Capítulo 5

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—Luke, ¿te quedas a cenar? —le pregunté.

—No hace falta, tengo pizza congelada en casa. —me dijo él.

—Anda, quédate y guarda la pizza para merendar, que es malo comer precocinado. —dije.

—Es lo que hay. —se encogió de hombros.

—Entonces a partir de ahora Amelia preparará todas tus comidas. —dije.

—No, no, no, no. —negó rápidamente.

—Sí, sí, sí, sí. —dije imitándolo.

—No quiero darle más trabajo a Amelia. —dijo él.

—No es trabajo, Luke. Es cocinar lo mismo pero en más cantidad, solamente. —dijo Amelia apareciendo con una sonrisa. —Además, me encanta cocinar. —dijo.

Espera, ¿por qué a él le llamaba simplemente "Luke" y a mí no me llamaba también solamente por mi nombre? No era justo.

—¿Segura? —le preguntó, un tanto inseguro.

—Segura. Y ahora mismo voy a preparar la cena. —dijo ella dirigiéndose al interior de la cocina. Le sonreí a Luke. 

—¿Ves? No es problema. —le dije.

—Gracias. —me sonrió. —Pero no me conviene mucho acostumbrarme al lujo. —dijo, y yo reí.

—Es sólo comida, Luke. Quiero que comas bien. —dije.

***

Al día siguiente cuando me desperté, desayuné lo mismo de siempre, pero esta vez me puse el biquini. Hoy pasaría el día en la piscina, y antes de que Zayn viniera me ducharía. Hacía calor y no tenía ganas de hacer nada, así que, ¿por qué no?

Entré tirándome de cabeza. El agua estaba fría, tal y como yo quería, refrescante.

Y después de estar un rato en el agua me tumbé a tomar el sol sobre mi hamaca, poniéndome los lentes de sol que guardaba en el cajón de la mesita, junto a la hamaca.

La piel morena en verano sentaba bien, y por supuesto, me gustaba lucir bien.

Estaba deseando volver a ver a ese moreno de nuevo. Esperaba que firmara aquel papel. Lo que más deseaba en este mundo ahora mismo era jugar con él en mi salón de juegos. Oh, sí. Pero para ello tenía que firmar. Mierda, ¿y si no firmaba?

Es decir, tenía veintiún años, era guapo, no tenía novia, y al parecer era tímido y no muy popular, ya que de serlo probablemente no le habrían perseguido esos chicos. Y ahora que lo recordaba, tenía que ir a hablar con el director.

Y ahora que lo pensaba, ¿qué edad tenían? Menudos inmaduros, ¿no? Veinte años y comportarse como si tuvieran catorce. Pero ya madurarían, ya.

—¿Willa? —escuché la voz de Luke en el interior de la casa.

—En la piscina. —dije yo alto para que me escuchara.

—¿A qué hora salen los de la universidad? —me preguntó.

—A las dos, creo. —dije. —Pero mejor que vayas antes por si acaso.

Él asintió con la cabeza. 

—Mejor. —afirmó. —Un poco inmaduros para tener la edad que tenían. —me dijo. Sonreí. 

—Estaba pensando justo lo mismo.

—¿Y qué tal fue la cena? Se me olvidó preguntártelo.

—Bueno, aburrida, como de costumbre. —suspiré. Rió y se sentó en la hamaca, junto a mis pies. 

BDSM | Zayn MalikDonde viven las historias. Descúbrelo ahora