Capítulo 8

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Zayn y yo estábamos comiendo en el comedor de mi casa. Ahora viviría conmigo, tal y como le dije.

—¿Entonces ahora viviré aquí? —me preguntó.

—Exacto. —respondí. —Te mudarás conmigo. Dormirás conmigo, y harás todo lo que yo te diga. —dije.

—Eso... Es como si fuera tu esclavo. —murmuró removiéndose incómodamente en su silla. Negué con la cabeza. 

—No me refería a eso. Me refería a que si yo te digo que te duchas conmigo, lo haces, si yo te digo que vengas, lo haces. ¿Entiendes? —asintió con la cabeza, ahora un poco más relajado. —Y si sigues teniendo preguntas, no dudes en hacerlas.

—Hum... He leído que algunos amos exponen a su sumiso humillándolo en público. —dijo en voz baja.

—Lo sé. —respondí.

—¿Has... Hecho eso alguna vez?

—No, Zayn. Yo no humillo a mis sumisos en público ni tampoco los comparto con otros amos. —dije. Él asintió con la cabeza, un tanto aliviado. 

—¿Y por qué haces esto?

Me encogí de hombros. 

—Me gusta hacerlo. —respondí.

—¿Te gusta azotarme? —preguntó, con las mejillas levemente sonrosadas. Cada vez que hacía este tipo de preguntas se sonrojaba, y me encantaba. 

—Me encanta hacerlo. —respondí sinceramente. Bajó la mirada. 

—¿Tú quieres hacerme daño? —susurró. Fruncí el ceño. 

—¿En algún momento lo he hecho?

Alzó la mirada y abrió la boca para hablar, sin embargo la mantuvo un rato abierta sin decir nada. 

—Sí... Y no. —sonreí.

—Dolor placentero. —dije, y él torció la cabeza y después asintió. —Es lo que quiero darte, Zayn. Dolor placentero.

—¿Y qué ganas tú con eso? —preguntó.

—Diversión. Me divierto haciendo esto. Me gusta tener el poder sobre alguien. —dije.

—Y... ¿El collar?

—Lo usarás la próxima vez. —dije, y él no dijo nada.

Mi móvil sonó y yo metí la mano en mi bolsillo. Era mi padre.

—¿Sí? —respondí.

—Hola, hija. Llamaba para decirte que hoy tengo otra cena, y tienes que asistir. —me dijo.

—De acuerdo. —respondí. —Pero no vendré sola. —dije.

—De acuerdo. —me dijo. —Id formales. —y colgó.

Dejé mi móvil de nuevo en el bolsillo y me levanté. Ambos habíamos terminado.

—¿Qué pasa?

—Nos vamos de compras, necesitamos un atuendo formal para esta noche. —dije.

—¿Esta noche? —dijo con el ceño fruncido.

—Sí. Mi padre tiene una cena de negocios y hay que ir. —dije.

—¿Y yo también?

—Sí, tú serás mi acompañante. —respondí mientras me dirigía al cuarto de baño.

—Tengo otra pregunta. —dijo antes de que entrara, y yo me giré para mirarlo, indicándole que hablara. —¿Qué somos?

—Yo soy tu ama y tú mi sumiso. Pero en público podemos ser amigos. O novios, te voy a dar a elegir. —dije, y entré en el cuarto de baño.

BDSM | Zayn MalikDonde viven las historias. Descúbrelo ahora