Por una palabra [PR #2]

Capítulo 15

RENZO

Se queda en silencio por tanto tiempo que siento que ya no respiro. No sé por qué me importa tanto su reacción, pero no puedo negar que lo hace y mucho.

Desde que nos besamos no soy capaz de pensar en otra cosa, me hizo sentir de un modo que jamás me había sentido, y lo único en lo que mi mente puede pensar es en repetir la sensación cada vez que tenga oportunidad.

¿Está bien eso? Claro que no.

¿Debería sentirme culpable? Sí, evidentemente.

¿Acaso lo hago? No, y no entiendo por qué.

En mi mente Ámbar es todo lo que está bien, y no puedo asociar nada que la involucre como algo negativo.

—Di algo, por favor, el mudo soy yo.

—Es que no sé qué decir… —Su mirada está fija hacia delante y perdida, como si estuviera sumergida en sus propios pensamientos—. Creí que dirías algo peor, que ya mataste a alguien o algo así, y sé que no es del todo correcto pero… lo que dices tiene sentido en algún punto.

—¿Crees que hago bien? —pregunto de forma dudosa.

—No me preguntes, Renzo. Puedo ser muy cruel cuando tengo que decir la verdad…

—Está bien, mientras seas sincera…

Se ve muy seria, no lo está tomando a la ligera pero tampoco se ha cerrado, lleva sus ojos a mí y, conservando la distancia y haciéndola sentir, por fin dice lo que piensa:

—Estás dejando tu vida entera pasar, poniendo todas tus energías en hacer algo que no resolverá nada para nadie. Y no te estoy juzgando, de verdad intento entender el vacío, el sentimiento de injusticia y la sensación de que todas las desgracias de tu vida son culpa de ese hombre… Pero, imagina que lo encuentras, lo matas, ¿y entonces? Tu vida ya no tendrá sentido, porque todo lo que hiciste fue perseguir un objetivo que no daría frutos.

—Creo que podrías tener las mejores intenciones de comprender lo que siento, pero igual no lo lograrías. Lo he intentado, Ámbar, he intentado dejarlo atrás desde que sucedió, y nada ha dado resultado.

De hecho, jamás había hablado de esto con nadie. Solo Jazmín conoce toda la historia, un día le dije lo que pretendía y solo dijo que estaba bien, que tenía su apoyo y que escaparía conmigo a dónde sea.

No me cuestionó, por eso ahora el hecho de que Ámbar lo haga me sorprende.

Pensé que simplemente se iría, que sería el punto final a todo esto y, aunque no quería perderla, ella merecía la verdad.

—¿Y qué sabes del tipo? ¿Se arrepiente? ¿Sufre cargos de conciencia? ¿De verdad las cosas son así como te las contaron?

—Solo sé su nombre.