El Campamento.

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-Vamos, por aquí- indicó Seven señalando con su dedo índice por encima de un desnivel alfombrado de verde espeso, a diferencia de sus compañeros, sus pies se movían con agilidad y destreza sobre el terreno, como si este ya estuviera acostumbrado a él. En cambio, a RG le costaba pisar en algún sitio que no pudiera ver sus pies por la hierba alta, mientras que Six apartaba todo lo que hubiera en su camino con dificultad y Mono se las apañaba dando saltos a donde sea que pudiera.

Era fin de semana, el momento ideal, todos llevaban una ropa casual para la ocasión aunque no se imaginaron que estarían luchando por abrirse paso en el bosque. Se había advertido que trajeran algo para el frío, así que RG se llevó su ya famoso impermeable, Six se colocó un suéter abotonado tan grande que le llegaba hasta las rotillas, Mono una gabardina que ya de por si le quedaba grande y Seven, confiado de que sus indicaciones hayan sido claras, solo se trajo consigo una sudadera de color azul, vieja y sucia pero funcional a fin de cuentas.

-Ya pasó una hora, Seven- objetó Mono -¿Donde dijiste que iríamos?

-Ya les dije, a la feria- contestó el muchacho -no debe estar muy lejos, confíen en mi.

-Llevamos mucho tiempo caminando- dijo RG -solo nos estamos manchando sin sentido toda la ropa y llegaremos más sucios que un animal de la calle a la feria.

-Vamos chicos- trató de animar Seven -saben que valdrá la pena, es una feria, por dios.

-No es que no confié en ti- contestó RG mientras daba un salto hacia una piedra y agitaba los brazos para no perder el equilibrio -el problema es que nos estas llevando por el bosque en lugar del sendero del río.

-Se supone que este es un atajo- volvió a decir Seven -un niño con una sabana en la cabeza me lo dijo, se los juro.

Mono resopló de la frustración, pero trató en cambio de disimular.

-Esta bien, esta bien, te seguiremos.

Siguieron avanzando hasta llegar a una columna de concreto medio enterrada en el suelo, era una mirada extraña y hasta onírica, pero nada que no se pudiera justificar. El niño que hacía de guía sabía de sobra que esto era muestra de que estaban aún en el territorio de la ciudad, solo que en una zona abandonada, lo que traducido significaría que donde se establecería la feria no esta muy lejos.

-Ya casi llegamos- dijo Seven - reconozco el lugar, vamos.

Siguieron caminando, cinco minutos más adelante se toparon en lo que parecía un desnivel provocado por la sequía de un antiguo río, ahora cubierto de césped abundante, las raíces de un árbol sirviendo de escalera y mucha basura enterrada, algunas televisiones por ejemplo, además de una bicicleta y una cañería que sabe dios que uso tendría.

Seven miró de un lado a otro, los otros esperaron sus indicaciones, el chico se limitó a dirigirles la mirada a sus amigos y señaló a un punto.

-Por aquí- y avanzó, solo para después arrepentirse -no, no, creo es por aquí.

El trío le siguió de cerca, confundidos, hasta que en una decisión colectiva y carente de palabras, solo se pararon en un punto a esperar a que Seven se decida de una vez o admita que se perdieron.

-No, creo que era por aquí- dijo Seven para si mismo, solo para darse otra vuelta sobre si mismo -o tal vez...

Seven volteó a sus amigos, que pacientemente miraban como de desconcertado estaba.

-¿Nos perdimos?- preguntó Mono.

-No, aún no, solo tengo que encontrar esa señal y podremos...- en eso, RG tomó el hombro de Seven, le dirigió una mirada de entendimiento y Seven lo aceptó -esta bien... estoy perdido.

Little Nightmares School AUDonde viven las historias. Descúbrelo ahora