Capítulo 4

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MEGAN

Cuando me volví a despertar, era cerca del mediodía. Dejé mis ojos cerrados porque alguien estaba discutiendo en mi habitación. Oía la voz de papá gritando y la voz de mamá intentando calmarlo. Al principio, me costó mucho entender lo que decía, pero luego, cuando me desperté totalmente, escuché.

-Caroline, por favor. ¿Cuántas veces has visto víctimas de violaciones? ¿O de robos? Yo no me creo que se haya peleado. Tú sabes que no es así. Además, si fue una pelea, ¿dónde estaban Alexa y Katherina? ¿Por qué no la detuvieron? ¿Por qué Alexa no la trajo a casa?

-¡Thomas, por favor! ¡Cálmate! ¿Acaso mejoras algo gritando de esa forma? -decía mamá.

-Caroline, ¿crees que la violaron? -susurró mi papá.

-No lo sé -dijo mamá, pero parecía que estaba intentando no llorar. Por como su voz sonó ahogada, después me pareció que papá estaba abrazándola-. Unas patadas no dejan las marcas que ella tiene en su entrepierna. O en su abdomen. ¡Son manos, Thom! Sé que la patearon, pero no solo eso. Además, la reacción que tuvo cuando la intentaste convencer de que nos dijera algo... Es una de las reacciones que tienen las víctimas. Algunas dicen todo apenas se despiertan. Pero otras lo niegan hasta que se comprueba lo contrario.

-Pero puedes hacerle pruebas, ¿no?

-Las pruebas se le pueden hacer siempre cuando tengan su consentimiento y el de ustedes dos -dijo el tío Derek. Hasta ese momento, pensaba que ya se había ido.

-¿Mamá? -Supe que ya no podía escuchar más de eso y abrí los ojos.

-¡Megan! -dijo papá. Se acercó a mi lado y me acomodó el pelo en una muestra de cariño. Mamá ya se encontraba a su lado-. No sabíamos que estabas despierta. ¿Te sientes mejor?

-Mientras no me mueva, sí -Eso era cierto. Cuando abrí los ojos, intenté moverme y me dolió todo.

-Eso es normal. Tus hermanos te están haciendo una sopa para que comas. No has comido nada en todo el día y debes hacerlo. Cielo, sé que es muy pronto. Sé que tal vez no quieres decir algo porque tienes miedo. Pero debes decirnos qué pasó realmente -Mamá utilizaba un tono que me decía que podía confiar en ellos, pero aún me acordaba de las palabras del hombre. Sentía como si las estuviera susurrando a mi oído.

Si yo decía algo, ese hombre mataría a todos mis seres queridos. ¡Él sabía quiénes éramos! ¡Yo lo conocía! Y aunque no lo pudiera recordar, no me arriesgaría a que algo ocurriera. No. No podía decir nada. Si algo les pasaba a ellos... Simplemente no lo soportaría.

-No puedo decirles -No sabía que estaba llorando hasta que papá se sentó a mi lado teniendo mucho cuidado de no moverme bruscamente y me acogió en sus brazos-. Tienen que creerme. Me peleé. Eso fue lo que pasó.

-Megan, puedes confiar en nosotros, cariño -dijo el tío Derek-. No importa si te amenazaron. Nadie te va a hacer nada. Te podemos dar protección. ¿Te violaron?

No pude responder a eso. Solo enterré mi cara en el pecho de mi papá. Papá me sujetó más fuerte y me acarició el pelo. Me dolía el pecho por estar llorando. Supuse que eran las costillas, pero no podía dejar de llorar. Me acordaba de todo como si ese momento estuviera pasando nuevamente. Como si el hombre estuviera ahí. Sin embargo, yo sabía que no era cierto. Solo estaba en mi mente. Aunque todavía podía sentir su aliento. Olía a alcohol, pero no estaba borracho.

-Todo va a estar bien, mi amor -decía papá mientras me besaba la coronilla-. Lo denunciaremos. Derek va a atrapar a ese desgraciado. Nadie te va a hacer daño.

-¿Qué? ¡No! -dije sentándome recta tan de repente, que se me fue el aire y me dolió todo el cuerpo, lo ignoré y seguí-. No. No voy a denunciar a nadie. No puedo hacerlo. ¡No puedo!

-¿Por qué no? Megan, si te amenazó, fue solo para darte miedo -comenzó a decir el tío Derek, pero lo frené.

-No, tío. Tú no entiendes. Él sabía quién era yo. Sabía que me llamo Megan. Sabía sobre ustedes y mis amigos. Dijo que si le decía a alguien, los iba a matar a todos. Oh por Dios -dije de pronto. Me hice consciente de lo que había dicho y las consecuencias que eso traería. Todos morirían por mi culpa. Mi voz fue sólo un susurro después-. Todos van a morir por mi culpa. Todo esto es mi culpa. No debería haber dicho nada y ahora van a morir todos.

-Esto no es tu culpa. -dijeron Josh y Allan al mismo tiempo. No sabía en qué momento habían llegado, pero supe por sus caras que habían oído lo que dije.

Después de unas tres horas en que todos me decían que no era mi culpa, di mi testimonio. Todo estaba muy oscuro y él llevaba máscara. Solo sabía que era joven y que mi estúpida memoria no lograba recordar quién era el dueño de esa voz . A pesar de que solo pude dar esa información, el tío Derek partió de ahí hasta su oficina. Papá había bajado a su despacho para llamar a una agencia de seguridad para que nos protegiaran 24 horas al día. Mamá me había ayudado a darme un baño porque me sentía sucia. Aunque por más que me restregara tratando de quitarme las marcas que tenía, no podía. Sabía que era una estupidez. No se me quitarían hasta dentro de unos días, pero yo necesitaba quitármelas. Allan y Josh no se habían ido de mi habitación. Me ayudaban a moverme si lo ocupaba y me contaban cosas para que me distrajera. Hacía unos minutos nos habíamos quedado solos los tres, debido a que mamá había bajado a ayudar a papá.

-¿Pueden llamar a Matt? -Recordé que vendría en unas horas y no quería que me viera así. No quería que nadie me viera así-. Hoy iríamos a cenar. Díganle que no me siento bien. Que tengo dolor de cabeza o algo así.

-Él ya sabe lo que pasó, Meg -dijo Josh.

-No.

-Llamó hace unos minutos porque no le contestabas el teléfono. Le pareció raro puesto que siempre lo llevas. Nos preguntó la razón y le dijimos. Viene para acá. Con Alexa y Katherina.

-¡¿Por qué lo hicieron?! ¿Le han dicho a alguien más?

-No -aseguró Allan.

Con gran esfuerzo, aceptaba que le hubieran dicho a ellos porque de una u otra forma lo habrían descubierto, pero no quería que nadie más lo supiera. Era demasiado vergonzoso. Además, las personas te veían con lástima cuando pasan estas cosas. Decían cosas como "desearía que no te hubiera pasada nada", "lo siento mucho", "ya verás que vas a estar mejor", "puedes superar esto"...

Pero si ninguno de ellos ha pasado por esto, ¿cómo aseguran que estaré bien?

Hermosas TragediasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora