Capítulo 16

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Megan

¿Alguna vez han sentido un dolor muy, muy grande? ¿Tan grande que te hace pensar que morirás de un momento a otro? Pues ese es el que yo estaba sintiendo.

*hace unas horas*

-¿Cuánto falta para ver a mi sobrino? -me preguntó Allison. -¡Dime que son más de dos semanas! Porque yo no estaré aquí en dos semanas.

-No te preocupes, me faltan unas 8 o 9 semanas. Estarás aquí justo a tiempo, Ally. -le conteste.

Los últimos dos meses habían servido para que considerara a Allison una amiga. Increíble, ¿no? La persona que más odiaba en este mundo antes de los Winston, ahora es mi amiga. No crean que es mi mejor amiga, pero ya no le guardo ningún rencor ni nada por el estilo. Y después de mucho trabajo, he logrado que ella y Kate empezaran a ser amigas.

Además, las ocho semanas que habían pasado, habían sido completamente hermosas. Matt y yo habíamos empezado a comprar cosas para Dylan, que sumadas a las otras que nuestras familias ya habían comprado, él tendría muchísimas cosas. Los dos habíamos decidido pintar el cuarto de un verde claro, y ponerle dibujitos de animales de la selva. Aunque bueno, se puede decir que Matt lo eligió, pero yo no le vi ningún problema.

-Les traeré regalos a todos. -dijo Ally pegando brinquitos. Kate y yo estábamos en su habitación ayudándole a empacar para el viaje que haría con su familia a las Bahamas en tres días.

-Dudo que te entren todas las cosas, Ally. ¿Por qué llevas tanta ropa? No te vas a ir un mes. -le dijo Katherina.

-Porque nunca sabes qué puede pasar.

Luego de eso, nos fuimos a una cafetería y estuvimos ahí la mayor parte del día. Cuando dejamos a Allison en su casa, Kate y yo nos fuimos al cine, pero no encontramos ninguna película que nos gustara, por lo que fuimos a un centro comercial que se encontraba cerca a ver tiendas. Sin embargo, después de una hora estaba muy cansada y tenía los pies hinchados, por lo que nos fuimos a mi casa. Mi panza a este punto era muy grande y me preguntaba cómo sería en el último mes.

-¡Tienes los pies demasiado hinchados! ¿Por qué no me dijiste antes? Habríamos vuelto inmediatamente. -me reclamó Kate mientras nos sentábamos en mi cama apoyadas en el respaldar.

-Porque no me molestaban hasta hace un rato. Y no grites, pone a Dylan inquieto.

-¡Perdóname, Dy! -dijo mientras ponía sus manos en mi panza. -No quería asustarte. ¿Me podrías hacer un favor? Anima a tu mami, porque anda muy rezongona últimamente.

-¡Oye! Yo ando normal. Tú eres la que anda rara. ¿Qué te pasa?

-A mí nada. Tú eres la que todo el día ha pasado haciendo caras extrañas.

-¿En serio? Ni siquiera lo había notado. ¿Tus papás no te dijeron que volvieras a las 9:00pm?

-Sí. ¿Qué hora es? -miró su reloj y se levantó de repente. -Dios mío me van a matar. Ya me tengo que ir. ¿Nos vemos mañana?

-Claro. Ten cuidado. Tu guardaespaldas te lleva, ¿verdad? -yo también miré mi reloj. Eran las 9:10pm. Kate vivía a quince minutos de mi casa, aún con la velocidad con la que ella conduce.

-Sí, mamá. -dijo y yo agarré un almohadón y se lo tiré. Lo esquivó por poco y salió riendo de mi cuarto.

Yo sonreí y me fui al baño a ducharme y ponerme mi ropa de dormir. Acaricié mi panza con una mano cuando salí del baño media hora después. Me fui a mi mesita de noche y agarré mi celular. Llamé a Mat, ya que no hablabla con él desde ayer.

Hermosas TragediasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora