Buscando el amor

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Ese día prometía ser tan normal como cualquier otro, al menos para Megumi. Anzu había decidido caminar con ella y con Yūgi rumbo a la preparatoria; pero la joven de ojos azules se había distraído viendo la vitrina de una tienda en la que se exhibían una especie de juegos de llavero en forma de corazón.

-¡Hola, chicos! -saludaron los gemelos Hikaru y Jōnouchi, sumándose al trío poco después.

-¡Oh, hola! -replicaron los tres con ánimo.

-¿Qué están haciendo? -indagó Hikaru.

-Anzu insistió en que nos detuviéramos un momento frente a esta tienda para ver esos nuevos juegos de llavero -respondió Yūgi.

-No son juegos de llavero -aclaró Anzu-. Es una prueba de compatibilidad móvil. Se llama "un compañero precioso". ¡Todas las chicas tienen uno! -Se volvió hacia Megumi-. ¿Por qué no compramos un par, Meg-chan?

-Uhm... De acuerdo -asintió la pelirroja, no muy convencida.

Ambas muchachas ingresaron en la tienda y no tardaron en volver, cada una con dos corazones de pantalla pequeña y par de botones en sus manos.

-Ahora tú usas los botones para introducir tu cumpleaños y tipo de sangre en la pantalla. Una vez que has ingresado eso, comienza el envío de una señal personalizada y, si dos "compañeros amorosos" con una señal que coincida se acercan, comienzan a hacer un pitido cuando oprimas los botones -le explicó Anzu a Megumi, indicándole con la mayor amabilidad el modo de usar aquellos pequeños juguetes.

-¿Y qué hago con el otro? -dudó la pelirroja, luego de haber seguido las instrucciones de su amiga.

Antes de que Anzu pudiese brindarle una respuesta, la pícara Hikaru le arrebató el otro llavero móvil a Megumi y se lo arrojó a Jōnouchi, diciendo:

-¡Hey, Jōnou, Meg te regala esto!

-¡Hi... Hikaru-chan! -protestó Megumi con el rostro todo colorado.

-¿Quieres saber si somos compatibles? -inquirió el muchacho rubio, dándole vueltas al corazón móvil entre sus manos con los ojos llenos de dudas-. Pero eso es cosa de mujeres...

-Si no lo quieres, solo tienes que decirlo directamente -se exasperó su hermana, dirigiéndole una mirada de enojo.

-No he dicho eso, por supuesto que lo quiero -El rubio obsequió a Megumi con una sonrisa-. Muchas gracias, Meg.

La pelirroja solo pudo ponerse colorada y asentir en aquel momento; pero cuando todos reanudaron la marcha hacia su centro de estudios, se acercó a su amiga rubia para preguntarle en voz baja:

-¿Por qué hiciste eso, Hikaru-chan?

-¿Y por qué no? -La rubia le dedicó un guiño de complicidad-. Ahora podrás saber cuán compatibles son mi hermano y tú. Pero, como necesitabas un empujoncito para hacerlo, yo te lo di como buena amiga que soy.

-Hombre, hoy es deprimente -comentó Anzu al aire para cambiar de tema, pues había oído lo que hablaban las muchachas y le parecía que Megumi estaba algo incómoda con todo aquello-. Hoy sacarán los resultados del examen de aptitud académica y los pondrán en orden ascendente, en la pared del pasillo.

-¡Oh, sí! ¡Hoy salen los resultados! -saltó Yūgi de pronto con inusitado entusiasmo-. ¡¡Asombroso!!

-¡¿Eh?! ¿Qué tiene eso de bueno? -se extrañó Anzu.

-¡Jōnouchi-kun, Honda-kun y yo prometimos jugar un juego con eso! -contestó el chico de baja estatura-. El perdedor compra las hamburguesas. ¡Yo no puedo perder!

Entre corazones, juegos y amores [One-shots - Yu-Gi-Oh! Duel Monsters]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora