Capítulo 10

147 7 0
                                    

Matt

-¡Meg! -La sacudí, pero ella no se movía-. ¡Megan! ¡Mi amor, reacciona por favor!

La señora Caroline había llegado a mi lado. Puso sus dedos en el cuello de Meg por unos segundos y luego me volvió a ver.

-Sólo está desmayada. ¿Puedes llevarla a su habitación? -Ae volvió a alguien a mi lado que no había notado antes. Katherina-. Toma una toalla, échale un poco de alcohol y colócala en su frente. Iré lo más rápido posible. Y Matt, ¿podrías llevarte a mis hijos? Ya tengo que controlar a Thomas.

-Por supuesto. No se preocupe, yo me llevo a Josh y Allan -dijo Kate. Yo puse una mano por debajo de las rodillas de Meg y la levanté. Cuando pasamos al lado de Allan y Josh, Kate los agarró a cada uno de un brazo y los arrastró hacia arriba con nosotros. Josh me abrió la puerta de la habitación de Meg y yo la deposité en su cama. Kate volvía del baño con una toalla en una mano y una botella de alcohol en la otra.

-Lo voy a matar. Les juro que lo haré -dijo Allan encaminándose de nuevo hacia la puerta, pero yo me interpuse.

-All, cálmate. Tu tío y tus padres arreglarán las cosas. Quedémonos aquí con Meg, ¿sí?

-¡Quédate tú aquí! Yo le voy a romper los huesos a ese maldito -dijo más calmado, pero aún queriendo salir. Kate le estaba poniendo la toalla a Meg en la frente y Josh había acercado una silla para así tomarle una mano a su hermana.

-Allan, ¿crees que no quiero ir a hacerle lo mismo? Pero la policía se encargará de él. Nosotros no podemos hacer nada. Ahora, tu hermana está asustada y tiene miedo. Podemos hacer más aquí que allá abajo -expliqué. Intentaba lucir calmado aunque por dentro estuviera ardiendo de ira.

-Lo sé, es sólo que...

-Ya sé -Le tomé un brazo-. Tranquilízate, ¿sí?

Megan

Tuve una pesadilla. Eso fue lo primero que pensé cuando comencé a abandonar la oscuridad. Pero recordé que sí había sido real, así que me levanté de un tirón.

-¡Hey, hey! Cálmate, estás bien -dijo Kate mientras ponía sus manos en mis hombros para hacerme acostarme otra vez. Me mareé de tal forma que le hice caso.

-¿Qué pasó? ¿Dónde están todos? -En la habitación sólo se encontraban mis hermanos, Matt y Kate.

-Te desmayaste -dijo Josh, quien sostenía mi mano, pero pronto la dejó en la cama para limpiarme lágrimas en mis mejillas que no recordaba haber empezado a derramar-. Nos diste un buen susto. ¿Te sientes bien?

-No. Digo, sí. ¿Dónde está él? ¡Tengo que irme de aquí! Más bien, todos tenemos que irnos de aquí. Él nos va a matar. Él ya sabe que sabemos que fue él. O tal vez él no sepa que ustedes saben que yo sé... -Me di cuenta de que estaba hablado demasiado rápido y el aire empezaba a faltarme.

-¡Megan! -me interrumpió Allan tomando mi barbilla entre sus dedos y haciéndome mirarlo a los ojos-. ¡Cálmate! Nada de lo que dices tiene sentido. Robert y Tyler lo detuvieron cuando vieron el escándalo. El tío Derek lo arrestó y en este momento se encuentra en la estación de policía. Lo van a condenar, pero tú tienes que estarte tranquila, porque parece que otra vez se te está subiendo la presión. Te lo estoy diciendo no para que te alteres, sino para que te tranquilices y no hagas nada loco, porque eso sólo te hará daño a ti y al bebé. ¿Lo harás?

-Está bien.

-Mi amor, ¿quieres comer algo? ¿Algo de beber? -me dijo Matt. Él, como siempre, seguía atento.

-Sólo agua -dije. Tenía que calmarme por mí, por mi bebé. De verdad hice todo lo posible, pero mamá igual me tuvo que inyectar un medicamento que me hizo dormir y me bajó la presión. Kate se había quedado a dormir aquí conmigo. El tío Derek regresó para decirnos al día siguiente que el padre de Daniel había pagado la libertad bajo fianza, por lo que había salido libre hasta el día del juicio, que sería en dos semanas.

Hermosas TragediasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora