Capítulo I

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Mareo, cansancio, confusión y angustia. Eso era lo que sentía el menor de la familia Styles al despertar en una camilla blanca, vistiendo una prenda amplia y ligera de tela color celeste que le cubría desde el cuello hasta las rodillas, sintiendo el para nada ligero frío del hospital.

– ¿En dónde está mi familia? – fue lo primero que preguntó al ver a un doctor un poco alto, rubio, de ojos azules y contextura un poco delgada. Estaba realmente aterrado, pues no tenía idea de cómo estarían sus seres más queridos, necesitaba saber urgentemente el estado de su familia, o al menos saber que estaban vivos. Verdaderamente, él sólo necesitaba saber eso para calmar la terrible angustia que sentía en ese momento.

Con franqueza podía decir que ese sentimiento no se lo deseaba a nadie, ni al peor habitante de todo el maldito universo.

– Tranquilo pequeño, necesitas descansar. Puedes pensar en eso cuando te recuperes, ahora lo más importante de todo es tu salud. – dijo amistosamente el sonriente ojiazul el cual lucía de 20 años aproximadamente, mientras se acercaba a Harry para entregarle una pequeña pastilla junto con un vaso lleno de agua y un jarabe que no parecía para nada agradable. – Necesito que te tomes estos medicamentos, te los traeré cada 12 horas, te sentirás un poco débil y con sueño pero te ayudará a sanar. Ahora debes dormir y estar tranquilo, si necesitas algo no dudes en llamarme, estoy aquí para ti, Harry.

– Asintió no muy seguro debido a que podía percibir la preocupación en el rostro del doctor antes presentado, su miedo se incrementó increíblemente en pocos segundos.

Tomó los medicamentos entregados anteriormente y una vez que el rubio salió de la habitación se puso de pie, estaba descalzo y sentía en su cabeza como si estuvieran metiéndole 280 agujas por segundo pero muy poco le importo.

Ahí estaba él, recorriendo cada esquina del hospital recibiendo extrañas miradas provenientes de las personas presentes, pues no era muy común ver a un chico con una bata abierta en la parte trasera caminando con tanta normalidad en un lugar público.

Seguía buscando pero se detuvo al ver al ojiazul acercarse con una cara indescriptible, se sintió avergonzado por no haber acatado las órdenes claras del doctor, pues el era un chico muy obediente.

— Necesitas taparte.

— No entiendo. — Dijo Harry un poco confundido ya que esperaba que le diga cualquier cosa menos eso, tal vez se refería a que debía ocultarse en lugares menos visibles.

Sí, definitivamente lo decía por eso.

— Mira tu bata. — El joven rubio realmente intentaba estar serio, de verdad que lo intentaba, pero al observar la reacción de Harry al ver a que se refería no pudo contenerse más, soltó una carcajada que seguro podían escucharlo los habitantes de otros planetas, o universos. — Lo siento es que JABZJANZJQNDBWKXJJAZJJAFBJQJZJSJQNJ.

El rostro de Harry podía ser fácilmente confundido con un tomate con ojos, su mente estaba haciendo un recorrido, tomaba paradas en cada situación vergonzosa para el menor.

— Harry, ¿Quieres seguir estando así? ¿parado en la sala principal del hospital? — susurró el rubio, por suerte se había calmado un poco, digamos.

Caminaron hasta la habitación del menor, el cual tenía las manos sobre su trasero, intentando, erróneamente, dejar de llamar la atención de los presentes.

— Siento lo que pasó hace un momento, no debí burlarme así. Pero en mi defensa estabas usando un boxer de Bob Esponja. — Dijo divertidamente el ojiazul. — Ahora, estaremos aquí por un tiempo así que deberíamos empezar a tener algo de confianza. Me llamo Niall Horan, tengo 20 años, y trabajo aquí mientras estudio en la universidad. ¿Y tú?

— M-mi nombre es Harry, eso ya lo sabes, perdona. Tengo 16 años, vivo aquí en Holmes Chapel y trabajo en una panadería para pagar mis estudios.

— Mucho gusto. Me gustaría seguir hablando pero realmente necesito que descanses, de esa forma no te sentirás peor por los medicamentos. Adiosito.

— Harry iba a contestar, ni siquiera pudo separar sus labios, el doctor ya había salido de la habitación. Intentó dormir varias veces pero cada que lo intentaba era peor, por momentos eran los escenarios mentales en los que su familia moría lo que lo molestaban, otras eran pesadillas no muy distintas.

◇◆◇

— Con amor, la hija de Louis Tomlinson y Harry Styles.

Prisionero de la muerteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora