Nos estábamos destruyendo mutuamente sin siquiera importarnos. Después de todo a estas alturas ya no teníamos forma de escapar. Aun habiendo cien maneras de curarnos, preferimos el veneno.
-Degel- lo llame en un susurro.
El me miro a través del cristal de sus anteojos, sus ojos eran tan hermosos y jodidamente adictivos -¿Si?
-Estas muy cerca.
Podría jurar que estaba frente a un ángel, uno destruido y corrompido. Sin alas u otra forma de volar. Atado por su voluntad al deseo de la miseria terrenal a la que lo había inducido.
-¿Quieres que me eleje?- su voz era tan suave como el terciopelo; pero aun con eso no dejaba de ser varonil y firme. Además de tener ese toque de refinado junto a toda la elegancia que el mundo podía conocer.
Con el más mínimo rose que tenia conmigo era como flotar, el deseo nos había hecho caer el la demencia -No.
-¿Entonces cual es el problema?-Su semblante siempre era serio y relajado, sin embargo perdia el control en ocasiones.
Lo que tuvimos nunca fue bueno y mucho menos sano; para ninguno de los dos, en especial para el. Vivíamos en la soledad, uno a lado del otro. Lo peor es que nunca nos esforzamos por salir del limbo en el que habíamos caido.
-Eso mismo, no quiero que te alejes de mi.
Y sin importar las consecuencias.
-No lo haré.
Queríamos marchitarnos juntos.
Había pasado un mes desde que Dohko regreso a su país natal, China, por asuntos familiares. Había pasado un mes desde que sostenía encuentros íntimos con Degel a espaldas de Seraphyna y había pasado un mes desde que me di cuenta de lo miserable y horrible que se había vuelto mi vida.
Durante ese lapso de tiempo solo estaba segura de que todo era mi culpa.
Tipicamente estaba esperando el metro, ese día iba Degel y yo nos veríamos en mi casa. El trasporte estaba a punto de llegar y mi peliverde no aparecía. Mire el reloj en mi muñeca, mismo que el antes mencionado me había regalado: detalle que aclaro que no importa. Mi vista se oscureció de repente, había cubierto mi ojos. Sabía de quien se trataba.
Era el -Perdón por la tardanza, Kardia se puso de necio otra vez.
-No importa- dije con una leve sonrisa. En ese momento sus labios chocaron contra los míos -Oye, estamos en la calle y podrian...
Me quede callada, la novia de Degel estaba a un lado de nosotros. Mirándonos como si estuviera a punto de asesinarnos.
La mano de la chica se estampó en la mejilla de Degel -¡Eres un bastardo!- grito con impotencia la mujer -¡Y tu una puta arastrada! Siempre metiéndote en mis planes. Te metiste con el aun sabiendo que salia conmigo- en cierto punto me senti mal por ella.
-Seraphyna.
Ambas miramos a Degel. Ella estallo en llanto -¿¡A que juegas Degel!?
-¡Tu sabias que esto era una farsa! Te dije desde el inicio que no te quería ¿Recuerdas lo que dijiste? "No me importa, yo quiero ayudarte se que me amaras"- todo era tan impactante para mi como para ella.
Solo se quedo callada por un segundo -Eres un imbecil, me dejas por esta. Te presente con mis padres hace unos días y ahora me dices esto. ¿¡Que tiene _______ que no tenga yo!? ¡Dime maldita sea!
-Seraphyna, tu no eres ella.
Y así el círculo vicioso que teníamos fue tornándose normal en nuestras vidas, ha tal punto que las cosas las hacíamos solo por que creíamos que eran lo mejor para el otro.
Con seraphyna fuera de la vida de Degel todo marcharía mejor para ambos. Ahora solo quedaba un cosa: Dohko, el regresaria el próximo mes. Lo cual me daba tiempo de pensar en que decirle.
Le di un sorvo al café que el peliverde había hecho para mi- Te noto algo seria ¿Estas bien?- escuche detrás mio.
-Todo esta bien si estoy contigo.
El tomo haciendo a un lado mio, recargo su cabeza en mi hombro y empezó a jugar con mi mano -¿Por que siento que no lo esta?
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D I U R N O ✔ | DEGEL DE ACUARIO
FanfictionQuerido Degel, al final no cumpli nada de lo que te había prometido, pero tu te quedaste conmigo a pesar de todo lo que te dije. Debo confesar que quiero morir. Pero, es como dice tu abuelo, seria demasiada piedad para alguien como yo... estoy conde...