Intervención y Confesión

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El cazador no recibía muchas visitas.

Siendo un hombre apartado de la sociedad y que por alguna razón se las ha apañado para eludir a las autoridades, el sujeto se la ha pasado en aislamiento permanente por meses si no años, mientras de esto es la cantidad insana de trampas y artilugios que ha puesto en su territorio, no por maldad si no por mero deporte, el deporte de arrebatar las vidas de los animales por mero aburrimiento; también estaba claro que muy bien de la cabeza no lo estaba.

-¡Siéntanse como en casa!- dijo el cazador alegremente mientras llamaba a su "familia" -Mamá, papá, ya llegué.

El cuarteto estaba por meterse ala casa junto con el anfitrión en turno, pero Roger detuvo a los niños con su mano un momento y les dirigió la palabra.

-Antes de que hagan algo, él no es que sea muy... cuerdo. Solo absténganse de hacer comentarios y saldremos de aquí en poco.

Los niños asintieron con la cabeza y se metieron a la casa por la puerta trasera de la misma, dando directo a la cocina, un sitio sucio y sin mantenimiento, con la luz de la lámpara que colgaba del techo titilando y con agua escurriendo del congelador. El cazador atravesó la puerta, dejándola abierta como invitación al resto, entonces asomaron la mirada y divisaron lo que parecía una familia entera reunida en el comedor de la casa, solo que no se movían, sus extremidades estaban hinchadas y algunas partes estaban cositas, solo hubiera faltado que estuvieran hechos de piel humana pero este no era el caso, al contrario, era solo tela la que conformaba a esos enormes muñecos estáticos que emulaban una cena familiar, aunque no podemos asegurar que alguno de los niños presentes haya malinterpretado la escena y de verdad haya creído que sea piel humana, pero eso solo lo sabremos en sueños. Uno de los muñecos incluso tenía el relleno del ojo izquierdo derramándose por la mejilla como una lágrima pero el cazador no pareció tomarle importancia, quizás para él fuera normal.

-También me alegra verte papá- habló el cazador a el muñeco de un anciano de mejillas carnosas y colgantes que, al recibir el apretado abrazo de su aparente hijo, dejó chorrear parte del relleno del muñeco por su boca -Cielos papá, ten más cuidado con la comida. 

Nadie hizo ningún comentario al respecto excepto Roger, quien pretendió el saludar a la familia, aunque mirando hacia una pared al no divisar a donde tenía que mirar. El cazador entonces le tomó de hombros y lo orientó a la mesa, donde el conserje pudo saludar.

-Un gusto volver a "verlos"- el cazador rio.

-¡Qué divertido eres!- le dijo a su amigo, solo para después dirigirse a los muñecos -Ehh papá, estos niños están buscando a la niña de antes, se irán dentro de poco. Luego iré a revisar a la abuela al ático y le preparé la comida al niño, esta mañana cacé unos conejos gigantescos.

Mono tiró de la manga del conserje, a lo que este se agachó para escucharlo susurrar.

-¿Tiene hijos?

-No lo se, hace tiempo no lo veo, quizá si, pero tendré que decirle- Roger se levantó de nuevo -Si nos disculpan, tenemos cosas que hacer, prometo no tardarnos, solo serán los niños que van a ver a su amiga.

Si bien Roger no sabía a quien se estaba dirigiendo, fue su amigo quien le contestó.

-Adelante, esta bajando las escaleras de la puerta de al fondo, en el pasillo. Solo iré a acompañarlos a la entrada para ver que no hagan nada indebido. Puedes quedarte conmigo si gustas.

-No lo se- contestó Roger -Si los niños gustan.

Los tres niños asintieron.

-Estaremos bien, no se preocupe- le respondió Five.

Little Nightmares School AUDonde viven las historias. Descúbrelo ahora