Capítulo 13

130 8 0
                                    

Allan

-¿Puedo preguntarles algo? -dijo Kate. Las clases con nuestro tutor habían terminado. Ella, Josh y yo habíamos decidido ir al cine a ver la película que Meg y Matt nos habían recomendado. Estábamos caminando hacia el auto de Josh.

-Aunque digamos que no, lo harás, así que pregunta -le contestó Josh mientras la daba un codazo amistoso.

Últimamente había notado que Josh y Kate estaban muy unidos. ¿Sería posible que se gustaran? Me alegraría por ellos, la verdad, no me sentiría mal siendo el único de nosotros sin pareja. Yo no pensaba en el amor todavía, y no era que no quisiera a alguien con quien vivir el resto de mi vida, era sólo que no en ese momento.

-¿Por qué siempre conduces tú, Josh?

-Eso es fácil. Él no nos deja conducir porque siempre quiere lucir su coche. Lo cuida más que a su propia vida, creo -bromeé, aunque no era del todo una broma.

-Jaja. Qué divertido, hermanito. No lo cuido más que a mi mismo. Es sólo que lo amo, Kate. Es decir míralo -dijo mientras nos subíamos. Kate sentándose detrás de mí. Encendí la radio y pronto los tres nos pusimos a cantar. El cine se encontraba unos 35 minutos de nuestra casa, pero el tiempo no era inconveniente cuando la pasaba con mis amigos.

-¿Han sabido algo del desgraciado de Daniel o su familia? -nos preguntó Kate después de unos 10 minutos, cuando ya estábamos acercándonos al centro de la ciudad.

-Lo normal. Trabaja con su padre y se va de fiesta con sus amigos. Al menos eso han dicho los investigadores que papá contrató, que te recuerdo que Meg no sabe nada de esto, así que no se lo digas, Kate -le dije.

-Hay algo que no me cuadra, pero aún no logro encontrar qué. Desearía poder hablar con Meg, pero me da miedo que su presión suba. Mamá dice que los últimos días la ha tenido alta, pero que son niveles que no llegan a ser peligrosos -dijo Josh. Nosotros dos nos estábamos pasando mucho tiempo tratando de idear qué iban a hacer los Winston, pero no lo lográbamos. Nosotros dos juntos no éramos ni la mitad de intuitivos que mi hermana.

-Pensé que sólo a mí me pasaba eso. A veces pienso que están planeando algo grande. Ellos siempre han sido muy rencorosos. ¿Recuerdan cuando Meg y yo le hicimos una broma a Bree cuando éramos niñas? Se vengó de nosotras durante 3 años. ¡Tres años! Aún creo que lo hace.

-¡A eso es a lo que me refiero! Los Winston no planearon hacerle daño sólo a Megan. Lo han hecho a todos nosotros. Y estoy seguro de que lo harán otra vez -dije mientras miraba por el retrovisor para verificar si Tyler nos estaba siguiendo. Iba justo detrás de nosotros. La verdad era que nuestros guardaespaldas eran muy buenos en su trabajo. Noté que detrás venía Mark, el guardaespaldas de Kate-. Sólo tenemos que encontrar una manera de averiguar a quién y cuándo.

-¿De quién crees que se quieran vengar más? Digo, todos nuestros papás trabajan juntos. Todos son socios, ¿no? Papá es el arquitecto, el papá de Matt es el que supervisa todos los permisos y recibe los proyectos y su papá -dijo Kate refiriéndose a nosotros-, es el que se encarga de las finanzas. Todos tienen igual importancia. Creo que irán por la familia de Matt o la mía ahora. ¿Ustedes qué piensan?

-Yo también pienso eso. La pregunta es a cuál de las dos familias atacarán ahora, porque...

Dejé de oír a Josh porque escuché como un auto aceleraba rápidamente. Busqué el coche y vi a Leah Winston dirigiéndose directamente hacia el lado en el que Josh viajaba.

-¡JOSH, CUIDADO!

Pero hablé demasiado tarde.

Escuché el estruendo antes de sentir el golpe. Todo mi cuerpo se dirigió hacia el lado derecho del auto, haciéndome golpear la puerta. Oía como Kate gritaba detrás de mí. Todo pasó en menos de diez segundos. Sentí un gran dolor recorrerme el brazo desde mi hombro derecho hasta mi muñeca. Sentía como un hilillo de sangre comenzaba a descenderme por una de mis mejillas. No podía distinguir nada hasta pasados unos segundos donde todo se aclaró. El auto había dado vueltas y ahora nos encontrábamos al menos a quince metros de dónde Leah nos chocó.

Podía escuchar los gritos de las personas mientras se acercaban al coche. Escuché cómo Mark y Tyler nos llamaban, pero no podía contestarles. Volví mi cabeza para verificar que todos estuvieran bien. Josh estaba acostado sobre el volante con su cara llena de sangre.

-¿Josh? -lo llamé, pero no se movió. Levanté mi brazo izquierdo y lo moví, haciendo que se sentara "bien" nuevamente. Fue ahí cuando pude ver que un pedazo muy grande de vidrio estaba incrustado justo debajo de su pecho-. ¿JOSH? ¡JOSH! ¡JOSH, POR FAVOR, HÁBLAME!

-¿Allan? ¿Qué le pasa a Josh? ¿Está bien? ¿Estás tú bien? -sollozó Kate.

-Yo estoy bien -le dije rápidamente. Me quité el cinturón para tratar de acercarme, aunque no pude hacerlo-. Josh, por favor despierta. ¡Josh! No me dejes. ¡JOSH!

Megan

Llevaba unas cinco horas en el hospital. Me encontraba en una sala de espera esperando noticias de Josh, quien estaba en una cirugía desde hacía muchas horas. Horas que se me estaban haciendo eternas. Matt y yo vinimos en cuanto terminé de hablar con Kate. En cuanto llegamos, nos dirigimos a la recepción a preguntar por ellos y, en ese momento, papá había entrado corriendo hacia nosotros. La recepcionista nos dijo que estaban atendiéndoles en la sala de Emergencias, así que nos dirigimos enseguida ahí.

En cuanto vi a Allan, me le tiré encima a abrazarlo. Oí como jadeaba del dolor pero no me importó.

-¡Allan! Dime que estás bien, por favor. ¡Dime que estás bien! -Puse mis manos en sus mejillas para que me viera directamente.

-Estoy bien. Pero Josh... No lo sé. Nadie me dice cómo está. ¡Nadie me dice nada! Ni siquiera sé dónde está mamá -dijo. Dejé que papá se acercara a él y busqué a Kate, quien estaba con sus padres y tenía un collarín.

Y ahora me encontraba ahí, en la sala de espera sentada al lado de Allan. Le había tomado su mano izquierda entre las mías porque no había forma de que lo dejara solo otra vez. Él tenía su brazo derecho enyesado y su cara estaba llena de pequeños cortes en la mejilla derecha, también. Kate se había dado un muy fuerte golpe en el cuello, por lo que tendría que usar el collarín durante al menos dos semanas.

Allan nos había dicho que la causante del accidente fue Leah Winston, y yo no podía dejar de sentirme culpable. Esto había pasado por mi culpa, por no haber dejado mi maldita boca cerrada. Daniel me advirtió que dañaría a mis seres queridos y lo hizo. Puede que esto no fuera mi culpa, pero sabiendo que Josh podía estar muriendo, era en lo único que podía pensar.

Sentía un gran vacío en mi interior y era porque sabía que Josh estaba mal. Y Allan parecía sentir lo mismo que yo. La ansiedad nos estaba carcomiendo por dentro esperando noticias de él. Mamá estaba sentada con papá, ya que no le habían permitido operar a Josh. Matt estaba consolando a Kate, quien no había parado de llorar desde que la había visto. Hacía tan solo una semana ella me había dicho que le gustaba Josh.

-¿Caroline? -llamó un doctor a mamá. Enseguida, ella se levantó y Allan y yo supimos que él era quien había operado a Josh.

-¿Cómo está? -le preguntó mamá. En verdad admiraba como podía guardar la calma en momentos así.

-Bien. La operación fue un éxito. Se recuperará, Car.

Allan y yo nos volvimos a ver. Después de horas de ansiedad y desesperación, podíamos respirar tranquilos.

Hermosas TragediasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora