Capítulo 2

2.1K 228 79
                                    

Estoy en la habitación que me asignaron mis tíos en su casa. Me encanta, es mucho mas grande que la mía. En Nueva York vivía con mis padres y mi hermano en un pequeño departamento en el centro de la ciudad, no podía ser mayor porque el alquiler es bien caro en esa zona, pero debíamos vivir ahí porque era cerca del trabajo de mis padres.

《Extraño tanto a mi familia》

Decido agarrar uno de los pocos libros que me traje y comienzo a leerlo por no sé cuantas veces, "El diario de Noah" es mi libro favorito. Siempre soñé encontrar un amor como Noah, pero terminé con un psicópata enfermo.
Miro mis muñecas, las marcas están ahí y son recientes, estas marcas les dieron a mis padres el valor para tomar la decisión de alejarme de mi tormento. Puedo ser una cobarde, pero prefería mil veces quitarme yo la vida que dejar que ese idiota lo hiciera. Odio recordar, no puedo, no quiero más. Me recuesto a seguir mi lectura.

— ¿Qué no vas a entender de una vez que tú eres mía Aihnoa? — sus manos recorren mi cuerpo. Estoy amordazada y tengo ganas de llorar, de morirme — Tú y yo somos el uno para el otro — me besa — ¿No recuerdas? — acaricia mis pechos. Estoy atada a una cama en ropa interior — ¿Recuerdas las veces que hicimos el amor? —su mirada me da asco y miedo. No de nuevo por favor, no de nuevo. Mis súplicas internas no sirven de nada, sé que todo volverá a ocurrir.

— ¡¡¡ANASTASIA!!! — me despierto de golpe por el grito de mi prima. Su mirada se ve asustada — Estás llorando — me susurra. Toco mi rostro y en efecto, está empapado.— ¿otra pesadilla? — me pregunta, yo solo asiento. Ella se coloca a mi lado y me abraza. Lloro en su pecho.

— Quiero que paren ya. — suplico. Siento el cálido consuelo de Irina.

— Y lo harán Ana, lo harán. Dejame ayudarte. — la miro a los ojos.

— Yo no tengo remedio Irina. Estoy rota, él me rompió.

--------------------------

Lo que queda de día la pasé en la habitación de mi prima. Hicimos tareas y justo ahora, que son cerca de las 10:00 pm estamos terminando de ver la película "No se aceptan devoluciones", andamos llorando a moco vivo, pobre Magie, tan linda, tan niña. El celular de Irina anuncia un mensaje.

— Es Flavio. — me dice mientras mete un puñado de palomitas en su boca. — Pregunta si estamos libres este viernes en la noche.

— Yo no estoy — le digo rápidamente y dejando de atender a la peli.

— Tarde, ya dije que si — la fulmino con la vista.

— No me apetece salir. — le quito el recipiente de palomitas de las piernas y sumerjo mi mano.

— Me vale madres. — se ríe y sigue escribiendo en su celular. — Ya todo está arreglado.

— Irina, no creo que...

— ¿Chicas? — la tía Antonella se asoma a la habitación. — Deberían dormir. Mañana tienen clases. — Nos dice.

— Si ma, ya vamos. — mi prima a penas presta atención, sigue ensimismada en su conversación con Flavio. La tía se va y cierra la puerta.

— No me puedes obligar a ir — me cruzo de brazos.

— ¿Quién lo dice? — me ve divertida. — Solo espera y verás. — Dios, ¿por qué me tocó una prima tan loca?

La nueva Anastasia Collins.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora