Capítulo 35

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Les regalo un pequeño collage de fotos de Chris Woods quien me inspiró a dar vida al personaje de Dante. Espero les guste.

Pov Dante.

Termino mi ducha y me coloco solo unos boxer. Mis planes de esta noche: dormir o al menos intentarlo. En lo único que puedo pensar es en poner las manos sobre ese tal Brandon. Estuve haciendo mis investigaciones, su padre es un político reconocido en el Senado de Nueva York, obviamente tienen un apellido y prestigio, no me resulta raro el resultado del juicio. También estudié ese juicio, la estrategia del abogado fue estupenda, pero las pruebas existían, el juez no podía dictar una sentencia diferente, pero, la condena no era la merecida, una vez más, la justicia ciega me hace dudar.

Tocan a la puerta de mi habitación.

— Entre. — es Dani. Está vestida con unos jeans ajustados y una sudadera amarilla. —¿vas a la cena? — ni sé para qué pregunto.

— Si. Todos vamos. — llega a mi lado y se sienta. Me observa. — Deberías de ir.

— Estas realmente mal de la cabeza. — agarro el control de la TV, entro a Netflix a ver que encuentro de mi agrado.

— Dante, no seas testarudo. Necesitas a esa chica. Tienes que entenderla, es natural que estuviera asustada de tu reacción. No es fácil para nadie pasar por todo lo que pasó Anastasia.

—¿Sabías? — mis ojos se abren. Ella se mueve nerviosa. —¿Sabías o no Daniela Pires? — alzo la voz, se estremece.

— Bueno, si. Ella e Irina me contaron en la noche en que ese loco apareció.

Esto es inaudito, hasta mi propia hermana me traiciona. Es decir que, todos sabían menos yo. ¿Lo ven? Otra decepción más. Le pudo contar a cualquier persona menos a mi, todo está más que claro.

— Solo me contaron porque yo estaba aquí y presencié todo. No pienses mal, nadie más sabe. — me aclara, mi hermana me conoce demasiado bien.

— Quiero estar solo. — soy tajante.

— Claro, siempre te quieres refugiar en la oscuridad. ¿Por qué no le dices que la amas y ya está?

—¡¿QUIÉN TE DIJO QUE YO LA AMO?! — me sobresalto de más.

— Por Dios Dante, es solo mirarte. Es tan evidente que estas enamorado de esa chica que solo tú eres capaz de creer que engañas a alguien. — odio cuando se pone en ese plan.

— Daniela déjame solo. — me pongo serio.

— Está bien. Me iré a divertir con las personas jóvenes y que no son unos cobardes que temen a vivir lo que sienten como lo son otros.

Se pone de pie y se marcha. Mis ojos y manos buscan el colgante y lo observo.

《Su corazón》

Agarro la polera que usó y la llevo a mi rostro. Aspiro su olor, es tan delicioso, femenino y suave que mi piel se pone chinita. Dios, deseo tanto tenerla ahora, justo ahora. La necesito, soy completamente adicto a esa chica.

《Calma Dante, debes pensar con la cabeza fría. Un impulso no te llevará a nada, solo te humillarás sin razón, ella no confió en ti, recuerda》

Gracias a Dios tengo a mi conciencia que me detiene de cometer cualquier estupidez.

《¿Qué esperas para ir tras ella? Eres un cobarde agente Pires. Que decepción. Amar y reprimir solo dice lo poco hombre que eres.》

Ahora sí estoy confundido. Hasta hace unos segundos mi conciencia alimentaba mi orgullo, ahora habla por mi corazón. Esto solo demuestra el enredo de mierda que traigo en la cabeza. Una parte de mi quiebre salir corriendo a buscarla, guardarla en una urna de cristal y protegerla de cualquier peligro al que pueda estar expuesta. Pero, la parte arrogante, me recuerda cuanto odio las mentiras, la desconfianza. Es como si yo no hubiera significado nada real para ella y por eso no quería contarme.

La nueva Anastasia Collins.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora