Capítulo 18

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Crucé las piernas bajo la mesa y miré disimuladamente mi móvil.

«Hola :)» Le envié a Zayn, y su respuesta no tardó en llegar.

«Hola♥ ¿Qué tal todo por ahí?»

«Aburrido sin ti». Realmente aburrido.

«Te echo de menos♥». Sonreí sin poder evitarlo.

—Willa. —murmuró mi padre. —Es de mala educación estar con el móvil cuando estás comiendo. —dijo seriamente.

Rodé los ojos y apreté la mandíbula. ¿Quería que muriera de aburrimiento? A parte, él ni siquiera me había dejado traer a Zayn.

«Tengo que dejarte :/ mi padre dice que es de mala educación estar con el móvil mientras comemos -.-' Te amo♥».

Y dejé el móvil de nuevo en el pequeño bolso que llevaba.

Cenamos mientras intercambiaban chistes malos, se reían de cosas que yo no entendía y asentían acerca de malos negocios, mientras yo permanecía callada e imitando los gestos que hacían, cuando realmente no me enteraba de nada.

—No te enteras de nada, ¿verdad? —me susurró Louis al oído, ya que se sentaba a mi lado.

—No. —le susurré torciendo la boca.

—Yo tampoco. —me susurró de vuelta, y ambos soltamos una risa.

No entendía cómo mi padre no se aburría asistiendo a este tipo de reuniones, fiestas y cenas siendo tan joven. Aunque bueno, quizás lo hacía.

Todos terminaron, incluida yo. Al menos la comida estaba rica.

Unas chicas pasaron a recoger los platos y trajeron los postres. Hum... Tiramisú, estaba delicioso pero no me apetecía en absoluto, aparte de que estaba llenísima.

—Bueno, quien quiera postre aquí lo tiene, los demás podéis levantaros. Admito que las sillas no son muy cómodas. —dijo Louis levantándose. Sonreí y yo también fui a levantarme, pero mi padre colocó su mano sobre mi brazo, y yo lo miré. 

—Tengo que hablar contigo. —me dijo, y yo asentí, frunciendo levemente el ceño. Louis desapareció por una puerta y mi padre se levantó. —Ven. —yo me levanté y lo seguí hasta arriba. Se metió en una habitación y cerró.

—¿Qué pasa? —le pregunté sentándome en la cama.

—Tengo que decirte algo... —dijo, rascándose la nuca, y yo permanecí callada, esperando a que continuara. —A Louis le agradas, Willa. Y él es un famoso empresario. Necesito que firme esos papeles... —y ahí todo encajo.

Me levanté de la cama de golpe, furiosa. 

—¡Qué? ¡Así que por eso estoy aquí? —le grité.

—Cálmate, si gritas nos van a oír.

—¿Cómo quieres que me calme? —le grité. —¡Me has traído a una estúpida cena para que le siga la corriente! ¿Pero sabes? Eso no es lo que me parece más fuerte. Lo que me parece más fuerte es que haya sido justo después de presentarte a mi novio, papá. —dije, e hice amago de reírme. —Es la primera vez que te presento a alguien, pero a ti parece que te da igual.

—Willa...

—No. —lo interrumpí. —Me voy a casa. —dije pasando por su lado, y él me agarró del brazo. —No me toques. —le advertí soltándome bruscamente de su agarre.

—Por favor, Willa. —me pidió. —Es sólo esta noche. Cuando haya firmado los papeles puedes hacer lo que quieras... Por favor. —me quedé con la mano sobre el pomo, pensándolo. —Te lo he dado todo, Willa. —cerré los ojos con fuerza y apreté el pomo.

—Que sea la última vez que haces algo así. —dije, y salí de la habitación.

Lo haría, sólo por hoy, pero nunca más volvería a hacer algo así. De todos modos no tenía por qué enterarse nadie.

Louis estaba sentado en la mesa, y cuando me vio me sonrió. Le sonreí, más bien con una sonrisa forzada. Fui hacia él y me senté a su lado.

—¿Te gusta la fiesta? —me preguntó, y yo asentí con la cabeza. Alargó un brazo y lo colocó en el respaldo del sofá, detrás de mí. —Me alegro. —sonrió.

Lo miré, y empezó a acercarse a mí. ¿Y qué debía hacer yo? Cogí aire y cerré fuertemente los ojos.

Lo siento tanto, Zayn...

Junté sus labios con los míos y sentí un flash. Rápidamente abrí los ojos y lo aparté de mí. 

—¿Qué...? —fulminé al fotógrafo con la mirada, e iba a levantarme para decirle que borrara la foto.

—Hey. —me frenó Louis. —¿Qué pasa?

Apreté la mandíbula. 

—Nos ha sacado una foto. —le dije a Louis.

—Lo sé. ¿Qué pasa?

¿Y qué decía ahora? 

—Nada. —mentí, y tuve que aguantarme y rezar para que la imagen no se hiciera pública. —¿Y qué es eso que dice mi padre, lo del acuerdo? —pregunté inocentemente.

—Oh, para venderle una parte de mi empresa. —me sonrió.

—Oh, ¿y vas a firmar? —pregunté con una sonrisa, y él asintió con la cabeza sin pensárselo dos veces.

—Por supuesto. —sonrió. —Y bueno, espero que vengas a más cenas. Así nos vemos más. —me sonrió.

—Claro. —sonreí falsamente. Pero iré con mi novio, gracias.

—Hey, chicos. —dijo mi padre viniendo con una sonrisa.

—Hey, Harry. Me lo he pensado, ¿dónde tienes los papeles? —dijo Louis.

Mi padre sonrió. 

—En mi maletín.

—Vamos entonces. —sonrió Louis.

Mi padre me sonrió y yo aparté la mirada. Ya tenía lo que quería.

—Bueno, yo mejor me voy ya a casa. Estoy muy cansada. —dije fingiendo cansancio.

Louis se giró y asintió con la cabeza.

—Descansa, preciosa. —me sonrió, y se acercó para plantar un beso en mis labios. —Nos vemos otro día.

—Nos vemos. —sonreí falsamente. Estaba engañado a Zayn y le estaba dando esperanzas a Louis, ¿y todo para qué?

—Adiós, cariño. —me sonrió mi padre, y se acercó para darme un beso en la mejilla, pero yo me alejé.

—Adiós, papá. —dije, y di media vuelta.

—¿Qué le pasa? —escuché que le decía Louis.

—Está cansada, es todo. —dijo mi padre. Sí, cansada de fingir.

Salí fuera y el viento me azotó. Era verano, pero de noche hacía frío.

Luke no estaba por ahí, como era de esperarse. 

—Señorita, ¿la llevo? —me preguntó el chófer de mi padre.

—Sí, por favor. —dije, y él me abrió la puerta de copiloto.

***

Abrí la puerta de entrada con los tacones en la mano. Ahora sí que estaba cansada de verdad.

—¿Zayn? —dije, al ver las luces apagadas.

—Señorita Styles. —dijo Amelia encendiendo la luz. —Zayn se ha ido hace un rato. —me informó.

—¿Qué? —¿a dónde va a ir a estas horas?

—¿Dónde?

—No lo ha dicho, señorita. —dijo. —Parecía que estaba llorando.

¿Qué? 

—Gracias... Amelia. —dije, y subí rápidamente arriba, a mi habitación. La pantalla del ordenador iluminaba mi habitación. Fruncí el ceño. Yo lo había dejado apagado. Me acerqué a la pantalla del ordenador y el calor invadió mi cara. —Joder, joder. ¡Me cago en la puta! —grité, cubriéndome la cara con las manos, frustrada. 

BDSM | Zayn MalikDonde viven las historias. Descúbrelo ahora