Renovaciones

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El conserje había terminado su tarea, avisarle a los niños Six y Seven que su presencia era requerida en la oficina de la Dama. Para él, no había nada fuera de lo normal en ello, pero esto era todo un hito para los niños; claro, Roger era ciego así que mucho no podían preguntar los niños curiosos que querían saber que había adentro de la habitación de la enmascarada. Six y Seven serían entonces los primeros niños, al menos en un gran tiempo, que verían a La Dama en lo que se podría decir es su ambiente natural, su verdadero hogar.

Ambos niños se encontraron en el final de las escaleras, al fondo se asomaban varias cabecitas de niños que miraban intrigados y temerosos a Seven y a Six, cada uno actuaba a su manera. Por lado, Six estaba más que nada con las expectativas neutrales, ella no había hecho nada malo y no entendía el porqué de su llamada, así que simplemente fue con paso acelerado para no hacer esperarla; en cambio, Seven estaba más que nada temeroso, no paraba de jugar con los dedos de sus manos en un intento inútil de distraerse, tanto de el frío sudor que escurría de su frente cubierta por su pelo enmarañado o por la pálida expresión que se tornó en su rostro.

-Hola- le saludo Six

-Hola- le saludó Seven, pero con un tono de voz más cabizbajo

Ambos se siguieron mutuamente, solo por la cortesía de no dejar al otro solo, pues Seven quería quedarse atrás y Six solo quería avanzar. Seven, a diferencia de la curiosa e intrigada cabeza de su amiga, tenía pasando por su mente una tormenta de posibilidades cada una peor que la anterior. Se imaginó en todas las situaciones posibles, pensó en que quizá ella se enteró de la vez en que se comió un pan de uno de los encargos que se supondría tenía que comprar, quizá lo supo por la cantidad de panes que esperó ver en la bolsa de papel equivalente al dinero que le dio al niño, quizás y fuera solo unas felicitaciones por parte de los dos por ser buenos niños, alguna compensación deberían de tener por su buena conducta todos estos años, a menos que sea un reclamo por la impertinente interrupción de Seven al invitar a Mono a quedarse en el orfanato, a lo mejor y se molestó mucho, o quizá solo fueran a "negociar" el si Mono pudiera quedarse, pero no, eso no tenía sentido, mucho menos en una situación tan memorable, inigualable e increíble como esta, sería el llamado de algo mucho mayor, más importante, quizá Seven no fue precavido y la Dama se percató de su ligera misión de espionaje a la cocina con los invitados y entonces recordó, recordó los rumores y ¿Serían reales? ¿Sería posible que la Dama sea en realidad aquella bruja de gran poder que los usaba para después comerlos o sacarles el alma? ¿Y si les enseñaría su rostro al fin? ¿Cómo se vería? ¿Un rostro terriblemente desfigurado con los dientes deformados, la piel caída y con una peluca que oculte su calvicie, justo como ese dibujo del libro de terror, o por el contrario, no tuviera nada y fuera un hueco oscuro? Digo, por algo los agujeros en donde se supone estarían sus ojos eran oscuros como la noche.

No había certeza de nada, ambos niños solo siguieron avanzando hasta llegar a una puerta de madera, pero estuvieron a punto de ser atropellados por los cocineros del local, quienes cargaban en estampida con platos y alimentos congelados cada uno, detrás de ellos iba una cocinera que, a decir verdad, ni Six ni Seven tenían esperado encontrarla aquí. Se trataba de la la cocinera de la escuela, incluso son su gorro en la cabeza y su delantal en la cintura aunque sin el maquillaje característico de la misma. Era curioso como los tres eran obesos y grasientos en la cocina, realmente nadie los ha visto en otro sitio que no sea cerca de una sartén o algo de comida pero... ¿Acaso veían mal los niños o eran gemelos? 

Los dos niños tocaron la puerta de la habitación una vez el desfile de chefs salió de la vista. Esperaron un rato pero nadie fue a abrirles.

-Bueno, no hay nadie- dijo Seven -¡vámonos!

Para su mala fortuna, Six volvió a tocar la puerta, cinco golpes contundentes que incluso alertaron a Seven, y el distante "pasen" de la dama caló inexcusablemente en los oídos de ambos, Six abrió la puerta y se metió, Seven sin más remedio le siguió.

Little Nightmares School AUDonde viven las historias. Descúbrelo ahora