las abrazó— La nieta del presidente es solo un experimento más

—¿E-eres como nosotros?

Beatrice levantó su vista, y ahí se  pudo ver la primera emoción que sus ojos emitían, tristeza.

Asintió levemente y volvió a esconder su cabeza entre sus piernas.

Beatrice —llamó Simeon acercándose a la chica y posando una mano en la cabeza de esta con suavidad— ¿Quieres unirte a nosotros para tomar venganza?

—No... Sólo quiero desaparecer

Los tres chicos se miraron entre ellos y suspiraron, Meia dijo que se quedaría con ella y que los otros dos chicos saliesen del lugar.

_/\One Shots_ Inazuma eleven/\_Donde viven las historias. Descúbrelo ahora