Silhouette [3] ➳ Fred Weasley

v. ix

❝I'm tired, Francis.❞

Despertar con sueños extraños a los cuales no encontraba sentido fueron un constante en las últimas semanas para Nina, el perder horas de sueño y verse más cansada también fue notorio para quienes estaban a su alrededor sin embargo ella mentía constantemente sobre su estado, no quería preocupar a nadie más, tenía otras cosas en las que pensar y no podía dejar que otros rompieran eso.

— Concéntrate. —escuchó decir mientras era golpeada por una mano en la frente, Nina gruñó ante la acción y abrió los ojos para encontrarse con el rostro de Kira Choi mirándola con esos ojos desafiantes y vacíos.

— Si me pegas dudo mucho lograrlo.

— No lo haría si pudieras hacer algo tan simple como lo que te pedí. —musitó— No has dormido bien, eso no ayuda en nada.

— Nunca ha servido.

— Es porque todavía estás bloqueando esa parte en ti. —murmuró mientras se recargaba en el espaldar de la silla y cruzaba los brazos— Quizá tenga que ahogarte en la tina de baño para que dejes de bloquearlo.

— ¿funcionaria?

— ¿En serio lo preguntas? —Nina se encogió de hombros y Kira sintió la urgencia de darle un golpe, pero en su lugar solo tomó aire y la miró, los ojos de ella se veían cansado y unas ojeras decoraban su rostro— Me convertí en una banshee cuando el auto de mis padres se hundió en el río y casi muero, pero no siempre tienes que estar al borde de la muerte.

— Pero funcionaria.

— Si, también está el riesgo de que te mate.

— Tienes que hacer fila para eso. —bromeo y Kira volvió a tener las ganas de golpearla— Lo único que siento es una sensación extraña, nada más.

— Déjate llevar por esa sensación, quizás logres algo. —murmuró antes de levantarse del sofá y dejar un suave empujón en la frente de Nina— Despeja tu mente y descansa, se nota que no has dormido en mucho tiempo.

— Lamento haberte hecho perder tu tiempo.

— Me haces olvidar de otras cosas. —mencionó mientras su mirada se perdía en algún punto en la pared— Me recuerdas a alguien.

— ¿A quién?

— Que te importa, Black. —respondió y Nina sonrió, Kira la miró de reojo por unos segundos antes de salir del salón y dejarla sola.

Nina dejó salir un suspiro y se recostó sobre la mesa, sus ojos se cerraron automáticamente ante el cansancio que sentía, seguir el consejo de Kira sonaba fácil, pero en realidad se tornaba complicado al momento de aplicarlo, sus dedos jugaron con el bordillo del collar que Kira usó para que practicara, no era la gran cosa, un simple relicario con una fotografía rota en la parte donde debería verse el rostro de la persona.

La banshee dijo que le pertenecía a su abuela, pero para Nina eso era una completa mentira, tampoco era como si tuviera las ganas de indagar en el pasado de la ella. Nina tomó aire y abrió el relicario, sus dedos recorrieron el bordillo de la fotografía dejándose llevar por la sensación que le brindaba, una que ya conocía: tristeza y desesperación, pero esta era diferente, era una que ya había sentido cuando pasaba por cierto pasillo de Hogwarts.

La única diferencia radicaba en que Nina pudo ver a una mujer de cabello azul en el suelo mientras el grito de Kira retumbaba en sus oídos, la vidente dejó caer el relicario sobre la mesa ante las imágenes reproducidas. Kira a sus espaldas hizo una mueca porque sabía lo que vio, no tenía que preguntarle, así que solo volvió a irse olvidando por completo que regresaba por el collar.

— ¡Nina! —la mencionada se dio la vuelta y sonrió ante la presencia de Francis— Creí que ya te habías marchado.

— Pensé en quedarme esta noche, les avisaré para que no se preocupen.

— Que suerte porque el clima en Saint-Yves es perfecto para salir a caminar, pensaba que ir al pueblo nos despejaría un poco.

— Solo buscas una excusa para salir de aquí.

— Quizás. —murmuró— ¿Ya conociste a Dianna?

— ¿La vidente que ayudaron hace unos días? —Francis asintió con la cabeza y Nina en cambio hizo lo contrario para negar con la cabeza.

Aurore le contó como encontraron a una vidente, pero que ella simplemente no le causaba confianza, todo en ella era sospechoso, Nina no tenía tiempo o ganas para conocerla, muy para el descontento de la recién llegada quien parecía interesada en Nina, incrementando las sospechas de la rubia francesa.

— ¿Aurore te habló de ella?

— Si, dijo que no se veía tan confiable.

— No se ve, hay algo en ella que me causa escalofríos y tengo un mal presentimiento.

— ¿Debería conocerla y quitar las dudas? —Francis negó.

— Es mejor que te mantengas alejada hasta que la conozcamos mejor, Aurore cree que deberías dejar de venir hasta que ella se vaya.

— Deberíamos confiar en el sexto sentido de Aurore.

— Pienso lo mismo, pero no sé, podríamos fallar, recuerda que dijo lo mismo de Kira. —mencionó y Nina asintió— Solo debemos tener cuidado, después de todo lo que ha pasado me es muy difícil confiar en quienes llegan, mamá no lo dice, pero cree que alguien pudo divulgar algo.

— Él solo quiere estar un paso adelante de nosotros, quizás...

— No, no pienses en eso. —Nina frunció el ceño ante la interrupción.

— No he dicho nada.

— Desde lo que pasó con tu mamá sé que no dejas de pensar en lo que Voldemort dijo.

— Pero si lo hago estarían a salvo, de cualquier manera, se podría...

— ¿Estas considerando unirte a su bando? —inquirió y ella negó con la cabeza.

— Él solo quiere que le digan si va a ganar o no, no quiere nada más de mí, soy un haz bajo la manga tanto para él como para Harry.

— Y prefieres ayudarlo a él que quedarte aquí a salvo.

— ¡No estoy a salvo! —chilló con fastidio— Cada persona a la que me acerco muere, si no hago algo el siguiente podía ser cualquiera de los que están aquí.

— Entonces prefieres morir.

— Estoy cansada, Francis. —susurró con la voz cortada— No importa que haga siempre alguien va a morir, no importa y no va a importar.

— Has salvado a varias personas, lo que eres ha logrado salvar a otros, tienes que tener un poco más de confianza en ti.

— ¿Entonces solo me quedo aquí sentada a esperar que Harry haga algo? —Francis pasó un brazo por sobre sus hombros y la atrajo hacia él.

— La pelea siempre fue entre ellos, tú lo dijiste, pero eso no quiere decir que seas una inútil, todavía puedes ayudarlos, por ahora solo quédate aquí.

— No me dejaras hacer nada, ¿cierto?

— Cierto. —Nina suspiró.