Capítulo 35

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-¿Dónde está Tristán?- pregunté cuando colgué y vi que no estaba.

-Se levantó de repente.-dijo Sophie.

Puede que hablar con él no sea lo más adecuado en este momento. Sabía que estaba molesto por la conversación que acababa de tener con James. Puede que él también se sintiera culpable y la verdad es que debería de sentirse así. Yo no era la única culpable de todo esto.

Me levanté de la mesa sin decir nada dejando a Sophie desconcertada ante aquella situación, y me fui a mi habitación. Ahí estaba Tristán haciendo la cama, acto que me pilló desprevenida, puesto que no esperaba que la hiciese. Este se encontraba de espaldas y todavía no se había percatado de mi presencia.

-¿Por qué te has ido así de la cocina?

Él se asustó al escuchar mi voz. Continuó como si nada ignorándome por completo. Cuando terminó y se giró viendo que aún seguía ahí esperando una respuesta, bufó.

-No sé si lo sabes, pero tengo que ir a trabajar, algunos nos ganamos la vida.

-¿Qué vas a hacer luego?

-¿Irme a casa?

Estaba claro que no quería hablar conmigo.

-¿Quieres qué te ayude a...?

-¡No!- me cortó

Se notaba qué estaba alterado, podía notar como su mandíbula se tensaba cada vez aun más. Tristán era una persona muy poco predecible y difícil de controlar. Me quedé estática, sin saber qué hacer hasta que este poco a poco comenzó a calmarse.

-¿Por qué no?- me atreví a preguntar aún con algo de miedo por su posible contestación, si es que había contestación.

Aquella sensación era demasiado extraña. Ambos teníamos mucho qué decir, pero ninguno se atrevía.

-Porque no.

Se negó a contestar. Le miré desconcertada, esperando que así me diera alguna explicación más.

-Te recuerdo que esta tarde tienes una cita con James.

Sabia que tarde o temprano iba a salir el tema.

-Es cierto.-dije haciendo que él se sorprendiese ya que no insistí.-¿a que hora entras a trabajar?

-Se supone que a las ocho.-miré el reloj, eran las diez.

Salió de la habitación rozándome el brazo al pasar haciendo que todo mi cuerpo se estremeciese. Le seguí por toda la casa.

-Me voy...Gracias por el desayuno.-se dirigió a Sophie.

¿No pensaba despedirse de mi? Abrió la puerta y, antes de irse me miró.

-Adiós, Becca.-murmuró a la vez que me guiñaba un ojo.

(*)

Era la hora de comer y Sophie y yo nos decidimos por pedir algo de comida china.

-Esta tarde necesito la casa sola, tengo una cita y hoy no me la vas a estropear.-dijo Sophie dejando su móvil sobre la mesa.

-¿Por qué no venís con James y conmigo?-dije entusiasmada ante la idea.

-No sé.-dijo no muy convencida- Aún no somos nada serio como vosotros, a parte de que creo que no se llevarían bien.

-¿Por qué?-dije molesta-¿ Qué tiene de malo James?

-Nada nada.-dijo intentando quitarle hierro al asunto.

-¿Pero?

-Digamos que el estilo de vida de James no tiene nada que ver con nosotros, en cambio Jake es como nosotras.

-¿Como Justin?

-Sí, y no creo que le guste la gente como James

-Está bien, no pasa nada. Será mejor que empiece a arreglarme.-dije para cambiar de tema.

Habíamos comido en el salón, así que recogí todo y me fui a mi habitación. Me tiré en la cama la cual olía a Tristán, respiré hondo mientras los pensamientos comenzaban a invadirme. Sentí una gran presión en el pecho, no estaba nada orgullosa de lo que le había hecho a James. Pero lo que había pasado con Trsitan... 

Cierto es que mi relación con James no es muy convencional. Pero luego estaba Tristán, el cual me daba dolor de cabeza. La mayoría del tiempo le odiaba. Era borde, chulo, arroganto... Todo lo malo que te puedas imaginar aunque, por otra parte estaban esos momentos de tensión en los que me daban ganas de comerle la boca y sentirlo cerca. Creo que necesito terapia.

En ese momento mi móvil sonó, era un mensaje de James en el cual decía que no podría recogerme, le contesté y comencé a vestirme.

Cuando salí de casa, llamé a un taxi y le indiqué el destino. Nos encontrábamos en un semáforo, yo estaba impaciente ante tanto tráfico y no dejaba de mirar por la ventanilla deseando que el semáforo cambiara a verde.

Estaba tan absorta en mis pensamientos, que no me di cuenta que una moto se había posado a nuestro lado, me fije y mi corazón dio un vuelco. Se trataba de Tristán.

El semáforo se puso en verde y este arrancó.

-Perdone, ¿puede seguir esa moto?

-¿Cómo?-dijo el taxista pensando que se trataría de una broma.

-¿Qué si puede seguir a esa moto que acaba de adelantarnos? Es amigo mío.-Le expliqué ya que este no parecía muy convencido.

El taxi comenzó a seguir a Tristán, mientras yo observaba a través de las ventanillas. Entramos en una calle residencioal con casas unifamiliares, lo que me sorprendió bastante ya que para nada le hacia en un sitio como este.

Trsitán aparcó su moto unos metros delante de nosotros y el taxi frenó.

-¿Qué hago?-me preguntó el taxista.

-¿Puede parar un momento?-este asintió y bajé del taxi.

Tristán se bajó de la moto y se acercó a una de las casas llamando al timbre. Y no pude creer quién se encontraba al otro lado de la puerta. Era... Brad

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⏰ Última actualización: Apr 21, 2021 ⏰

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