Querido diario:
Nos hemos acercado a Alex furtivamente, en el hall de entrada. Hablaba con la inspectora acerca de básquetbol. Moira y yo nos sentamos en uno de los bancos junto a la puerta de inspectoría, detrás de Alex y la inspectora, y esperamos por más o menos cinco minutos. Alex hizo de ademán de marcharse en cierto momento en el que la inspectora detuvo a una niña tras verla con las uñas muy largas y pintadas. Se ajustó el bolso en el hombro, y entonces nos pusimos de pie. Llamé a su nombre. Alex se dio la vuelta.
—¡Oh, Noelia! ¿Cómo estás?
Aunque sonreía, en ese momento no pude evitar concentrarme en las pecas bajos sus ojos. Es el tipo de gesto que te deslumbra, porque resulta inesperadamente atractiva.
—Estoy bien. Alex, ¡Gracias!
—Oh, ¿por qué?
Parecía perdida.
—Por llevarme a la enfermería ayer, ¿no lo recuerdas?
—Ah —Alex miró hacia un lado, intentando recordar. Al lograrlo, su exclamación fue más prolongada—. ¡Aaaah! Claro que sí. ¿Cómo te sientes hoy?
—Mucho mejor.
—Sí. Parecías dormir profundamente, pero cuando te intenté despertar, no reaccionabas, así que te llevé a la enfermería. Gracias a Dios, estabas boca arriba, podrías haberte roto la nariz... o Dios sabe qué más.
—Ya veo.
—¡Noelia está muy agradecida de eso! —Moira terció con un tono un poco desesperado. No pude evitar soltar una risita. Luego exclamó de forma lisonjera—: ¡Gracias, Alex! Eres tan amable.
—No es nada —le respondió Alex sonriéndole a Moira de vuelta, un poco cohibida, pero sin perder la confianza en sí misma—. Prometan que descansarán, ¿eh? —Alex dijo esto echando una mirada por encima de su hombro—. Bueno, creo que debo irme. Estudiar es divertido y todo, pero deben cuidarse a ustedes mismas. ¡Mucha comida saludable! ¡Duerman bien esta noche!
Sin embargo, la seguimos un paso más, y entonces notó que nosotras no habíamos terminado de hablar con ella.
—Ah. ¿Ocurre algo?
—Alex... queríamos saber...
—Noelia quiere saber cuál es tu tipo de galleta favorita.
A Alex le pareció inesperado, ya que frunció el ceño brevemente.
—Me pones en un gran dilema, Moira —Alex comentó alegremente, cruzándose de brazos y llevando una mano al mentón—. Me encantan las galletas blandas. De avena con chocolate, de jengibre, de chispitas de chocolate. Soy bastante sencilla, nada rebuscado. ¿Por qué lo preguntan?
—Oh, está bien, ¡gracias!
Diario, ¿podríamos haber sido más obvias?
Moira soltó una repentina carcajada, me tomó del brazo, y me arrastró lejos de Alex. Parecíamos... bueno, lo que éramos: colegialas sonrojadas por los encantos de un estudiante guapo y popular. Alex sonrió, se despidió con la mano, y se marchó con una sonrisa en el rostro. Ciertamente no era la primera vez que sus encantos cohibían a las demás chicas.
—¿Qué vamos a hacer, Noelia? —Moira parecía mucho más entusiasmada por la idea que yo.
—Bueno, pues, decidamos qué galleta podemos hacer. A mi mamá le quedan muy bien las de jengibre... puedo pedirle que nos ayude...
—Jengibre es para navidad. ¿Qué tal las de chispitas de chocolate? Es un agradecimiento, ¿no? Además, ella dijo que deberíamos comer...
—Comida saludable.
—¡Oh, Noe! —¿Noe? Era la primera vez en mucho tiempo que alguien me llamaba así, lo que me pareció divertido. La última vez había sido en el jardín infantil—. ¡Ya sabes a lo que me refiero!
Moira se aferró a mi brazo al tiempo que me daba golpecitos en el hombro.
Entonces, diario, nos hemos decidido por galletas con chispitas de chocolate. Me encanta ver a Moira tan emocionada. Decidimos que iríamos al supermercado el viernes por la tarde a lo que terminen las clases, y por el momento buscaríamos una receta. Mamá debe de tener una en su cuaderno...
Pero, querido diario, lamento informarte esto, y es que Blair no apareció hoy en la escuela. De haber sido así, todo se hubiese sentido como una fiesta, que es más o menos lo que ocurre cuando ella anda en el campus. No sé por qué, pero la extraño. Me pregunto si acaso es así como las demás chicas se sienten también. Ella es el príncipe de nuestro colegio.
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Ingénue
RomanceNoelia es una estudiante de dieciséis años que ha sido transferida a segundo año en el instituto privado Nuestra Señora de los Dolores. Desde ese momento, cae en un mundo de rivalidad femenina, amor, obsesión y corazones rotos. Después de un inciden...