v. xv

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See you later, Ella.


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— ¡Ven aquí! —la carcajada de la niña de siete años al sentir los brazos de su padre cargarla y comenzar a repartir besos en su rostro era la escena que tenía a Nina sonriendo.

Frente a ella estaba el tiempo que no pudo tener junto a Sirius. El viento de aquella cálida tarde golpeó el rostro de Nina, con su mano quitó el mechón de cabello y lo colocó detrás de su oreja, colocando de nuevo su atención en la figura de Sirius sonreír al ver a una versión de ella de siete años salir corriendo lejos de él con el único propósito de abrazar a los niños pelirrojos que acababan de llegar.

Nina dejó salir una risa al ver a George sacar la lengua en dirección a Fred, presumiendo de que él recibió la atención primero, era una escena que ya vivió varias veces, Fred entonces tendría un puchero en su rostro y ella lo tomaría de la mano mientras se burlaba, no lo calmaba, pero lograba ver un sonrojo en las mejillas de él.

— No me agrada. —escuchó decir una vez que el trío de niños corrió al interior de la casa— Van a corromper a mi niña.

— No le robes las frases a James. —murmuró su madre dándole un golpe al de cabellos oscuros quien chasqueo la lengua.

— Espera que le diga a James.

— ¡Por Merlín! —exclamó luego de reír— No es como si se fuera a casar. —Sirius miró horrorizado a Jesabella, quien solo pudo volver a reír ante el rostro que puso.

— Tiene prohibido tener novio, sobre mi cadáver.

— Tienes que aceptar que no serás el único hombre en su vida. —Sirius volvió a chasquear su lengua.

Nina abrió los ojos y giró su cabeza encontrándose con la mirada de Caroline Dekker sobre ella, la vidente bufó mientras intentaba acomodar su cuerpo en una forma que pareciera que estuviera sentada, un vago intento por encarar a la rubia y mostrarse invencible, una postura que a la otra mujer solo le trajo una serie de recuerdos.

— ¿Qué quieres de mí? —preguntó en un susurro ahogado— ¡¿Qué más quieren de mí?! —gritó con las pocas fuerzas que le quedaban— Acaba conmigo, me rindo... Ya no me queda nada.

— No pareces ser de las que se rinde tan fácil. —comentó— Cuando duermes te ves atormentada. —se levantó de la silla donde estaba tomando entre sus manos el abrigo que Nina no pudo notar llevaba en su regazo, el mismo que luego se lo colocó en sus hombros— Es un poco de lo que pudo haber pasado, de lo que habría sido tu vida, conocí a ambos e imaginar algo para poner en tu cabeza es sencillo si solo tengo que basarme en su manera de actuar.

Nina desvío la mirada para que no viera las lágrimas acumularse en sus mejillas, era egoísta pensar que solo ella sentía dolor, porque en realidad era que varias personas sentían dolor por lo que pasaba, por los que perdieron. Nina pudo ver un fantasmal sentimiento de culpabilidad y nostalgia en los ojos de Dekker.

Nina alzó la mirada ante un suave susurro en su cabeza. Un contraste entre los ojos claros de Caroline Dekker y los oscuros de Nina Black, unos que tenían la similitud que Caroline extrañó, los ojos de ella se llenaron de lágrimas. Nina no confiaba en la mujer, pero algo dentro le dijo que era su última esperanza, estaba poniendo su última esperanza en alguien que solo causó dolor.

— ¿Qué fue lo que hiciste? —preguntó.

— No puedo cambiar lo que hice, tampoco puedo reparar nada con esto. —respondió— Hay algunas cosas que murieron junto a Ella, hay cosas que van a morir conmigo y sinceramente tampoco me importa irme al infierno en el proceso, pero se lo debo. Voy a sacarte de aquí.

Caroline tomó a Nina entre sus brazos, el cuerpo de la vidente estaba débil, ya no tenía fuerza, ella no mentía al decir eso, se podía ver con claridad lo lastimada que estaba, las pocas ganas de seguir luchando se acababan y muy para disgusto de quienes estaban arriba, empezaba a dejarse ir.

Lo que sinceramente no parecía estar muy lejos, la energía se iba poco a poco, sus ojos pesaban del agotamiento, un sollozo retumbaba en aquel lúgubre lugar cuando nadie parecía escuchar, cada noche esperaba que fuera la última, rogaba a quien fuera que estuviera ahí arriba que detuviera el dolor, pero nadie parecía escuchar.

Cada paso que Nina daba era como revivir las torturas que estuvo recibiendo en las últimas semanas, de no ser por el apoyo que recibía de la mujer a su costado ya habría caído al suelo, una lágrima resbaló por su mejilla ante el dolor que implicaba moverse, ya no le importaba parecer fuerte.

Nina dio una mirada a lo que fue su hogar solo para encontrarse no solo con recuerdos si no también con los cuerpos sin vida de varios mortífagos, no fue hasta ese momento en el que pudo sentir algo viscoso en la mano que estaba a un costado del cuerpo de Caroline.

No tenía que preguntar qué pasó, los pedazos rotos de vidrio y adornos que decoraba la que una vez fue su casa estaban destruidos, entonces Nina comenzó a llorar al ver perdido el último fantasma que le atormentaba ahí, los pasillos dónde una vez hubo risas, miedo o llantos solo terminaron siendo pasillos, cada rincón de esa casa fueron desconocidos ante sus ojos.

El frío golpeó el rostro de ambas, las ventanas rotas dejaban entrar el aire del exterior, algo que Nina no sintió en tanto tiempo, cerró los ojos tan solo unos segundos, los suficientes para calmarla, Nina entonces vio la pequeña figura de Kreacher parado en medio del salón, cada pensamiento negativo se fue ante la presencia de algo conocido.

— ¿Por qué me ayudas? —preguntó por última vez esperando recibir una respuesta exacta pero no hubo nada, Caroline la dejó en el suelo y se arrodilló frente a ella.

La mano de la mujer se alzó y acarició con suavidad la mejilla de Nina, tocarla parecía como si fuera a romperla más o peor, fuera a desaparecer, Caroline sonrió.

— ¿Fue esto lo que viste?

— Lamento que fuera así.

— Yo también. —murmuró antes de ver al elfo— Sácala de aquí.

Kreacher asintió con la cabeza y tomando de la mano de Nina desaparecieron. Caroline dejó salir una risa amarga mientras veía al oscuro cielo a través de la ventana, una lágrima descendió por su mejilla cuando escuchó el sonido que hacía una persona al aparecer.

— Te veo luego, Ella.

Silhouette [3] ➳ Fred WeasleyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora