Capítulo 39

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Pov Dante.

A pesar del desagradable inconveniente en la casa de mi padre, la noche fue agradable. La familia de Anastasia nos hizo sentir como en casa a los chicos y a mi. Su madre preparó un delicioso asado con una salsa agridulce que estaba para chuparse los dedos. Irina había puesto empeño en la decoración, comentó que su sueño desde niña era ser decoradora de interiores, le doy mérito, le puede ir bien en ello. Faltan 10 minutos para las 12:00 am. Eso significa, un nuevo año, nuevos propósitos, nuevas ilusiones y metas por alcanzar. La miro a ella, sonriendo mientras baila con sus amigas, como es así de dulce, preciosa, única, y me doy cuenta que tolo lo nuevo que quiero para este año se resumen en solo una cosa: Estar con ella, vivir para ella.

Temo a este sentimiento, no mentiré, me asusta sentir tanto al punto de no importar dar mi vida por esa persona. La necesidad de mis manos de estar constantemente acariciandola, mis ojos que aclama siempre su presencia, mi cuerpo que llora por estar cerca del suyo, mi corazón  que me exige proteger el de ella, me demuestran, que mi mundo está girando en torno a esa chica, que es tan imprescindible en mi vida, que la simple idea de un día despertar y no saber que está, me aterra a morir.
Me acerco hacia donde está y la tomo por la cintura acercándola a mi. Para de reír de cualquier comentario que había echo Araceli y sonríe dulcemente volteando a verme a los ojos. Sus profundas y luminosas pupilas traen paz a mi alma. Encuentro sosiego en su mirada de tal modo que la serenidad y tranquilidad pasan a ser superior cuando estoy así de cerca de ella.

— ¿Te he dicho que el rojo te queda hermoso? — pregunto en su oído 

— De hecho, si. Desde que llegamos a casa solo hablas de lo hermoso que se ve este vestido en mi.

—Y también imagino lo hermoso que se vería quitándotelo. — es un susurro erótico lo que se escapa de mis labios. Ella da un suave jadeo.

— No se vale que seas así Dante. Mi familia está aquí y esta noche me quedaré con ellos. Mañana se marchan. — beso su mejilla.

—Lo sé, es solo que, no puedo evitarlo Anastasia.

Una canción romántica comienza a sonar. Observo en dirección al estero de música, y veo a un Flavio sonriente que me da un guiño de ojo.

— Es mi canción favorita — la veo a la cara nuevamente cuando me habla. — When i look at you. Siempre supe que esa canción era especial para mí. Por algún extraño motivo lo sentía asi. Luego de conocerte y ver lo que significas en mi vida, veo que todo tiene sentido. Te amo. — me besa tiernamente mientras nos movemos al compás de la melodía de la canción.

Mi pecho retumba en las paredes de mi caja torácica. Cada vez que las palabras "te amo" salen de sus labios, un enorme impulso a decirle "yo también te amo" me invaden, pero,siempre me detiene este miedo a exponerme.

Mi relación con Daria no era precisamente amor, eso siempre lo tuve claro. Pero si la quise mucho, demasiado. Ella fue ese soporte en un momento muy duro de mi vida. Estaba solo, sin el apoyo de mi padre, vivía amargado por la muerte de mi madre que solo pensaba en trabajo y en superarme. Daria en aquel entonces fue como una luz ante mi, algo que me hizo recrearme y recordar que soy un ser humano y tengo sentimientos y necesidades. Su doble traición me chocó bastante. En primer lugar cuando descubrí todas las artimañas que tramó con mi padre para que yo renunciara a mi trabajo, y luego, su traición directa a nuestra relación.
Desde ese entonces terminé de cerrarme por completo. Las relaciones para mi estaban sobrevaloradas. Tenia mi vida fríamente calculada. Mi objetivo era trabajar, centrarme solamente en ayudar a las personas. Diversión la tenía cuando compartía con mis amigos y siempre que necesitaba a una chica solo nos íbamos de antro y listo. Pero, después de la llegada de Anastasia, mi perspectiva de vida dio un giro total de 360 grados. Comencé a pensar en un mañana completamente diferente. Ya no vivía en modo automático, ahora sentía, sonreía solo, buscaba escusas para estar a su alrededor. Poco a poco fui queriendo saber más y más de ella. Me despertaba asustado en medio de la noche porque soñaba, y en esos sueños solo su rostro y sonrisa persistían. No sabía que era, o por qué actuaba así. Darme cuanta que amaba a esta chica trajo un conflicto interno en mi, he llegado a pensar que estoy confundiendo las cosas, pero luego, esta necesidad de cuidarla y protegerla, la visión de un futuro a su lado y conocer la intensidad de este sentimiento, me demuestran que no estoy loco, si estoy enamorado.

La nueva Anastasia Collins.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora