4 días antes...
Hannibal golpeaba uno de los sillones con la palma de su mano mientras el polvo en él se esparcía como veneno por la habitación. No lograba comprender cómo en sólo un día podían llenarse tanto de tierra todos los muebles de la casa. En eso estaba cuando un portazo lo distrajo.
Caminó de prisa a averiguar qué era, porque el ruido venía de la sala principal, es decir, la puerta de entrada.—Eras tú —dijo cuando vio a Will.
Como usualmente sus ojos brillaron por ver a Will esa mañana, pasaban los meses y no lograba acostumbrarse a semejante milagro. Sin embargo, sus ojos se tornaron opacos al ver las huellas de barro que el castaño dejaba en el piso.
—Tendremos que habilitar una entrada para... —tomó el bolso de pesca —Esto
Intentó controlar su desagrado al ver los mojados pantalones de Graham que ahora dejaban charcos además de tierra. No podía enrrostrárselo, hacía feliz a Will y si Will estaba feliz, el también.
—Deberías ver el arroyo —dijo mostrándole su pesca con orgullo —Es pequeño, pero jamás había visto peces así
—¿Es eso una invitación cordial?
Will sonrió y se dispuso a llevar su pesca a la cocina, pero Hannibal le detuvo.
—Muchas gracias, yo los tomo desde aquí
Una vez allí Lecter los puso en el lavaplatos y regresó a la sala principal, pero Will ya no estaba ahí. Adivinando llegó hasta el cuarto del castaño, que tenía la puerta abierta. Dentro de él Will se quitaba la ropa mojada.
—¿Has dormido bien, Will?
—De maravilla, ¿por qué la pregunta? —respondió el castaño quitándose el pantalón de pesca, dejando a la vista su ropa interior.
—¿Y no has vuelto a experimentar ese... miedo de hace un tiempo?
—Sé lo que fue —dijo Will con voz seca —Y no, no desde entonces, cosa que agradezco
—Por supuesto —murmuró el canoso dando media vuelta para darle privacidad al castaño y abandonar la habitación.
—Hannibal
—¿Sí, Will?
—Qué dices si... Estaba pensando... —entre las pausas aprovechó para quitarse la camisa, pero para comodidad de ambos llevaba debajo una camiseta —Me gustaría llevar a Brianna a pescar uno de estos días, enseñarle
—... Will
—Lo sé, quizá sea muy precipitado, fue una pésima idea
—No es exactamente lo que iba a decir... Will, ella tiene familia, Brianna debe hacer esas cosas con sus padres todo el tiempo
Will rodó los ojos —No estarás hablando en serio, Hannibal
Lecter sonrió —Está bien, hazlo, sé que le encantaría
—¿De verdad? —la sonrisa inocente de Will iluminó el lugar más de lo que las ventanas podían llegar a hacerlo. Fue una imagen tierna a los ojos del doctor.
—Estoy seguro —respondió mientras daba media vuelta para esta vez marcharse definitivamente.
La tarde continuó sin novedad alguna. El día nuevamente era aburrido como siempre, sin nada que hacer además de leer y disfrutar el delicioso clima. La vida se había vuelto demasiado doméstica para ambos, puesto que no conocían apropiadamente a nadie en la ciudad y no matarían por deporte. La vida debía serle arrebatada sólo a quienes no fueran dignos de ella.
Will recostado de espaldas en su cama y con los brazos detrás de su cabeza se preguntaba de qué estaría escribiendo Freddie en ese momento. El recuerdo le hizo sonreír, no podía creer que de entre todos fuera justamente ella la única que podía cantar una apropiada victoria. Luego cayó en un profundo sueño.
Estaba lista la cena y Hannibal estaba muy contento por el resultado. Observó los platos una vez más y luego observó la puerta, esperando a que Will apareciera por ella. La rutina se había vuelto tal que Graham ya había memorizado la hora de la comida. De todas formas Hannibal siempre cumplía todo en el mismo horario, así que tampoco es que le hubiera costado mucho trabajo. Will, sin embargo, no apareció por la puerta.
Lecter mojó sus labios y dudó en si ir a por él o no, pero finalmente salió en su búsqueda. Llegó hasta su cuarto y le vio tendido en la cama.Lo observó por un instante, casi muriendo de amor.
Con timidez se acercó a la cama, acariciando el quilt con sus dedos mientras avanzaba. Observó con cuidado el cuerpo del dormido desde sus piernas hasta su cuello, apenas aguantando el apetito que la imagen le provocaba. Dios, podría comérselo en ese mismo instante. Cada extremidad, cada músculo y órgano. Podría devorar todo ahora mismo.
Como un vampiro controlando su sed para no morder a su amada, así mismo el caníbal soportó su antojo y silenciosamente se inclinó sobre el cuerpo tendido en la cama. En esa posición cerró sus ojos e inspiró, absorbiendo todo el exquisito aroma que Will desprendía, como si se tratara del más rico perfume sobre la faz de la tierra.—¿Dr. Lecter?
La voz fue como un resorte que le echó bruscamente hacia atrás.
—Will —respondió a secas, avergonzado.
—¿Acabas de... Olerme?
Hannibal tragó saliva sin responder.
—Dios, debes parar con esa... Extraña costumbre —se quejó el castaño sentándose en la cama y pasándose las manos por el rostro —¿Me quedé dormido?
—Es lo que parece —Hannibal respondió frío y comenzó a caminar en dirección a la puerta.
—Espera, quédate —Lecter se detuvo dándole la espalda —Por favor... Puedes sentarte aquí, a mí lado
Hannibal no estaba seguro de si oía bien, así que decidió voltearse para comprobarlo. Al hacerlo vio a un Will sonriente que daba palmaditas en el espacio a su lado.
Obedientemente se sentó sobre la cama, primero con ambas piernas en el suelo, pero un toque de Will en su espalda le indicó que se subiera por completo sobre la cama, así que se quitó los zapatos y lo hizo. Una vez allí se quedó completamente quieto, sin saber muy bien qué hacer. Will le sonrió al techo.—La cena está lista —dijo el doctor para poder iniciar conversación.
El ojiazul no respondió, sino que sin quitar la sonrisa inclinó su cabeza a la derecha y la dejó reposar sobre el hombro del canoso.
—La cena puede esperar —dijo el doctor sonriendo también, y apoyó su cabeza sobre la del castaño.
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𝗠𝘂𝗿𝗱𝗲𝗿 𝗛𝘂𝘀𝗯𝗮𝗻𝗱'𝘀 |TERMINADA|
Fanfiction"Hannibal y Graham sobreviven a la caída del acantilado". Fanfic basado en la serie Hannibal de NBC, protagonistas Hannibal Lecter y Will Graham, interpretados por Mads Mikkelsen y Hugh Dancy respectivamente. Esta historia intenta permanecer fiel a...