Roces Reales

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La chica metió su brazo por el chubasquero amarillo, andaba a paso lento para poder concentrarse en su prenda para la lluvia aunque realmente no la necesitara para eso, llegó a la puerta que buscaba y una vez se acomodo por completo, pensó en tocar la puerta aunque no supiera si debiera hacerlo o no. Para su fortuna, un profesor le había avisado que el castigo del cuarto no significaba no poder hablar con los demás a través de la puerta, así que no tenía problemas en contactar con su amigo, pero ¿Era necesario? No lo había visto desde el incidente en el techo y se sentía apenada, no solo por el tener que dejarlo si no por el como se expresó aquella vez, no sabía porqué realmente.

Dio un respiro, sabía que si Seven estaba atento se daría cuenta de su presencia por la sombra de sus pies por debajo de la puerta, escudriñándose como el papel, ojalá le hubiera dejado una nota en vez de estar sufriendo por su propia pena, pero era lo mejor. Se armó de valor y tocó la puerta tres veces.

-¿Hola?- escuchó del otro lado.

RG esbozó una sonrisa aunque trató de ocultarla.

-Hola Seven ¿Cómo estas?-dijo tratando se sonar optimista.

-Ah, ya sabes...-Se produjo un silencio entre ambos que se prolongó por unos segundos, incluso Seven llegó a pensar que RG se había ido.

-Yo... lo siento- dijo la chica -lamento lo que pasó antier y no... no poder ayudarte.

Seven rio tratando de aligerar la situación, una risita ligera y que restaba importancia a la causa de la disculpa.

-Esta bien- dijo -¿Cómo escaparon?

-Nos fuimos por la escalera de incendios del edificio de al lado- dijo RG -Tuvimos que saltar.

-¿Saltaron hacia otro edificio? Eso es posible.

RG rio presumidamente aunque en tono amigable -Digamos que aprendí del mejor- el acto funcionó y la chica escuchó detrás de la puerta a su amigo riendo, tratando de contenerse.

-Dios, sonaste como tu hermana- mencionó el chico -Creo que te está afectando pasar mucho tiempo con la señorita verde.

-¿Disculpa? Que sepas que ella y yo somos tan distintas como un billete y una moneda.

-O un lápiz y una pluma

-O agua y fuego

-¿No era agua y aceite?

-Bueno, es lo mismo ¿No?

Ambos niños rieron al unísono, era agradable para ambos. Por un lado la chica sentía que se lo debía, el día de ayer no pudo por el escape repentino que tuvo que hacer con Mono y Six por el tejado y abandonar a Seven, en especial en tal estado, era algo que le calaba en la moral tan profundo que esta conversación, más que para socializar, era la manera en que RG sentía las disculpas de Seven, que por otra parte, estaba completamente agradecido con la aparición de la chica en la puerta; lo bueno de este castigo es que no era tan exigente como se podría esperar, es especial por lo de ayer que dejó el sombrero de papel estropeado. Seven había aprovechado el tiempo antes del castigo para mover la silla cerca de una esquina en donde pudiera sentarse con tranquilidad y sin que el foco del techo (que había sido reemplazado) o las gotas de la tubería le dieran directo en la coronilla de la cabeza, además, la sensación de impotencia de un inicio ya había pasado, quizá canalizado en aquella pesadilla que tuvo, pero ahora mismo solo estaba molesto, harto y aburrido.

-Oye- mencionó RG -¿Cuándo termina tu castigo?

-Hasta que termine el día de escuela- dijo Seven -Tuve que tomar clases en el recreo para remediar las que me estaré perdiendo ahora y... un momento ¿Qué haces fuera del salón?

Little Nightmares School AUDonde viven las historias. Descúbrelo ahora