Capítulo 1

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MEGAN

El día que mi vida cambió, fui la mujer más feliz por la mañana. La alarma me despertó temprano, pero no me importó. ¡Por fin era viernes! Llevaba cinco días esperando porque llegara. Así que sonriendo, me levanté y caminé hasta mi baño para prepararme para mis clases. Terminarían muy pronto, por lo que continuamente me lo repetía para que no fuera tan difícil levantarme. Después de unos veinte minutos, estaba lista.

Si algo tenía muy claro, era que odiaba ir a clases. A pesar de que mis dos hermanos estaban en el equipo de baloncesto y eran algo así como "populares", mis otras dos amigas, Alexa y Katherina, y yo éramos todo aquello que se podía llamar "no populares". No del todo, al menos. Mis hermanos y yo teníamos un poco de fama desde la primera vez que podamos el instituto: éramos trillizos. A pesar de que yo era la del medio, parecía ser al menos un par de años menor, porque ellos eran demasiado altos a mi lado. Apenas si llegaba al metro con sesenta y cinco centímetros.

El mejor amigo de mis hermanos era prácticamente mi novio. Conocíamos a Matt prácticamente desde que éramos unos bebés. Me había dado cuenta de que lo amaba hacía unos años, pero descubrí que él también me amaba hasta hace unos meses. Suponía que el hecho de que ambos fuéramos demasiado tímidos no ayudaba a que iniciáramos una relación formal.

La noche del viernes, mis amigas decidieron ir a un bar para adolescentes donde tocaría la nueva banda popular del pueblo. Si era sincera, ellas y yo diferíamos demasiado en gustos musicales, pero habíamos terminado nuestros últimos exámenes del año hacía dos días, por lo que deseaba salir a celebrarlo de alguna manera. Aún cuando eso significaba que tuviera que sentarme por dos horas a escuchar a una banda demasiado escandalosa.

-Señorita, sus padres dicen que si no baja ya, llegará tarde al instituto -dijo mi mayordomo. Aunque yo lo consideraba más como un amigo, no había conseguido que me llamara Megan.

-Gracias, Mark -sonreí.

Tomando mis cosas, bajé la larga escalera que había en mi casa. Cuando llegué al comedor, se encontraban mis hermanos, Josh y Allan, con mis padres. Agatha, nuestra ama de llaves, estaba sirviendo el desayuno.

Debía reconocer que mi familia tenía mucho dinero, pero solo teníamos a Mark y Agatha como trabajadores. Los considerábamos más como una parte de nuestra familia.

-Hola, cariño. Casi no bajas -dijo mamá con una sonrisa.

-Lo siento, es que me despisté.

-Lo importante es que bajaste. ¿Tienen algún plan para hoy? -preguntó papá.

-Nosotros saldremos con el equipo. Iremos al cine y luego a comer algo -dijo Josh.

-Las chicas y yo iremos a escuchar una banda al centro del pueblo -informé, empezando a comer.

-¿A qué hora piensan volver, si se puede saber? -dijo papá mirándome específicamente.

-Alex me dejará aquí a la medianoche.

-Thomas -lo regañó mamá.

-Bueno, si no nos vamos ya, llegaremos tarde -añadió Allan.

Después de despedirnos de nuestros padres, caminamos al auto de Josh. Usualmente, él era quien conducía al instituto. Y al llegar ahí, buscábamos a nuestros amigos para formar nuestro gran grupo.

Ese día, juraba que el un segundo estaba durando el doble de lo que debería. Cada materia se alargaba tanto, que no estaba segura de si saldría del instituto en algún momento. Así que cuando salimos, Alex y Kate acordaron recogerme a las siete en mi casa, mientras yo conversaba a solas con Matt.

-Pensaba en invitarte a salir a cenar mañana, ¿qué dices? -Alex había oído que me pediría ser su novia cuando saliéramos a vacaciones. Para eso solo quedaban dos semanas, por lo que estaba realmente ansiosa de saber si en verdad lo haría.

-Claro -le dije mientras lo abrazaba-. ¿Saldrás esta noche con los chicos del equipo?

-Así es. Tus hermanos me recogerán en mi casa más tarde.

-Espero que disfruten como yo definitivamente no lo haré -reí.

-Si no quieres ir, ¿para qué irás? -me preguntó.

-Oh, ya lo sabes... A veces debes hacer sacrificios por las personas que amas.

-Sacrificar el bienestar de tus oídos no suena como una buena idea -rió y yo lo acompañé.

-Lo sé -contesté.

-Meg, ¿estás lista para irnos? -dijo Allan, colocando sus manos sobre mis hombres mientras Josh se colocaba al lado de Matt.

-Sí -Me volví hacia Matt y le di un beso en la mejilla-. Nos vemos pronto.

Después de charlar unas horas con mis hermanos, decidí alistarme para mi salida. Podía reconocer que no tenía un cuerpo como el de una modelo, pero tenía un lindo cuerpo, por lo que decidí usar una blusa blanca ajustada y una falda negra. La falda no dejaba demasiado al descubierto mis piernas, pero tampoco lucía como una mojigata.

-¡Vamos, Meg! ¡Muévete! -sonrió Kate cuando ella y Alex entraron a mi habitación.

-Dijeron que estarían aquí a las siete. Falta media hora para eso. Aún me falta peinarme -reclamé.

-Déjalo suelto, se te ve bien -dijo Alex.

-Solo déjame recogerme un poco el cabello -pedí. Cuando terminé, me coloqué una jacket negra y un collar rojo. Tomando mi bolso rojo, salí de mi casa con mis amigas luego de despedirme de mis padres.

-¿Estás lista para la mejor noche de tu vida? -gritó Alex en cuanto salimos de nuestra casa.

-Dudo que sea la mejor, pero si la pasaremos bien -rió Kate-. Oye, Meg, hoy te vi muy cerca de Matt. ¿Son novios?

-No. Todavía no, solo me invitó a cenar -aclaré.

Llegamos al bar en unos diez minutos. El lugar estaba llenísimo y, aunque pensaba todo lo contrario, disfruté la mayoría del tiempo. A eso de las once, mi celular empezó a sonar. Mi corazón dio un salto cuando el nombre de Matt apareció en la pantalla.

-Alex, ya vengo. Matt me está llamando -dije.

-De acuerdo -dijo mientras me pegaba un codazo amistoso y me sonreía.

Hablé con Matt por algunos minutos. Supuse que la salida no le estaba resultando muy divertida.

-Lo siento, ya te he quitado mucho tiempo -La verdad era que agradecía estar al aire libre. Era un poco claustrofóbica y en el bar había demasiadas personas. Me estaba sintiendo mal desde hacía un rato.

-No te preocupes. Pero tú tambien estás con tu equipo.

-¡Megan! -me llamó Kate desde la puerta.

-¡Ya voy! -le grité-. Adiós, Matt. Nos vemos mañana.

Colgué y entré. Le pedí a Alex que me llevara a casa porque me estaba sintiendo mal, pero ella estaba demasiado ocupada con un chico.

-¿No puedes pedir un taxi? ¡Por favor, Meg! He quedado con el baterista de la banda. Nos vamos a sentar juntos un rato.

-De acuerdo, de acuerdo -acepté rodando los ojos-. ¿Kate, tú también te quedas?

-Sí. Acabo de ver un chico muy guapo y soltero -sonrió. Las tres reímos.

-Está bien. Me iré entonces. Nos vemos el lunes.

-¡Avísame cuando llegues a tu casa! -pidió Kate. Me despedí y salí del bar.

Mi casa quedaba a unos veinte minutos caminando. Cuando empecé a avanzar, me di cuenta de que estaba completamente loca si pensaba caminar sola a la medianoche. Decidí esperar a que pasará un taxi y avisarle a mamá que estaba en un taxi.

Llevaba unos cinco minutos esperando, cuando una mano me tapó la boca y otra me sujetó.

-Cállate o te mato, Megan. Y ni siquiera intentes huir, porque será peor para ti.

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¡Gracias a los que le están dando oportunidad a la historia!

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