Capítulo XXXIII

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No importaba nada ahora, tan solo saber que el rizado estaba bien, su propio padre se delató al decir que podía tener la forma que deseara, no era su cuerpo el herido, Harry estaba a salvo, su Harry estaba a salvo.

Y si, le había dolido todo lo que dijo su padre, aún así no podría cambiar el pasado, pero podía hacerlo con el futuro.

Corrió por lugar, rodeándolo completamente para saber si estaba cerca, no había nada, esperaba que esté en casa de alguno de sus amigos o en la suya, tal vez en el colegio, no quería perder la esperanza, lo que más le asustaba era pensar que su padre le había hecho daño, o que lo había matado.

Tenía su dirección.

Decidió meterse al lago, tal vez estaba en el agua, a Harry le gustaba ir a ese lugar cuando estaba triste, feliz, cansado, en realidad, cuando tenía cualquier tipo de emociones.

Seguía nadando mientras lo rodeaban pequeños peces, lo cual era lo único que divisaba, hasta que vió algo debajo, tenía la forma de una persona, pero era completamente negro, no podía ver bien debido a que todo lucia borroso, y cada vez se sentía más débil por toda la sangre que perdió.

Era un maldito cuerpo dentro de una funda.

La desesperación, irónicamente, lo estaba matando, estaba muy bien atado y debido a sus nervios no podía hacer bien las cosas, veía extremadamente borroso ya que estuvo debajo del agua durante mucho tiempo, y también porque se encontraba llorando, un cuerpo ahí, justo en donde su padre fingía ser Harry para matarlo.

Al abrir la bolsa, pasó lo que menos esperaba.

¿Una funda llena de basura? Tenía que ser una jodida broma. Por lo menos no era el cuerpo de su novio.

Salió para seguir buscándolo y esta vez había tenido la recompensa de todo el sufrimiento pasado, Harry estaba vivo, afirmándose sobre el puente el cual era cómplice de sus pequeñas citas secretas.

— ¡Harry!

— Ándate a la mierda, y jódete. — Siguió mirando el agua debajo suyo, pero notó un detalle de reojo. — Espera, ¿Por qué estás sangrando?

— Lo explicaré luego, estás bien, estamos bien.

— ¿Olvidaste todo lo que pasó, toda la mierda que hiciste?

— Se que me fui, se que no debí desaparecer de la nada y dejarte, lo siento tanto, tan sólo quería pensar y quizás obtener respuestas.

— ¿Ignorarás lo que pasó con Dylan?

— ¿Quien es Dylan?

— El imbécil con el que te vi follando.

— Mierda, ahora lo entiendo todo, Harry, escúchame, ese no era yo, no es la típica excusa que ponen los...

Paró de hablar y en un segundo giró para atravesarle el cuchillo nuevamente a "Harry", esta vez intentó asegurarse de que el cuerpo quede sin vida, se arrodilló ante el cuerpo y empezó a apuñalarlo con odio, él le había arrebatado su felicidad, a su madre, su vida. Por otro lado, Harry no entendía absolutamente nada.

— Es mi padre.

— ¿Q-quien?

— El que tiene tu cara ahora mismo, resulta que no soy un ángel porque la suerte lo deseó así, él hizo que me maten, intento quemar mi alma para tener más poder, se hizo pasar por ti, ya que al parecer con su poder puede tomar la forma que quiera.

— Entonces tú y Dylan...

— No cariño, no era yo, nunca sería capaz de hacerte algo así, porque amo.

Prisionero de la muerteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora