-¿Que yo qué? -susurré.
No lo podía creer. Esto no me podía estar pasando a mí. No. Simplemente no. Yo embarazada... ¿de él? ¿De mi atacante? No. Lo más seguro era que hubieran confundido mis resultados con los de alguien más. Eso pasa, ¿no? Yo no podía estar embarazada a los 16. Y mucho menos de la persona que más odiaba y a la que más le temía. Pero no era sólo eso, era imposible porque estaba segura de que él había usado protección. Además, yo tomaba mis pastillas anticonceptivas debido a mis problemas de salud.
-Cariño, lo siento mucho. Hice que analizaran los resultados tres veces.
-Caroline, ¿estás segura? Debe ser un error -dijo papá.
-¿Tres veces? No lo creo.
-¿Cómo es esto siquiera posible? ¡Mamá, es imposible! ¡Yo tomo mis pastillas! ¡Él usó protección! -grité.
-No lo sé, Megan. Las probabilidades de que esto pase son extremadamente bajas.
Josh y Allan tenían la boca abierta formando un "o" pequeña. Las lágrimas se comenzaron a derramar por mis mejillas al mismo tiempo que las ganas de vomitar me invadieron.
-Creo que voy a vomitar.
Mamá se me acercó con una bandeja cuando ya no pude aguantar. Papá me sostuvo el pelo. Cuando terminé, mamá me tendió una toalla para limpiarme. Mis hermanos ya habían cambiado su expresión por una de preocupación.
Discutimos por un rato el hecho de que yo quisiera irme a casa y ellos prefirieran que me quedara. Pero al final, los convencí de que mamá estaría ahí y que me podría cuidar. Todos estábamos de acuerdo en que yo no abortaría, pero hablaríamos luego sobre mis opciones. Pareciera loco o no, yo no podría dar a mi hijo en adopción. Porque eso era él o ella. Mi hijo también. Y no importaba que su padre fuera un completo idiota violador. Para mí, su padre sería alguien más. Pensé en Matt, pero no le pediría eso a él. Era demasiado joven para adquirir esa responsabilidad. Una pequeña voz me preguntó si yo no lo era.
Llegamos a casa y nos sentamos en la sala de televisión mientras esperábamos la cena. Yo estaba apoyada en el hombro de Josh y Allan estaba a mi otro lado.
-Voy a tener un hijo -Una sonrisa se comenzó a formar poco a poco en mi rostro. No sabía por qué la idea me emocionaba hasta cierto punto. Sí, era cierto. Las condiciones no eran las más aceptables, yo no tenía la edad indicada y mucho menos estaba preparada, pero... ¿Qué madre lo está?-. El padre podrá ser un estúpido, pero... ¿no creen que tendrá suficiente amor con nosotros? Miren, ya sé que soy muy joven y definitivamente esto no debería haber pasado, pero pasó. Y este niño también es mío. Yo simplemente... No puedo dejarlo. No me lo perdonaría.
-¿Estás segura de que esto es lo que quieres? -preguntó papá.
-Sí.
-Entonces eso es lo que haremos -sonrió mamá y ella y papá se acercaron a mí.
-No puedo dejarlo -susurré nuevamente. Necesitaba que estuvieran seguros de mi decisión, ya que nunca había tenido que tomar una más importante que esa.
-Ni yo te dejaría hacerlo. A mí no me quitas a mi sobrino -dijo Allan poniendo una mano en mi vientre. Mamá y papá rieron.
Esa noche celebramos. Por primera vez, en dos meses, podía decir que estuvimos completamente felices. Cuando me fui a dormir, tuve miedo de decirle a Matt y a Katherina que estaba embarazada, pero ellos reaccionaron muy bien después de la conmoción. Kate dijo que sería la mejor tía del mundo ya que de cualquier manera, sería la única tía. Matt decidió visitarme esa misma noche, pues dijo que no podía hablar por teléfono algo tan importante. Entré en pánico en cuanto lo hizo, pues temía que me dijera que ya no podría estar conmigo. Sin embargo, me dijo la cosa más tierna del mundo.
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Hermosas Tragedias
Teen FictionMegan tiene 16 años y dos hermanos con los que comparte algo más que la edad. El vínculo que tienen los trillizos nunca ha sido más fuerte que el de ellos. Con personalidades tan diferentes, los tres se completan el uno al otro. Viniendo de una muy...