Capítulo XXII

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— Estoy enamorado de Harry.

— ¿Me sorprende? No. ¿Estoy feliz? ¡Sí! Bueno, en realidad me sorprende un poco el hecho de que me lo hayas dicho, mas aún si Harry está a unos metros.

— Baja la voz imbécil. ¿No te sorprende?

— Claro que no, cualquiera podría darse cuenta del amor que se tienen con tan sólo ver el brillo en sus ojos y la sonrisa en sus labios al mirarse.

— Amaneciste siendo poeta.

— ¿Quién es poeta? — Harry había llegado a la sala y ninguno de los dos adolescentes había notado su presencia, esto hizo que Louis empiece a sentirse demasiado nervioso, ¿Qué tal si había escuchado su conversación? ¿Pensaría que es raro por enamorarse de un humano estando muerto, o le dejaría de hablar para no sentirse incómodo por su presencia? Cada día una o más preguntas se sumaban pero las respuestas faltaban, todas las podía responder aquel chico rizado, sin embargo tenía miedo.

— Nadie.

— Nadie.

— Genial, ahora guardan secretos entre ustedes. 

Cada vez que Harry intentaba escuchar las conversaciones entre sus dos amigos, estos guardaban silencio al instante, estuvieron así durante casi una hora. — Pueden comer las galletas que quedan mientras siguen hablando, iré a caminar. Adiós. — A Harry no le gustaba sentirse excluido sin importar que sea con cosas extremadamente simples, en realidad lo odiaba demasiado.

— Hazza ven, te prometo que esta vez no dejaremos de hablar cuando te acerques.

— No, será mejor que me vaya.

— Awwwww, tal vez, solo tal vez, estás un poquito celoso y sensible.

— No estoy celoso ni sensible, Zain. Sólo dije que lo mejor será que me vaya para que puedan hablar tranquilos. — Dicho eso salió de casa y cerró la puerta sin intenciones de volver instantáneamente, sin embargo su falta de concentración volvió a jugar en su contra.

— Creo que Harry está tocando la puerta, iré a ver. — Zain se levantó del sillón para confirmar que estaba en lo correcto, Louis seguía analizando lo que acababa de pasar.

— Olvidé mis llaves, sólo volví por eso, ya me voy.

— ¿Harry por qué estás enojado? ¿Hicimos algo mal?

— No, tengo ganas de caminar y eso es todo. — Salió de casa por segunda vez, esperando no haber olvidado nada.

— ¿Irás corriendo tras él como pasa en las películas que vemos Liam y yo?

— Claro que no.

— Oh, wow, Louis Tomlinson arrasando con su conquista desde 1828.

— Haré algo más cursi, probablemente.

—Lo sabía.

Harry estaba sentado-acostado debajo de un árbol con la cabeza baja y aunque el ojiazul podía hacer cosas demasiado geniales con sus poderes no tenía un GPS humano, estuvo buscándolo durante treinta minutos. El menor se asustó al sentir algo en su cabeza, pero luego se tranquilizó al sentir lo mismo en su nariz, Louis había reposado sus labios durante varios segundos en aquellos lugares, para luego tomar su mejilla con su mano.

— Zain me dijo que te gustan los minions, así que te traje los muñecos coleccionables. — Dijo justo antes de sentarse a su lado.

— Te engañó, la única persona que ama con su vida a los minions es él.

N/A: y yo, Kevin cásate conmigo y bob se el padrino amén

— ¿Entonces qué te gusta?

— Lo que sea que te guste a ti.

Prisionero de la muerteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora