Capítulo 1

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Su vida era lo que llamaban "vida por lo alto", y es que vivía bien siendo rica, y básicamente sin hacer nada, pues su padre era quien lo hacía absolutamente todo. Ella simplemente se encargaba de sonreír e ir bien vestida a todas las cenas de negocios de su padre. Y con eso, ganaba concretamente cincuenta millones al año. Para algunos mucho, para otros poco. Y para ella era una cantidad considerable. Tenía veinte años, ¿qué más podría desear?

Pero el ser humano es avaricioso, y ella aparte de tener dinero, quería disfrutar al máximo.

Y al ser hija de un famoso empresario como lo era Harry Styles, controlador, astuto, atractivo y dominante, había adquirido muchas cualidades. Unas buenas, y otras no tanto.

Ella, al haber crecido siendo controlada, siendo sumisa, ahora, era simplemente lo contrario. Pero había ido todavía más lejos, hasta el punto de tocar lo emocional, puede que lo moral, simplemente, había afectado a su comportamiento, a su forma de ver las cosas.

Y su vida giraba en torno al control. Ella era una dominante.

Había tenido muchos sumisos, todos ellos sumamente atractivos. Con algunos había durado años, y con otros meses. Y ahora mismo, buscaba otro chico al que dominar, pero buscaba al chico perfecto. El último que tuvo acabó en un psiquiátrico. Y es que lo que a él le pasaba no era normal. Era un masoquista, alguien que iba tras el dolor, alguien que buscaba el dolor. Y ella no quería darle tan sólo dolor, sino humillación. Al principio estaba bien, pero supongo que todo en exceso llega a cansarte.

—Señorita Styles, su padre ha venido a verla. —dijo Amelia, el ama de llaves.

—Gracias, Amelia. Y te he dicho mil veces que me llames Willa. —dije.

—No me sentiría cómoda haciéndolo, señorita. —dijo, y yo asentí.

Amelia era mi ama de llaves desde hacía ya diez años, y ella era la que limpiaba mi sala de juegos, ella sabía perfectamente acerca de mi "hobbie". Pero mi padre no, y tampoco lo sabría nunca, o al menos no estaba en mis planes que lo supiera.

Salí vistiendo un camisón rosa pálido de seda, al salón, donde mi padre me esperaba.

—Hija. —me sonrió, y vino a abrazarme.

—Papá, ¿qué te trae por aquí? —dije yo sonriente.

—Pasaba de visita. —dijo sentándose frente a mí. Él nunca viene de visita.

—Papá, ambos sabemos que no es por eso. —dije. Él suspiró.

—No, no lo es. —admitió. —Ambos sabemos que eres una chica preciosa, Willa, y ayer vino un famoso fotógrafo preguntando por ti. —explicó. Yo prestaba atención, pues quería saber hasta dónde quería llegar. —Quiere que seas modelo, Willa, la modelo para su próxima revista.

—Hum... ¿Modelo? —me lo pensé. La verdad era que no me importaría ser portada de una revista. Es decir, me daba igual, pero si suponía más dinero, ¿por qué no? —Vale, ¿por qué no? ¿Cuándo empiezo? —pregunté.

—Me ha dicho que si aceptabas, mañana a las nueve y media de la mañana, pronto. Sé puntual. —dijo dándome un papel. —Esta es la dirección.

Torcí la boca al verla. Estaba junto a una universidad. Seguramente me encontraría a un montón de adolescentes intentando cruzar a esa hora. Tendría que ir antes, lo cual suponía despertarse más temprano.

—De acuerdo, estaré ahí a las nueve y media de la mañana. Puntual. —afirmé.

—Así me gusta. —se levantó. —Ahora tengo que irme. —plantó un beso en mi frente. —He quedado con el Sr. Tomlinson para hablar de negocios. Podríamos ganar millones.

BDSM | Zayn MalikDonde viven las historias. Descúbrelo ahora