XXX [FINAL]

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Había perdido muchas cosas a lo largo de mí vida, pocas me interesaban como para luchar por volver a conseguirlas. Mí padre se fue con otro hombre cuando yo apenas era un niño y me prometí a mí mismo que le guardaría rencor toda mí vida, como si eso pudiese cambiar el pasado o mucho peor, cambiar su forma de amar.

Había tenido que llegar a este punto donde siento que toda la ola me cae encima y yo me encontraba en medio de un océano con un ancla en mí bolsillo, poco oxígeno en mis pulmones y el corazón en mí mano incapaz de protegerlo. Había llegado a ese punto que dije que nunca llegaría, dónde no conozco mí propia mente y soy víctima de mís actos pasados, había tenido que llegar a perder a una persona para darme cuenta que a veces, sin que lo notes a primera vista, perder es más fácil que encontrar o mantener.

¿Es que los humanos somos tan conformistas o la mayoría cree que la felicidad es algo demasiado lejano para alguien tan cercano a la tierra? ¿Realmente era así? ¿Realmente nos cuesta tanto encontrar un lugar seguro y se nos hace tan fácil perderlo?

Mis pies se movían con una velocidad que claramente no era normal en mí, mis manos se posaron en el manubrio de la bicicleta y mientras el timbre para entrar a clases sonaba por un lado, mí cabeza hacia el doble de ruido del otro. Mis pies poco caso le hicieron a mis responsabilidades y tan solo tiempo después, me alejé del establecimiento con una sola persona en mí mente.

Definitivamente había tenido que llegar a este punto, pues, me doy cuenta ahora, con mí cabello despeinadose en el viento y esquivando cada imperfeccion que me presentaba la calle de tierra, para darme cuenta que era un cobarde igual que mí padre. Y es ahí donde más me dolía, no era el hecho de ser igual a el, sino de considerarme un cobarde.

Porque, como ya es notorio, había tenido que llegar a este punto. Lo diré muchas veces porque considero que realmente es así, y no, no estoy enojado, no estoy triste y quizás, ya no me odio. Porque las palabras de los demás me habían dejado de importar en cuanto Hyunjin me pidió que dijera yo las mías en voz alta. Me di cuenta lo importante que era ser valiente cuando Ophelia literalmente desperdició sus propios sentimientos por lo que fuera a decir el resto.

Pues era así, somos víctimas de cabezas ajenas y no nos damos cuenta hasta que cambias toda tu mirada del mundo solo para complacer a segundos o terceros. ¿Quienes somos si nos comportamos como los demás quieren? ¿Donde estaba la esencia propia? ¿El protagonismo en nuestra propia vida? ¿Es que nadie pensaba en su propia felicidad?

Me detuve unos segundos al frente de su casa, me acerqué a su ventana, su habitación estaba vacía y aunque el auto de sus padres hacía presencia, nadie me abrió la puerta incluso si toqué incontables veces. Y cuando decía que su cuarto estaba vacío, era literal, no estaba ni su cama y yo fui incapaz de verlo. Lo único que se mantenía intacto era el mural de las fotos.
Mí respiración se cortó y las lágrimas atentaban su salida.

Volví a subirme a mí bicicleta, quizás, podría llegar a tiempo, quizás aún valía la pena intentarlo, quizás, no quería perder la única pieza de mí vida que me mantuvo intacto al dolor y a la vez, tan cercano a ese fuego que quemaba hasta el más oscuro rincón del alma.

El humano es un ser tan egoísta cuando quiere y a veces, tan mal juzgado. Pues, el amor, la mentalidad, la personalidad, el estilo, las acciones, todo es propio de cada uno y si bien sus derechos acaban cuando pisan la línea del otro, la verdad era que muchos se aprovechan de ese lineamiento que separaba la libertad de cada uno. ¿Amar involucra a todo el mundo? ¿Acaso eso afecta a los demás de alguna forma directa? Talvez es que la gente no busca la felicidad porque hay otras personas dispuestas a jodersela.

Mis pies pisaron el camino de tierra como freno, sentí cada pequeña piedra golpearme en el tobillo, pero no me importó mucho. Tiré la bicicleta a un lado, completamente incapaz de pensar si eso era correcto o no. Corrí tan rápido como mis pies me dieron y me detuve en la estación, justo al frente de un tren vacío y en una vía silenciosa. Me detuve con el viento rodeando mí cuerpo, con el sonido de la naturaleza y con varias personas que no cumplían con la que buscaba.

Con amor, un Homofobico - [Hyunlix] [✓]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora