Jane Miller es calculadora, un rostro hermoso, una belleza envidiable, capaz de lograr que hasta el mas importante de los hombres se ponga de rodillas a sus pies.
Hace tres años atrás a ella, solo la mirabas a los ojos y eran los únicos que mostr...
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Noah
Jane Miller
Cuatro días después
Luke sigue en la cama del hospital inmóvil. Tiene el rostro pálido y drenado. Luke casi se muere, por lo que me dijo el Doctor, porque perdió mucha sangre y por la sobredosis.
El es un luchador, el es mi héroe. Por esas mismas razones sigo en este mundo. Mi tío Derek, no paro de llamarme, recordándome que tengo una tarea que cumplir, "descubrir si los Woods tiene que ver con la muerte de mis padres". Ares me viene a ver cada día, menos hoy que me a llamado de que no lo dejaban volver al hospital, que se tenía que quedar en la Central, y le dije que estaba bien, para no preocuparle, igualmente que necesite el apoyo de mi novio, no puedo ser egoísta.
Luke lleva dormido cuatro días, porque los médicos decidieron que mejor era mantenerlo sedado, para que su cuerpo se sanara de las heridas y esta funcionando, su cuerpo está sanando.
— Hola- oigo la voz de Jack en la puerta
— Hola Jack- lo saludo
— Vamos a tomar un café, tienes una mala cara- me dice sacándome una sonrisa
— No puedo, salir del hospital- le digo observando a Luke en la cama
— No vas a salir del hospital, vamos a la máquina de cafés que está en el piso de abajo- me responde, acercándose a Luke
— Esta bien- le respondo
— El va a salir de esto, Luke es fuerte- me dice saliendo de la habitación y yo lo sigo, agarrando mi chaqueta
Silencio total cuando bajamos por el elevador, hasta que llegamos a la máquina.
— Café largo con dos de azúcar, ¿verdad?- me dice y asiento con la cabeza
Voy caminando, hasta salir a una mini terraza que es del salón de espera del hospital y veo como Jack me sigue con dos vasos. Me lo deja encima de la baranda.
— Deberías ir a casa a descansar- habla Jack dándole un sorbo a su café
— No, voy a abandonar a mi hermano- respondo, bebiendo de mi bebida
— No lo vas a abandonar, el esta aquí y no creo que el quiera que te veas así- me responde y yo le doy otro trago a mi café y noto como mi garganta quema, por el café caliente.
Seguimos bebiendo nuestros cafés, mirando el paisaje que se ve el mar a lo lejos y Jack ya no cometa nada, el sabe cuando debe de parar de insistirme, no como otros.
Rebusco en mis bolsillo y encuentro mi encendedor, saco la caja de cigarrillos que tenia guardada en mi chaqueta, enciendo el ultimo cigarro que me queda.
