Capítulo 14

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Allan

Estábamos en la habitación de Josh. Mamá y papá habían ido a comprar un café, al ver que Josh aún no despertaba. El doctor nos había indicado que duraría algunas horas en despertar, debido a la anestesia. Así que aquí nos encontrábamos Meg y yo, sentados cada uno a un lado de la camilla en donde él se encontraba. Matt y Kate se habían ido a sus casas, ya que sólo permitían que la familia viera Josh.

Meg tenía una de las manos de Josh entre las suyas. No había dejado de llorar desde que lo habíamos visto en la cama. El lado izquierdo de la frente de Josh, estaba cubierto con vendas donde le habían cosido una herida. Su brazo izquierdo estaba igual que mi brazo derecho: lleno de pequeños cortes que habían provocado los pedazos de vidrio de las ventanas del coche. Kate también las tenía. Y aunque no lo pudiéramos ver, en su abdomen se encontraba la herida que le había hecho un gran pedazo de vidrio que casi lo mata.

-¿Esto es lo que ustedes sienten? -me preguntó Meg, quien había apoyado su frente en las manos de ambos.

-Sabes que no tengo idea de lo que hablas -mascullé. Me maldije por dentro porque ella no tenía la culpa de mi mal humor. Aunque como siempre, ella no se alteró por mi tono. Josh y Meg estaban acostumbrados a mis ataques de ira.

-Cuando me desmayo, cuando me atacaron. ¿Ustedes sienten este... este hueco en el pecho? No lo soporto.

-Sí. Pero, ¿por qué lo preguntas? -le dije.

-Porque estos últimos 4 meses se han basado en mí. Nadie se ha preocupado por nadie más que no sea yo. He sido egoísta. Y mucho. Ustedes también la han pasado mal. Y ahora, no dejo de pensar que esto es mi culpa. Sigo siendo egoísta al pensarlo, pero es que... -suspiró-. Daniel me dijo que esto pasaría si yo hablaba. Tengo miedo de que esto comience a pasar con todos. ¿Y si Josh no se hubiera salvado?

-No eres egoísta, Meg. Y esto no es tu culpa. Mira, nosotros... Hemos pensado una teoría.

-¿De qué hablas? ¿Por qué no habían dicho nada? ¿Acaso estoy pintada en la pared? -Casi gritó. Ahora me miraba fijamente a los ojos con cara de pocos amigos.

-Por esto mismo. ¡Mírate! No queríamos que te alteraras. Porque sabíamos que lo harías, justo como lo estás haciendo ahora -Se ruborizó-. Te lo diré sólo si no te pones como una loca, ¿de acuerdo? -Esperé a que asintiera-. Bien. Creemos que esto es una venganza hacia la empresa de nuestros padres. Ya sabes, como ellos han ganado muchos proyectos a los Winston... Y creemos que se quieren vengar de nuestra familia, la de Kate y la familia de Matt.

Meg estaba muy concentrada en lo que le decía. Pero me detuve al ver que se había perdido en algún lugar de su mente. Posiblemente razonando lo que escuchaba. Después de unos cinco minutos, reaccionó.

-Y a sus ojos, yo soy la débil -susurró. Sus ojos aún seguían vidriosos, pero ahora se asomaban unas lágrimas. Las cuáles había dejado de derramar desde que apoyó su frente en sus manos-. Todos ustedes, siempre les contestan sus insultos. Siempre responden a sus actos, y yo sólo me quedo callada.

-Pero tú no eres débil, Meg -le dije antes de que se lo creyera-. Probablemente eres la más fuerte de todos nosotros, es sólo que ellos...

-Están equivocados -Parpadeó varias veces para enfocar su mirada en la mía.

-Exacto. Ellos están equivocados. Tú no eres débil. Ninguno de nosotros lo es, pero ellos siendo tan...

-No, All. Ustedes son los que están equivocados. ¡Claro! ¿Cómo pude ser tan estúpida? Ha estado frente a mí siempre y nunca lo había pensado -Se enderezó en su silla. Aunque nunca soltó la mano de Josh.

-¿Meg? ¿Meg? -Esperé a que reaccionara, pero seguía diciendo estupideces que estaba segura que ni ella misma se entendía-. ¡Megan! ¿Podrías, por favor, explicarte? No soy adivino.

-Ustedes dicen que ellos han hecho todo esto en venganza, pero no es así. ¿Hace cuánto fue mi ataque? -me preguntó, a pesar de que ella sabía la respuesta.

-Cuatro meses -le respondí.

-Exacto. Hace cuatro meses, en la semana de mi ataque, papá ganó el proyecto hotelero, ¿recuerdas? Estuvo a punto de perderlo porque dedicó su tiempo a cuidarme. Ahora, papá está compitiendo por el proyecto de vivienda. Dentro de tres días deciden la empresa que lo hará, ¿no?

-Sí, pero no entiendo a qué viene todo esto... Oh. Ohhh -dije cuando entendí.

-Ellos están haciendo esto cada vez que compiten contra la empresa de papá porque saben que van a perder. Porque saben que si a alguno de nosotros nos pasa algo, ellos se dedicarán por completo a cuidarnos y dejarán el trabajo de lado. Si a cualquiera de nosotros nos pasa algo, nuestros padres se olvidarán de sus proyectos -repitió.

Pasaron unos minutos en silencio mientras ambos asimilábamos lo que Meg acababa de descubrir. ¿Alguien podía ser tan idiota? Si era verdad lo que Megan decía, y no dudaba que lo fuera, era lo más estúpido que había visto. ¿Qué clase de persona eras si tenías que herir a tu contrincante para ganar? Un cobarde. Eso era lo que eras.

-¿Ves? Te lo dije, All. Necesitábamos a Meg para descifrar el misterio -sonrió Josh mientras abría un poco sus ojos.

Hermosas TragediasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora