❝Life is a bitch.❞
El frío viento azotó el rostro de Nina Black, el cielo todavía seguía oscuro, eran las últimas horas de la noche antes de que el amanecer llegara, lo ojos oscuros de ella se posaron por unos minutos en el oscuro horizonte, había visto tantas veces el mismo paisaje mientras estaba en aquella casa, pero ahora le detonaba un aire depresivo.
Un suspiro salió de entre los labios de ella, su mirada se posó por unos segundos en la casa y luego desapareció, su cuerpo cayó al suelo ante el esfuerzo que seguía implicando el reaparecer en otro lugar, un quejido de dolor resonó en las penumbras de la entrada de su hogar, una luz se encendió dentro dejándole saber que quien estaba ahí la escuchó.
El exclamar de Caitlin atrajo la atención de Nina quien casi de inmediato alzó la mano para detenerla de acercarse mientras susurraba que estaba bien, luego de tomar una bocanada de aire se levantó y caminó hacia donde Caitlin la miraba con los ojos llorosos al verla demacrada y sin el brillo que caracterizaba en sus ojos.
— No llores.
— ¿Por qué no me lo dijiste? ¿Por qué lo ocultaste? —preguntó con la voz quebrada, Nina dejó salir un bufido.
— ¿Qué habría cambiado si abría la boca? —inquirió mientras seguía de largo para entrar a la casa— No habrías podido hacer nada de todos modos.
— Esta no es la Nina que conozco.
— Si, ya escuché eso antes.
— ¡Deja de actuar así! —gritó con molestia logrando que se detuviera a mitad de caminó— Creí que confiabas en mí, creí que nos contábamos todo, no... No entiendo.
— Eso es lo pasa, no entiendes. —escupió— Necesitaba que menos personas supieran de eso, no necesitaba que estuvieras en el camino.
— ¿Crees que no soy capaz?
— No, creo que eres demasiado capaz, pero Victoria tenía que hacer esto sola, Luca no necesitaba saber que estabas involucrada más de lo que ya estuviste, esa noche ibas a ser atrapada, te iban a torturar e ibas a morir y ni siquiera sabía cuándo iba suceder, Victoria y Luca estuvieron ahí para hacer lo que yo no podía. —musitó encarándola, percibiendo como se encogió ante el tono de voz que Nina usaba, uno que nunca escuchaba— Eres capaz, pero solo ibas a ser un estorbo.
Caitlin desvío la mirada y se limpió la lágrima que cayó por su mejilla, Nina se dio la vuelta para subir por la escalera, pero se detuvo al principio de ella.
— Luca murió. —murmuró con el tono de voz más suave, su cabeza se giró un poco para verla de reojo— Lamento que no fuera de otro modo.
Caitlin dejó caer su cuerpo al suelo dejando que las lágrimas caigan con más fuerza, los sollozos inundaron el silencioso salón, pero eso no detuvieron a Nina de subir las escaleras y caminar hacia su habitación. Nada ahí había cambiado, seguía tal y como la última vez que la vio, ni siquiera el peluche que cayo de su cama fue levantado.
Sus manos tocaron el animal de peluche y lo dejó en su lugar para luego dirigirse hacia la cómoda y tomar una cajita de madera, un viejo objeto que tomó de la casa de los Thompson y lo llevaba consigo desde que entró a Hogwarts, un bonito lugar para ocultar unas varitas, entre ellas la suya, había previsto incluso eso.
— ¿Lo sabías todo este tiempo? —Nina se dio la vuelta y miró a Francis.
— El día que Voldemort se metió a mi cabeza lo vi, escenas aleatorias de cosas que iban a pasar, hice lo que él quería, me adelante un paso, sabía que irían por Victoria, sabía que Caroline Dekker estaría ahí, supe de la hermana de Luca y el ataque que harían hacia Caitlin, sabía que irían por mí, pero había otras cosas que no pude anticipar. —murmuró mientras movía la varita en sus manos restando la importancia sobre lo que decía— Tampoco conté con que Dianna era la vidente que vi en mi cabeza, el ataque, la muerte de mi madre.
— ¿Fingiste todo este tiempo?
— Llámalo como quieras, pero eso hizo que ahora estemos hablando.
— ¿Por qué?
— Porque Kira sintió como ibas a morir, ella lo sintió, yo lo detuve al hacer que fueras conmigo aquel día en lugar de Aurore. —respondió desviando la mirada hacia la ventana por dónde unos suaves rayos de sol entraban— No mentí con las cosas que dije, estoy agotada, ya no puedo seguir.
— Lo que le dijiste a Caitlin no fue amable.
— No intentaba serlo y lo siento, pero ya me cansé de actuar pensando en los sentimientos de otros, se los oculte, no voy a cambiar eso, pero hice lo que tenía que hacer para evitar que murieran.
— ¿Acosta de qué?
— De mí misma.
─ ✦ ─
Unas suaves gotas de agua cayeron sobre el cementerio, Nina se encontró con muy pocas personas dentro del lugar, personas que se habían quedado atrás y no tenían nada más que hacer que visitar una piedra en medio de un campo, eso era lo que quedaba de quienes morían, recuerdos que poco a poco se iban y unas lápidas recordando lo sucedido.
Unas bonitas flores aparecieron frente a las lápidas de sus padres, incluso cuando no tenía necesidad de hacer aparecer unas porque Nina seguía usando su magia para revivir a las que se secaban debido a cosas externas, su cuerpo se dejó caer en el suelo mientras dejaba salir un suspiro de cansancio.
— Un lugar tétrico para encontrarnos. —escuchó decir a sus espaldas, Nina sonrió y se encogió de hombros restándole importancia.
Nina se levantó del suelo y encaró a la rubia de ojos claros que una vez llevaba una mirada de superioridad, pero ahora solo se veían nostálgicos y tristes.
— Ven.
Victoria Pieterse la observó caminar lejos de las dos tumbas las cuales tenían en sus lápidas los nombres que tanto escuchó, pero era tan diferente a lo que había oído a como de seguro fueron, Jesabella Barker y Sirius Black eran tan diferentes a como Victoria los escuchó y a uno de ellos ni siquiera lo conoció.
Ambas mujeres caminaron por el cementerio hasta situarse en una tumba cerca de un árbol, había dos lápidas de color negro con las letras de sus nombres resplandeciendo en ellos, Victoria se quedó estática en su lugar.
— Mamá pensó que sería lo correcto darles un lugar para descansar.
— Sus cuerpos...
— El de tu padre se perdió durante el incendio, el de tu madre fue recuperado por alguien que se infiltró, debíamos mostrarte antes este lugar, pero...
— Todo se complicó. —susurró interrumpiendo lo que iba a decir, Nina asintió.
— Lamento todo lo que tuviste que pasar.
— La vida es una perra. —musitó, pero una sonrisa cruzaba su rostro como si se burlara, Nina movió su mano hacia su bolsillo y saco una varita que extendió a su propietaria, Victoria sintió la madera entre sus manos unos segundos antes de guardarla.
— Te dejaré sola, adiós.
— Nina. —la mencionada se detuvo y giró su cabeza para verla— Gracias.
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Silhouette [3] ➳ Fred Weasley
Fanfiction❝Nada de lo que haga es suficiente.❞ Fred Weasley Fanfic Las reliquias de la muerte Todos los derechos reservados © 2021