Little Nightmares School AU

Héroes de Acero

Las puertas se abrieron de par en par, no era un sitio agradable de estar, en especial para Mono quien ya había tenido previas experiencias en el hospital, sin embargo, Six y Seven no habían estado aquí antes y sus reacciones eran completamente opuestas entre sí. Seven se comportaba similar a Mono, sin embargo, parecía tolerar más la incomodidad del entorno, pues si bien le costaba andar por sus temblorosas piernas y al tratar de mantenerse cerca del resto y nunca adelantarse más de lo visto, Six parecía inmutarse ante todo, no en vano, de vez en cuando un grito o el movimiento del hospital le llamaban la atención, sin embargo, avanzaba a su propio ritmo no por miedo si no porque no tenía prisa alguna. Sostenía en sus manos un libro de cubierta marrón que, a pesar de la insistencia de la niña, no era suyo, lo había tomado "prestado" de la biblioteca del orfanato, aunque no pensó devolverlo pues estaban retirando de a poco los libros y reemplazándolos con adornos estilo oriental, los que se quedaban eran propiedad de La Dama a menos que alguien como Six lo tomara.

El hospital estaba más vacío de lo que Mono recordaba, las enfermeras eran quienes más alboroto hacían y eso que no eran muchas, de vez en cuando una pedía, ordenaba o avisaba de algo a las demás, quienes atendían a pacientes cada vez más escasos, dado que los trastocados y escandalosos con los que Mono se había cruzado parecía que se hubieran trasladado a un área interior del edificio, una no tan frecuente para los visitantes como ellos.

Los chicos fueron a la recepción, Mono de frente fue quien tocó la campanita del escritorio de la recepcionista, quien de inmediato se fijo en el escenario que se le había puesto delante: Tres niños, al parecer sin cuidado parental, el mayor en altura con una bolsa de papel en la cabeza y los otros dos con el pelo tan largo que apenas y se podían ver sus ojos.

-Disculpe- habló Mono en un tono bajo, como si esperara no ofender de alguna manera -Venimos a ver a nuestra amiga

La enfermera, conmovida, respondió.

-Claro pequeño, dime ¿Cómo se llama?

-RG- dijo Seven

-¿Disculpa?- dijo la enfermera -me refiero a su nombre real, no su abreviación o así.

Y entonces todos se voltearon a ver entre sí, un tanto avergonzados y confundidos.

-¿No saben su nombre?- ninguno dijo nada, como si no quisieran admitir que una de sus mejores amigas de cada quien, aquella encantadora y amable niña que compartió momentos inolvidables con ellos, nunca les hubiera dicho su nombre y nunca se hubieran molestado en preguntarlo o si quiera recordarlo. Con Seven y Mono era de esperar, pero ni siquiera Six, la más cercana a ella, era capaz de dar una respuesta- Bueno, déjenme ver que puedo hacer...

La recepcionista hurgó en su escritorio hasta sacar un portafolios con un listado de pacientes y sus respectivas habitaciones, asumió entonces que RG sería un apodo combinación de su nombre y apellido, así que buscó nombres que empezaran con la letra R y luego cualquiera con un apellido con una G. Finalmente encontró a alguien, el único paciente que cumplía con tales características, una niña de no más de diez años de pelo castaño.

-¿Es ella?- preguntó mientras enseñaba una foto de ella como paciente, los niños asintieron.

-¡Si, es ella!- mencionó Seven.

-Estupendo- dijo la recepcionista -si me hacen el favor de seguir a mi compañera hasta su amiga... eh, por favor, lleva a estos niños al 30-05.

La recepcionista señaló a una enfermera rechoncha y bajita, con un cubrebocas en su rostro y su uniforme arremangado para encajar con su altura, Mono ya le conocía de antes, pero solo de vista y no de palabra.

-Gracias- dijo Seven, mientras el grupo se alejaba y seguía a la enfermera, quien no les dirigió una mirada, llegaron a un corredor extenso y envolvente que poseía puertas acomodadas simétricamente como si fuera un motel, cada habitación carecía de ventanas exceptuando aquella que se encontraba al final del pasillo, que apuntaba directamente al estacionamiento del edificio. "30-02, 30-03, 30-03, 30-04..."