v. xxiii

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We're together in this.


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Dos años después

El sonido de las olas chocar, el silbar del viento y el cantar de las aves eran los únicos sonidos que se podían percibir en aquella solitaria playa, era una calma con la que Nina Black se volvió amiga, no había absolutamente nada que pudiera irrumpir la paz que tanto buscó y que después de tantos horrores, perdidas y lágrimas encontró.

Transcurrieron dos años desde que Lord Voldemort fue derrotado, todavía seguía resultando difícil creer que en tan poco tiempo la vida de cada persona involucrada hubiese dado un giro tan brusco desde aquel día. El ministerio se encargó de encerrar a cada uno de los mortífagos que participaron en los atroces actos que él empezó, lamentablemente ciertos integrantes escaparon ocultándose en diferentes lugares, pero con la advertencia de que al ser descubiertos tendrían que pasar por el calvario de sus otros compañeros.

El recuperarse de tales actos resultó ser un golpe duro para el mundo mágico y el mundo muggle, los daños causados incluso hasta el día de hoy intentaban ser arreglados, pero existían cosas que no podían ser arregladas ni con la misma magia, era algo extraño el tener que aceptar que ni siquiera los magos más habilidosos podrían regresar a la normalidad todo, era en momentos como esos cuando se podía apreciar cierta unión, luego de tanta maldad un acto tan simple como ayudar a la reconstrucción del lugar más afectado significaba algo grande.

Sin embargo, esas heridas que dejaron todavía seguían sanándose para algunos, personas como Caitlin Grant que las noches se volvían solitarias y no había absolutamente nadie quien pudiera calmar la tristeza cuando sus ojos se enfocaban en la fotografía que reposaba sobre su escritorio, como la familia McGrath cuando sabían no escucharían la voz de su hijo. Era tan difícil recuperarse de esas pérdidas, algunos lo sabían mejor que otros, pero ahí afuera todavía quedaban personas quienes intentaban hacer que los días de quienes perdieron a alguien fuera mejor, porque cuando Caitlin tenía los ojos llenos de lágrimas el par de gemelos bromistas se encargaban de que fueran lágrimas de la risa, eran actos como los que los Weasley hacían cuando los McGrath pensaban en su hijo que hacia un cambio.

Tantas cosas cambiaron desde que Nina se fue, incluso ella mismo cambió, una vez que dejó a Hogwarts atrás y se vio en medio del mismo callejón en el que aparecido la noche en que el ministerio cayó, todo la golpeó una vez más, no hubo mucho que pudiera hacer, sin embargo, cuando la nieta de Feyre apareció frente a ella encontró un apoyo durante las siguientes semanas. Fue la misma mujer que le habló sobre su condición que la impulsó a buscar las respuestas que todavía buscaba.

Nina Black tuvo que perderse a ella misma, dejar cada cosa que todavía la unían al pasado y buscar una manera de avanzar hasta poder volverse a encontrar. Le costó todo un mundo el tener que por fin llegar a donde estaba, encontró como la magia que aprendió no era ni siquiera la punta del iceberg, diferentes tipos de magia, culturas e historias detrás de quienes poseían el don del futuro y las enviadas de la muerte, su condición en ciertas culturas eran historias para asustar y advertir sobre el respeto que las deidades merecen, pero para otras —como un grupo en una pequeña ciudad en Japón— era un signo de admiración, una bendición.

Silhouette [3] ➳ Fred WeasleyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora