𝗠𝘂𝗿𝗱𝗲𝗿 𝗛𝘂𝘀𝗯𝗮𝗻𝗱'𝘀 |TERMINADA|

No juegues conmigo

Mientras caminaban de regreso a la cocina para reunirse con Lecter, Will no podía dejar de preguntarse qué era exactamente lo que sentía por él. Después de todo estaba compartiendo su vida con ese hombre, estaba viviendo con él bajo el mismo techo y lo mínimo que podía hacer era aclarar sus sentimientos de una vez por todas. No sólo comenzó a sentirse en la necesidad de hacerlo sino que de pronto entendió que se lo debía a sí mismo, que era algo que tenía que hacer. Sabía que aclarar en su cabeza lo que Hannibal le hacía sentir era sinónimo de conocerse a sí mismo, pues Lecter ya era una parte de él. Will nunca estaría consciente de quién era realmente si no podía definir sus sentimientos por el caníbal.
Llegaron al fin y ahí estaba él, dándoles la espalda mientras lavaba algunos utensilios. Graham se sentía completamente confundido, casi atribulado. Sin atravesar el marco de la puerta se apoyó en él y de brazos cruzados quedó observando lo poco y nada que podía ver del doctor. Observó su espalda, delicada, pero musculosa, no tan triangular, pero de hombros anchos y fuertes; desde allí bajó hasta su cintura, no estrecha, tampoco cuadrada, y luego sin poder evitarlo su vista bajó hasta la cadera y hasta un poco más abajo. Sin tener completo control de lo que hacía quedó atento a esa vista por más tiempo del que le convenía, sintiéndose totalmente avergonzado cuando una tos de Brianna lo descubrió.

—... Mejores amigos, por supuesto —susurró ella casi inaudiblementr mientras se sentaba a la mesa una vez más.

—¿Disculpa? —Hannibal se volteó de inmediato porque no había alcanzado a escuchar con claridad.

—Nada, señor Hannibal Lecter —respondió sonriente, dejándole en claro que la reciente confesión de Will no la había asustado en lo absoluto. No demostraba ni una pizca de desconfianza o temor, ella se sentía en casa, fueran ellos quienes fueran y tuvieran los nombres que tuvieran. Pero vaya, no tenía idea.

—Ese soy yo —respondió él también con una sonrisa —Pero dime, por favor, no alcancé a escucharte

—Nada, nada... Es sólo que... El señor Bautista, digo, Graham, me dijo que ustedes no son primos, sino que... Mejores amigos

—¿Mejores amigos? —Lecter ladeó un poco su cabeza y buscó a Will que aún estaba apoyado en la puerta, esperando su explicación —¿Es eso lo que somos, Will?

Graham no respondió, sólo se encogió de hombros.

—Quizá lo somos —Hannibal volvió a darles la espalda y dejó correr el agua otra vez —Seremos lo que él quiera que seamos

—Oh, no me dejes como el villano aquí —Will se había enderezado claramente molesto y observaba al doctor desde la puerta —Jamás podríamos ser algo más que amigos porque... Bueno, hay cosas que no puedo dejar ir

Hannibal quedó mudo por un momento.
¿Will acababa de insinuar que podrían ser algo más que amigos? ¿Y a qué se refería con eso exactamente?

—Debes sanar esas heridas Will

—Vale, primero, mírame a los ojos cuando quieras meterte en tu papel de terapeuta y no me des la maldita espalda, y segundo, no puedo sanarlas por completo, "amigo", al parecer sólo cicatrizarlas —comenzó a caminar hacia el doctor que aún no se volteaba —Es difícil olvidar tu pasado cuando está escrito por todo tu cuerpo

—Nunca dije que debías olvidar

—Oh, lo siento doctor, quizá deba dejar que me ayudes con eso, ¿no? Toma, ten un bisturí, oh, es cierto, quizá lo uses para todo lo contrario, ¿debería quitarme la camisa?

Brianna no entendía absolutamente nada, pero disfrutaba de la escena. Sus padres solían discutir todo el tiempo, pero entre esos hombres no se sentía incómoda en lo absoluto, hasta encontraba cierta ternura en la discusión.
Por su parte Will comenzaba a sentirse extraño, estaba acalorándose, había cierto placer en lo que hacía.