Nuestra unicidad nos hace iguales

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Will sonrió al hombre que se aparecía por la puerta, llegando con un carro lleno de cloches de distintos tamaños sobre él.

—¿Hambriento? —preguntó este.
—Un poco —bromeó sarcástico.
—Puedo ofrecerte una ensalada —dijo con una sonrisa pícara mientras posicionaba los platos sobre la mesa.
—Creo que prefiero el cordero, Dr.

Hannibal le dedicó una última sonrisa, esta vez con algo de ternura, y quitó el cloche de sobre el plato principal. Graham tragó saliva y su manzana de Adán subió bruscamente, llamando la atención del caníbal, quién observaba orgulloso mientras tomaba asiento al pie de la mesa, frente a Will en la cabeza.

—Han sido días oscuros, Will —mencionó tomando los cubiertos —Pero los has superado
—... Gracias por eso

Sin embargo Lecter sabía que no había razón por la que agradecerle, al contrario, él había traído consigo la oscuridad. Mantuvo sus ojos sobre el castaño y las manos sobre la mesa, esperando a que este diera el primer bocado. Así fue, primero disfrutó verlo encerrar el trozo de carne entre sus labios y sólo entonces llevó el tenedor a su boca. Recordando el episodio de Will atentando contra su propia vida por su culpa se vio obligado a evadir el reciente agradecimiento.

—Los días oscuros son necesarios... Nos dicen qué necesidades tenemos, qué significan y además nos guían a cómo satisfacerlas —declaró para evadir sus pensamientos.
—¿Tienes muchos días oscuros, Dr?
—... Con permanencia

Continuaron disfrutando la tierna carne entre sus dientes, perfectamente cortada, perfectamente cocinada.

—Dr. Lecter, quiero agradecerte por no rendirte conmigo —insistió Graham, mientras que a Hannibal le carcomía la culpa por dentro, al ver que el doctor no respondía aprovechó de alimentar su curiosidad —¿Dónde vamos? No podemos volver a Italia...

—No, será un poco más caluroso que eso —tomó un sorbo de vino.
—Qué tan caluroso
—Muy caluroso

Will notó que su acompañante no tenía intenciones de hablar en lo absoluto, así que optó por permanecer en silencio y disfrutar de la comida en su plato. Tomó un trozo de carne, la observó, recordó al cordero y la comió. Cerró los ojos para saborearla. Recordó cada conversación, cada palabra que había compartido con quien ahora trituraba entre sus molares. Hasta el momento sólo había saboreado la carne y no a la mujer, pero cuando comenzó a recordar cómo ella le había insinuado conocer más a Lecter que él, la comida tomó otro sabor. "Yo estaba con él detrás del velo, tú estuviste siempre del otro lado".

—Dr. Lecter...
—Sí, Will
—¿Te arrepientes? —la confusión en los ojos del doctor le obligó a ser más específico —De deshacerte de ella

Hannibal no lo había pensado, había estado tan ciego por el éxtasis que la situación le había provocado que temía haber actuado por impulso. Si bien el plan original era similar, este había sufrido cambios a manos de Graham. Sin embargo, al ver el rostro de su compañero de mesa y el tenedor en su mano, todo cobró sentido.

—No lo estoy

El pecho del castaño se infló.

—Me asombras, Will... —su mano, involuntariamente, se acercó a la del hombre —Has sido capaz de descubrirte, de transformarte... —hizo una pausa, meditando en si confesar o no lo que estaba por decir —de transformarme... —el casi roce de manos se convirtió en contacto.

Will cambió su semblante sonriente por una expresión seria y pensante, lo que el doctor acaba de decir tenía una importancia suma para él, esas palabras tenían el poder de persuadirlo de acabar el mundo, matarlos a todos, salvarse él mismo, salvarse ambos, salvarlo a él.
Sin embargo, luego de adornar lo recién oído con la más fantasiosa metáfora, su raciocinio le convenció de que todo podía tratarse de una mera manipulación. Se defendió no verbalmente, acomodando su postura y quitando lentamente su mano del contacto. Hannibal, atento, notó el repentino cambio y se arrepintió de la confesión hecha. Will observándolo quiso retractarse, no había sido su intención traicionar la confianza de Lecter.

—A través de tu amor he podido ver mi potencial, a través de la expresión de tu amor mi potencial se ha vuelto real... —tomó otra vez la mano del doctor —Eso es lo que antes no entendías... Que no había forma de transformarme a mí sin que yo te transformase a ti...

Hannibal se mantuvo en silencio, no quería decir nada, necesitaba escuchar más.

—Tú me viste, me viste antes de que yo pudiera verte y... Sólo cuando pude ver mi reflejo en ti, sólo entonces fui capaz de verme a mí... —sin poder controlar sus emociones la rabia y el arrepentimiento lo frustraron, apretando con fuerza la mano que sostenía la suya— Pero fui tan cobarde, creí que la única forma de acabar con el monstruo que crecía dentro de mí era acabar contigo, no me atreví a... A intimar con mis instintos, con mi naturaleza —el tacto que le ofrecía su acompañante comenzó a sentirse cada vez más cálido y una sensación de placer comenzó a quemarle la garganta, como rogando salir por su boca —Soy único, poderoso, superior... Soy como tú

Ya no había un contacto de manos, ahora estaban enlazadas, y no con delicadeza, sino con agresividad, sin embargo, Hannibal lo disfrutaba con locura —... Nuestra unicidad nos hace exactamente iguales —respondió —Ahora termina tu comida, debemos partir pronto.





𝗠𝘂𝗿𝗱𝗲𝗿 𝗛𝘂𝘀𝗯𝗮𝗻𝗱'𝘀 |TERMINADA|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora