XX

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Estacioné la bicicleta en el mismo estacionamiento de siempre, notando como ya era oficial que HyunJin la comenzaría a dejar en otro lado, un chico de cabello rubio era mí nuevo vecino de estacionamiento. La dejé en su lugar sacando la traba y acomodando mí mochila en mí espalda. El chico pareció notar mí presencia, pues se dió vuelta con una sonrisa en su rostro.

—Hey, ¿Sabes si alguien deja la bicicleta aquí? Es que últimamente está vacío en cuanto llego. —Preguntó el chico sin apartar la sonrisa de su rostro. Una presión se hizo presente en mí pecho al oír el "Últimamente".

Amh, no. Es decir, antes la dejaba alguien, pero creo que ya no lo hará más. —Le informé, sabiendo que eso solo causaba más dolor en mí pecho. El chico hizo una mueca.

—¿Sabes por qué? Este lugar es genial. —Asintió con su cabeza el rubio, mirando el lugar que siempre le había gustado a Hyunjin.

Era verdad, le daba el sol la mayor parte de la mañana pero había un árbol hermoso al costado que caía suavemente encima de las bicicletas dejando que un poco de sombra las mantenga en estado.

—Alguien le pidió que la dejara en otro lado. Es todo lo que sé. —Admití, sabiendo que en parte era verdad y que el culpable era yo.

—Oh, es una pena. Pero mejor para mí, ¿No? —El rubio sonrió, su sonrisa me terminó haciendo sonreír a mí y eso era algo grande pues, no solía hacerlo mucho últimamente.

—Lo es, felicidades. —Hice una reverencia en broma, sin apartar la sonrisa y haciendo al chico reír.

—Soy Wooyoung. —Informó, extendiendo su mano hacía mí. La tomé en respuesta.

—Felix. —Contesté, haciendo que pasaramos de dos desconocidos a dos conocidos en solo cuestión de segundos.

—Bueno, te veré luego. —Saludó con una sonrisa, pero antes de irse, se dió la vuelta.—Por cierto, adoro tus pecas.

Me guiñó el ojo al mismo tiempo que acomodaba su cabello y entraba al edificio con un aire totalmente despreocupado. Mí mano fue a parar a mí mejilla en un acto lleno de nostalgia, no era la primera persona que me decía eso. A decir verdad, antes tenía una muy grande inseguridad con mis marcas. Sentía que llamaban mucho la atención y más de una vez se veían desprolijas, pero un día, alguien me dijo que parecía una galaxia pérdida en el espacio y que no tenía porque odiarlas si eran la constelación más hermosa que existía. Supongo que me dejé llevar por las palabras de Hyunjin, pues ahora me gustaban.

Y entonces, mis ojos se clavaron en la misma persona que me sacó una gran inseguridad de encima con solo unas palabras bonitas. Hyunjin dejaba su bicicleta al otro del estacionamiento mientras parecía pelear con su cabello. Una leve sonrisa apareció en mí rostro, Hyunjin odiaba cortar su cabello y últimamente lo tenía más largo que de costumbre.

Negué con la cabeza entrando a la escuela e ignorando olímpicamente al pelinegro que aún trataba de ver algo entre sus despeinados cabellos.

Me dirigí a la sala de teatro, sabiendo que la primera hora era esa materia que habían agregado en el último año. Entré a la sala notando con la mirada como Chris, Seungmin y Jeongin hablaban animadamente en una esquina mientras Mínho y Jisung peleaban por ver si la luz estaba bien a esa altura o era mejor más abajo. Me senté en una silla roja de la tribuna, notando como varias personas daban vueltas por el lugar y como la profesora hacía algo en su computadora.

Un cuerpo hizo presencia de golpe a mí lado haciendo que me sobresalte en mí lugar y que mí respiración se cortara por unos segundos. Me dí la vuelta, viendo la misma sonrisa que había visto hacía solo unos minutos. Wooyoung apoyó su brazo en la parte de atrás de mí asiento.

Con amor, un Homofobico - [Hyunlix] [✓]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora