Little Nightmares School AU

Fuga

Su casillero estaba hecho un desastre, como de costumbre, con los libros amontonados y las hojas dobladas, lápices que rodaban al abrir la puerta de metal que contenía una avalancha de material escolar se esparcieron por entre sus pies. Era una fortuna que nadie haya dicho nada referente a sus zapatos, siendo que no eran los reglamentarios, pero supuso que el uniforme distraía lo suficiente como para que nadie notara lo desgastado de su calzado. Luchó contra sus pertenencias empujando todo contra el fondo del casillero, creando un escandalo a su alrededor, peleando consigo mismo para no decir una maldición en su primer día de clases y extendiendo su mano hacia la primera libreta en blanco que encontró.

Tras esto, el movimiento de sus compañeros de clase hizo que su pequeño conflicto bélico personal. Unos chicos caminaron detrás de él y llamaron su atención:

-Hey, ¡Seven!

Hacia tiempo que no escuchaba ese apodo, no desde el año pasado, suficiente tiempo para él y para olvidar, sin embargo, no se molestó y por el contrario, cerró su casillero, rio ante el llamado y se regresó a contestar, su pelo castaño había crecido tanto que cubría un poco sus ojos, pero podía ver perfectamente.

-Todavía con eso, ¿eh? - respondió sin mayor problema Seven y dando una sonrisa a los chicos, los cuales le devolvieron el saludo y se marcharon a sus clases.

Seven tomó sus cosas, estaba dispuesto a marcharse cuando de repente se dio cuenta de algo importante: Su lápiz, que lo dejó dentro entre todo el jaleo. Se golpeó la cabeza contra la puerta en un acto de autocastigo, pero se calmó y solo abrió la puerta otra vez. Una vez más la avalancha se vino abajo, el solo suspiró y con mucha pereza de su parte, decidió solo dejarlo ahí y venir a recogerlo después... o quizá no.

Este pequeño inconveniente hizo que el pasillo se despejara, siendo que llegaría tarde, decidió emprender la marcha cuando de repente algo captó la atención del ya de por si distraído niño. Su compañera de clases, Six, niña la cual conocía de antes, venía entrando al pasillo; por un momento pensó que fue peculiar que ella en especial llegara tarde a clases, pero eso no fue lo que mayormente le llamó, su impresión vino al ver que ella no estaba sola. Un niño, poco más grande que ella, venía tomándole de la mano, caminando juntos hacía, posiblemente, sus respectivos salones. Seven se quedó estupefacto ante esta escena, no porque sintiera algo ni mucho menos, al contrario, para él era casi impensable que alguien como Six fuera tomada de la mano, en especial con ese chico que a todas luces no parecía muy normal.

Seven decidió no llamar la atención, miró hacia su desastre personal y simuló acomodarlo torpemente, el plan funcionó y Six junto a su acompañante pasaron de largo, entonces Seven se levantó y los siguió con curiosidad. De ves en cuando veía de los lados que le era posible para ver algún tipo de comportamiento inusual, pero no, ambos parecían uno mismo andando. El chico, sin embargo, tenía la particularidad de la bolsa en la cabeza y a juzgar por los agujeros en la zona de los ojos, no pareciera que fuera a quitársela muy pronto ¿Y era eso posible? Seven lo dudaba, pero su curiosidad le permitió no preguntar, quería verlo de primera mano.

Para mayor sorpresa, Seven vio como ambos chicos se metían al mismo salón en donde él iría, así que tendría mayor tiempo para espiar. Una vez adentro, la profesora comenzó a hablar.

-Recuerden niños, los lugares que elijan serán los suyos para todo el año escolar, así que elijan bien- el mensaje fue claro y Seven se sentó al lado de la ventana unos tres asientos separados de la pared de atrás en un salón de dieciséis sillas, siendo que una estaría desocupada.

Entonces alzó su cabeza, vio como ambos niños, Six y su acompañante, se sentaron en una esquina del salón, siendo el niño de la bolsa de papel quien se sentó en la esquina exacta, pero como en los lugares alrededor ya estaban ocupados, Six tuvo que sentarse un asiento aparte de su amigo, en el lado izquierdo del mismo.