Jane Miller es calculadora, un rostro hermoso, una belleza envidiable, capaz de lograr que hasta el mas importante de los hombres se ponga de rodillas a sus pies.
Hace tres años atrás a ella, solo la mirabas a los ojos y eran los únicos que mostr...
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El juicio
Jane Miller
Suelto el móvil tras varias llamadas a mi hermano. No contesta y no se donde esta metido. La tropa con quien se fue ha vuelto esta mañana y él sigue desaparecido. Pero seguramente me lo encuentre en la corte.
Me doy prisa ya que tengo a todos los chicos esperándome en la sala y Connor esperándome en la puerta. Pongo bien mis navajas en la pierna derecha y en mi otra pierna guardo mi pistola, me bajo el vestido negro debajo de mis muslos.
— Los chicos acaban de salir para irse a la corte - me informa Connor detrás de la puerta.
Miro desde la ventana viendo a los chicos subiendo en sus coches. La mañana nos acompaña con truenos y con nubes grises, el viento sopla tan fuerte que las hojas caen de sus ramas. Da pinta que va a llover.
Recojo mi cabello en una cola alta y vuelvo a mirarme en el espejo, una sonrisa se me escapa, hoy se acabara. Connor tiene todo planeado, él me llevará a Crystal antes de que la trasladen a la prisión Estatal de San Quintín.
Esta prisión destaca por tener a los criminales más reconocidos y peligrosos del País en su mayoría, sentenciados a morir y no creo que Crystal pueda vivir ni un día en ella. Le vamos hacer un favor matandola.
Connor entra y veo lo hermoso que se ve con el traje negro. El me mira de arriba a abajo y se lame los labios. Vamos de negro los dos porque hoy va a morir Crystal y para ahorrarnos la molestia de venir a su enterramiento ya lo hacemos ahora.
— ¿Vamos? - me pregunta pasando sus dedos por mi cuello y yo acabo de pintarme los labios de un rojo potente.
Sé lo que me espera cuando llegue. Beso a Connor antes de seguir caminando a su lado.
— Vamos acabar con nuestra pesadilla - le digo con una sonrisa cerrada.
El me toma por la nuca juntando nuestra frentes y me susurra algo en ruso que perfectamente entiendo.
— Smert' tem, kto prichinyayet nam vred - “Muerte a los que nos dañan”
Subo al coche de Connor y el guarda su arma debajo de su chaqueta. Conduce a toda velocidad que no da tiempo ni de imaginar todo el caos que se montara cuando me vean con Connor.
En cuanto llegamos, Connor es el primero de bajar del auto y los periodistas se avalanchan sobre él, preguntando de cómo se siente al respecto, o si sabía algo de esto, o que si iba a defender a su madre.
