𝐐𝐮𝐢é𝐧 𝐞𝐫𝐞𝐬? \\𝐕𝐨𝐥𝐤𝐚𝐜𝐢𝐨

Capítulo XX

Cortó :( porqué ya llevaba tiempo sin actualizar.  Se viene pronto el final <3

[🥃]

–Haber Horacio...–soltó de golpe Volkov rascándose la nuca, pensando detalladamente lo que iba a decir

–No–interrumpió–Haber Horacio no, me sabe...muy mal si comienza a explicar así–explicó.

El ruso lo miró con el ceño fruncido, sin comprender a que se refería, en cuanto a Horacio solo pudo negar la cabeza.

Lo mismo que tiene de comisario,  lo tiene de gilipollas– pensó el menor

–Escucha Volkov, desde que desperté nadie a sido claro conmigo y se....que están sucediendo cosas–dijo con una voz tranquila, intentando no importunar al comisario

Volkov dejó de mirar al menor y se fijo en sus manos que apretaban el manubrio con fuerza haciendo que sus nudillos se tornaron blancos

–Nadie me ah dicho por qué llegué inconsciente al hospital–prosiguió– Ni Mónica ni Michelle ni Conway....pero realmente espero que usted me lo diga, porqué necesito saber que demonios esta ocurriendo–chillo haciendo denotar su desesperación en su voz

Sin ocultarlo, dejó salir todo el aire innecesario que por alguna extraña reacción hacia la tensión tenía almacenado y no comprendía porqué motivo era; quizás era el frío del ambiente, quizás era el cuestionamiento por no saber que estaba haciendo, quizás eran las preguntas de Horacio o talvez por qué este último estaba semidesnudo a centímetros de él,  habían muchas razones.

¿Qué demonios iba a hacer?¿Era ilegal contar información confidencial del CNI a un agente de policía? Bueno, no sonaba tan mal, ¿A quién engañaba? Lo iban a descuartizar si decía algo pero prefería estar enterrado 7 metros bajo tierra antes que mentirle a Horacio, toda la gente que lo rodeaba lo estaba haciendo y el no pensaba ser uno del montón.

–Fue Gustabo–soltó sin ser capaz de mirarlo–Él lo estuvo torturando, no tengo idea si en el momento tomo conciencia o solo era una advertencia pero...estuvo a poco de matarlo–inconscientemente su mandíbula se tensó al pensar en el rubio y lo que había hecho.

En cambió Horacio se quedo perplejo, tragaba saliva con dificultad, su respiración se volvía irregular, sentía como su rostro tomaba temperatura y es que no podía, no podía estar pasando la misma historia, no otra vez. De todas las personas que había conocido desde su llegada a Los Santos, jamás imaginó que el responsable de los hematomas, de la perdida de conciencia y de casi acabar con su vida sería la misma persona con la que llegó.

Ambos, chocando los puños a las afueras del aeropuerto,  nerviosos y ansiosos ante una nueva vida.

Nueva vida decía, aja.

Y aunque desde aquel trágico suceso que los obligó a irse de la anterior ciudad, donde residían, Horacio sabía que había una probabilidad muy alta de que esos sucesos "pasados" se volvieran a repetir, pero no imagino que volverían a repetirse mil veces peor. Ese puto payaso de los cojones manipulador y traidor había vuelto, sin duda alguna, porqué su hermano, su Gustabo, el mismo niño pelinegro que conoció en aquella plaza, él mismo que muchas veces lo consoló porqué las ganas de llorar lo perseguían todo el día, él mismo que lo defendió una y mil veces, ese era su hermano, no el payaso.

Solo podía sentir miedo,  el puto miedo que lo hizo caer una y mil veces, él mismo sentimiento que odiaba desde lo más profundo de su alma. Sabía que Pogo solo tenía dos objetivos en la vida.

El primero era apoderarse del cuerpo del rubio y enterrar a Gustabo en lo más profundo de sus malos recuerdos, olvidarlo y tomar el control.

Y el segundo, acabar con la vida de Horacio.