Capitulo 28.

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Escuchaba el motor del coche sobre nosotros. Los movimientos de Tristan eran bruscos, sin embargo mantenía la estabilidad de la moto. Tuvimos la suerte de que apenas había coches en la carretera, ayudándonos a mantener nuestras vidas. Giré mi cabeza para observar de nuevo, esta vez nos perseguían dos coches. Apenas sabia por donde íbamos cuando Tristán giró inesperadamente metiéndose por una calle demasiado estrecha haciendo que uno de los coches chocase con una pared. Aún así, los hombres que había en este bajaron y comenzaron a correr tras nosotros. Tristán adelantó con la intención de dejarles atrás y lo consiguió.


-¡Joder!-Gritó Tristán.

Pensé lo mismo cuando vi que delante de nosotros había un muro que nos impedía continuar. No podía ser cierto. Tristán paró en seco mientras pensaba que hacer, sin embargo, yo bajé rápidamente quitándome el casco.

-¿A que esperas? ¡Bájate!-grité desesperada.

No sabía que se le pasaba por la cabeza pero no me iba a quedar ahí parada esperando a que esos hombres llegasen y me metiesen un tiro en la cabeza. Los hombres que habíamos dejado atrás ya no estaban tan atrás. Parecía una película. Tristán pareció reaccionar al ver que se acercaban y bajó de la moto pero, se quedó quieto.

-¡Muévete!-grité

-¡No puedo dejar la moto aquí!

Por primera vez le vi asustado.

-¿Prefieres que te maten?-exclamé.

Finalmente, decidió obedecerme mientras yo intentaba escalar esa maldita pared. No era muy alta pero digamos que yo no tenia experiencia en esas cosas.

-¡Ayúdame!

Tristán apoyo sus manos en mi pie y me dio impulso lo cual me hizo subir hasta arriba. Tristán saltó rápidamente al otro lado junto a mí.

-Corre.

Agarró mi mano para que no me quedase atrás, llegando a un edificio. Tristán tiró de mí hacia dentro. Llegamos hasta unas escaleras de emergencias.

-¡Tristán nos  van a pillar si seguimos por aquí!

-¡Sigue corriendo!

-¿Pero no ves que no estamos yendo a ningún lado?

Cada vez estaban más cerca, teníamos que pensar en algo o nos acabarían cogiendo. Estaba demasiado aterrada. No quería morir. Seguimos subiendo las escaleras hasta que llegamos a la azotea.

-¡Joder!-gritó Tristán.

Ya no había nada que hacer, no había escapatoria.

Rápidamente tiré de Tristán y le convencí para colarnos en el conducto del aire acondicionado. Segundos después se escuchó la puerta abrirse de golpe y no pude evitar mantener mi respiración mientras me aferraba a Tristán.

-Venga, dejaos de tonterías y salid de ahí.-Dijo uno de ellos.

No podía creérmelo. Me separé de Tristán una vez salimos de ahí. Su rostro estaba demasiado serio, no podíamos hacer nada más por salir de esta. Miré a Tristán esperando a que quizás este se enfrentase a ellos, pero no.

-¿Qué hacemos con ella?-preguntó el otro chico.

-Nos la llevamos también, puede sernos útil.

-Vamos, guapa. Daremos un paseo en coche.

Miré a Tristán en busca de su mirada pero este no me miraba. Sabía que estaba enfadado, y que esto no iba a terminar nada bien.



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