Con amor, un Homofobico - [Hyunlix] [✓]

XXIV

«HYUNJIN (PT.2)»

Mi corazón latía a una velocidad que no era normal, tenía miedo, la ansiedad volvía a invadir mí cuerpo y sabía que, no importa lo que dijera, saldría tembloroso e inseguro. No era mí mejor momento, no era mí noche favorita ni mucho menos la vida que esperé. No sé suponía que me encontraría a mí mismo huyendo de una verdad que me atormentaba diariamente, no se suponía que se vería afectada mí manera de ver el mundo y todo por un pecoso que ni siquiera se volteaba a verme. Ese no era el plan y eso solo aumentaba mis ganas de desaparecer.

Mis padres dijeron que me esperarían afuera del baño hasta que terminará de tranquilizarme. Sabía que ninguno de los dos sabía sostener mí inestabilidad, sobre todo cuando está era la primera vez que veían unos de mis ataques. Siempre se los oculte o trate de hacerlo, pensé que sospecharían de cualquier forma, pero se ve que esto solo los tomo por sorpresa y en cierta parte me alegraba saber que no afectaron mis problemas en su vida. Así que ahora, mis manos se apoyaban en el lavamanos y mís ojos estaban en mí mismo a través del espejo, mientras mí cabeza luchaba internamente.

No quería salir, de hecho, había planeado un escape perfecto por la ventana, pero acabaría encontrándomelos en mí casa y entonces no serviría de nada. La conclusión era esa, no podía huir, estaba claro. Tarde o temprano nos toca enfrentarnos al final del juego y este, quizás por destino, quizás por coincidencia, era el momento justo para hablar lo que el corazón calla.
Tomé un respiro, lavé mí cara y salí en completo silencio, viendo como mis padres afuera discutían en voz baja. Mí madre se giró, mirándome de arriba a abajo con preocupación y tomó mí rostro entre sus manos asustada.

—¿Estás herido? ¿Tienes fiebre? Hyunjin, porfavor, dime qué pasa. ¿Cómo te ayudamos? —Preguntaron de golpe, me dolía que Felix me conociera más que ellos, pero bueno, no había forma de cambiar el pasado.

—Estoy bien, mamá. ¿Podemos hablar en el auto? —Pregunté, tomando las manos de mí madre entre las mías y bajandolas con cuidado.

Ellos asintieron luego de unos segundos y los tres salimos del colegio en silencio. Afuera había gente entrando y saliendo con sus padres, bajé la mirada totalmente avergonzado, exclusivamente cuando mis ojos se encontraron con los de Changbin, quien estaba charlando con dos chicos en el estacionamiento. Los evité, sintiendo que los pulmones se me cerraban por unos segundos y lo único que tenía en mente era el auto y volver a mí cuarto.

Entré al auto tan rápido como me dió mí cuerpo, encerrandome entre paredes y subiendo mis piernas a mí pecho, hundí mí rostro entre ellas y en cuanto alcé la mirada, noté como Felix salía al estacionamiento con sus manos rodeando su cuerpo. Miraba hacia todos lados perdido en sus pensamientos. Luego de unos segundos y justo cuando iba a volver con su madre, sus ojos se posaron sobre Changbin, noté como se tensaba en su lugar y de su boca salía un suspiro. Segundos después, desapareció sin dejar rastros, volviendo a su burbuja con Ophelia, su madre y su maldita vida perfecta.

Mí corazón se estrujó, odiaba verlo y que cada sentido se me activará, desearía poder tomar mí corazón y hundirlo bajo el mar para que jamás nadie pudiera encontrarlo. Ojalá fuera una persona como Felix, ojalá pudiera amar a las mujeres o simplemente ojalá no fuera yo. No quería ser yo.

Mis padres entraron al auto, quedándose en sus lugares con la vista al frente y en completo silencio, sabía que estaban esperando que yo empezara con la conversación, pero de mí boca no salía nada. Estaba en blanco. ¿Cómo se supone que debía decir eso?