Jane Miller es calculadora, un rostro hermoso, una belleza envidiable, capaz de lograr que hasta el mas importante de los hombres se ponga de rodillas a sus pies.
Hace tres años atrás a ella, solo la mirabas a los ojos y eran los únicos que mostr...
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Jane Miller
Lo último que mis ojos percibieron fue el ataúd, el ataúd donde metieron el cuerpo que quedaba.
Todo dicen la típica frase de que “Nunca sabes lo que tienes hasta que lo pierdes”, eso es tan mentira como las lágrimas de algunos presentes en este cementerio, yo siempre supe lo que tenía, siempre supe valorar lo que amaba, pero nunca pensé que me los quitaran de esta manera.
Todos acabaremos en ese ataúd y debajo de la tierra, como si nunca hubiéramos caminado vivos por la tierra,unos encontraran personas que las enterraran y llorarán por ellas.
Pero las últimas personas son las que no encontraran a nadie quien los entierre, vendrán desconocidos y los enterraran, desconocidos…
Mientras son enterrados, mi amiga y el que una vez fue el amor de mi vida, yo nisiquiera puedo pararme de pie para dejarles rosas como los otros, me mantengo en esta estúpida silla de ruedas.
Ares Grey, amigo, compañero, un gran soldado y agente, 1996-2021.
Eso es lo único escrito en su lápida y en el mismo que Camila. Mientras que mayor a menor rango de nuestra MOEFM dan su discurso, yo me mantengo sin moverme de la silla.
Las lágrimas me bajan por las mejillas, dejando mi mirada fija en la lápida de él, quiero gritar, pero me mantengo firme.
He luchado tanto para que no me volviera a pasar, para no volver a sentir esto.
El amor que recibí de Ares, fue la causa que me elevo del infierno, me ayudó a salir de donde me metí por otra persona.
Aunque nuestro destino ya estaba escrito de que no terminariamos juntos, porque mi alma se rompió por otro y él quiso reparar uniendo la suya, pero era imposible, no se puede unir las almas rotas con otro trozo que no encaja.
Pero sé perfectamente que nuestro amor fue puro, pero no correspondido.
Tal vez en otra vida, podamos estar juntos, Ares Grey.
Veo la intención de Luke cuando intenta arrastrar mi silla, hacia el ataúd, pero yo freno las ruedas con las manos, para que no me pueda mover, y él lo entiende.
Actuó como si nada me importara, pero estoy jodidamente asustada.
Estoy perdiendo mucho en esta vida, todo se fue.
Somos los primeros en abandonar el cementerio.
No tenía ningún permiso para salir del hospital, pero mi hermano sabía que necesitaba estar presente en el enterramiento, así que me sacó de allí .
Luke está jodidamente asustado, tiene miedo de que no pueda volver a hablar, no he mencionado ninguna palabra desde que me desperté, se que si lo hago me romperé.
Y aquí de nuevo me traen en estas cuatro paredes, prueba tras prueba.
Os diría que la vida sigue, pero estaría mintiendo.
Mi vida no sigue, solo estoy viendo pasar los días. Mientras que todos los de mi alrededor se extrañan, ni una palabra mencionada aun, se piensan que estoy en estado de shock por eso no hablo.
Quiero sentir, quiero decir que siento algún sentimiento, pero no siento NADA.
La puerta se abre, veo la hora, me extraña que la doctora venga ahora, son las tres de la madrugada.
Levantó la mirada y veo a ese demonio. Agarró el arma que tengo guardada debajo del cojín.
— Baja el arma - me habla
— Dime una sola razón para no disparar - le respondo
Se me queda mirando y me analiza de arriba a abajo.
— No me digas que le doy pena al gran Boss Christopher Smith, aunque esté discapacitada puedo disparar - le digo
— Vengo en son de paz - me responde y me rio.
— ¿Son de paz? - me pregunto por la burla — ¿Tu?
Se queda de nuevo en silencio.
— En este hospital no tendrás progresos, el mejor que puedes ir es en la Clínica Karolinska de Estocolmo en Suecia, tienen a los mejores tratamientos de rehabilitacion del mundo - me explica confundiendome
— ¿Por qué me estás contando esto? - le pregunto confundida.
— Quiero ayudarte
— ¡No necesito tu ayuda!
Se me acerca desesperado, cortando mucho la distancia.
— El hecho de que seas fuerte para manejar el dolor no significa que te lo mereces - me habla — Te mereces una segunda oportunidad, y no estás acabada como tu crees.
— ¿Y por qué no? - le pregunto.
— Porque en esa clínica puedes mejorar y volver andar - me responde.
Se que en esa clínica podría mejorar, pero es una clínica donde el dinero que tengas te falta mas para poder pagarla.
— ¿Porque te interesa que me recupere?, ¿porque me ayudarias o más bien dicho que es lo que quieres de mi? - le pregunto sin entender sus razones de ayudarme.
— ¡Porque tú eres… porque me podrías servir, he visto tus cualidades y puedo decir que eres una de las mejores, quiero tenerte en la Mafia - me responde
— Tendrias alguien contigo que no conoces de nada, que podría traicionarte, eso suena absurdo
Se me queda viendo y saca una tarjeta de su bolsillo, escribe algo en ella.
— Se que cuesta de creer, pero a mi me gusta tener a los mejores, por eso te mandaria a Estocolmo para que te mejores, lo pagaría todo yo, a cambio de que te unas a mi - me dice ofreciéndome la tarjeta — Te doy el numero para dejarte pensartelo y me llamas cuando sepas tu respuesta.
— ¿Y si no te llamo? - le pregunto y él bufa.
— No creo que cometas ese error, sabiendo lo joven que eres para pasarte toda la vida sin caminar - me responde dejando la habitación.
Golpeo mis manos con el colchón y guardo el arma de nuevo. ¿Qué es lo que quiere realmente de mí este?
Me veo en el reflejo del hierro de la cama y ni siquiera me puedo reconocer.
He sido la víctima tanto tiempo, pero este es su final ahora me toca abrir la historia donde soy la villana.
