II

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Frenamos nuestras bicicletas en la parte de arriba del río, mirando la rampa de la que había hablado Jeongin. En realidad, siempre había sido difícil bajar con las bicicletas porque el camino tenía muchas piedras e imperfecciones de terreno. Aparte de varios árboles ya que el río estaba cuesta abajo.

Pero ahora, tal y como habían dicho en la escuela, había un camino de tierra mucho más práctico para bajar. Incluso habían sacado las enormes piedras que antes decoraban la pequeña colina.
Hyunjin sonrió, volviendo a colocar su pie en el pedal de la bicicleta.

—Tu primero.—Exigió el pelinegro, levantando la mano y apuntando hacía la rampa como si esa fuera una invitación. Negué con la cabeza totalmente convencido de que esa rampa no era tan segura como parecía.

—No, tu primero.

Hyunjin me miró con una ceja levantada mientras yo me cruzaba de brazos aún arriba de la bicicleta. Y aunque sabíamos que ninguno iba a seguir las órdenes del otro, una bicicleta roja pasó rápidamente por nuestro costado pisando la rampa y bajando rápidamente con un pequeño grito de emoción por parte de la persona que iba encima.

—¿Ese era Jisung?

—No lo dudaría.—Aprete el manubrio con ambas manos y diciéndome que he hecho cosas peores apreté el pedal con fuerza y dirigí toda la velocidad hacía la rampa.

En cuanto la bicicleta estuvo cuesta abajo, tomó más velocidad de la que creí posible, dejándome ver los árboles totalmente borrosos e inevitablemente una sonrisa se formó en mí rostro al sentir todo el aire pegarme en la cara de forma libre. Pero solo duró unos segundos antes de que la rampa diera lugar al césped una vez más y, sin notarlo antes, el final de la rampa se unía descaradamente con el inicio al agua, así que solo fue cuestión de segundos para que Jisung, Hyunjin y yo acabaramos mojados en medio del lago.

La risa incomparable de Hyunjin se escuchó fuertemente en cuanto pudo respirar y terminó por contagiarme esa adrenalina. Ahora nos estábamos riendo los tres, Hyunjin levantó las manos con estusiasmo y una clara felicidad.

—¡Adoro esa rampa! —Gritó el pelinegro con su cabello totalmente pegado en su frente.

Unos minutos después salimos del agua, dejamos las bicicletas al sol y nos acercamos a Jeongin y Mínho, quienes estaban sentados en una manta blanca comiendo una fruta y mirando como Seungmin y Chris intentaban armar un camino de piedras para llegar al otro lado del río sin mojarse.

Me senté en el césped, dejando que mí espalda mojada fuera una conexión directa con la tierra, Hyunjin también se acostó a mí lado, mirando el cielo y cortando una pequeña flor amarilla que miró con una sonrisa.

Admiraba el hecho de que jamás había dejado de hacerlo, Hyunjin era una persona demasiado alegre y parecía que nadie jamás podría quitarle esa sonrisa. Irradiaba ese aura llena de luz que siempre atesosaria por tener a mí lado. Definitivamente era uno de esos amigos que no te arrepientes de conocer.

—Lamento que se arruinara tu camisa de profesor de historia. Creo que el destino pensaba igual que yo. —Se burló Hyunjin, colocando la parte trasera de la flor en su boca y apoyando su cabeza entre sus manos para mirar mejor el cielo.

—Supongo que hay camisas mejores.—Admití, levantando la mano y viendo el sol entrar por entre medio de mis dedos.

—¿Recuerdas cuando fuimos a la feria de la ciudad? Llevabas un buzo verde manzana que pusiste por adentro de tu jean azul. ¿Lo recuerdas? —Preguntó el pelinegro, alzando la mano igual que yo e imitando la acción de dejar paso al sol entre los dedos.

—¿Cómo es qué tu si?

—No lo sé, te quedaba bien. —Hyunjin subió y bajo sus hombros en una seña de indeferencia. Su mano por el movimiento tocó suavemente la mía.

Con amor, un Homofobico - [Hyunlix] [✓]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora