Loki y Thor se habían ido por la madrugada. Al parecer, el primero estaba desesperado por irse y alejarse de ahí, de mí. Traté de reprimir la angustia en las primeras horas y fue difícil. Sin embargo, con el pasar de los días logré apartar ese sentimiento y concentrarme en mi nueva vida ahí. Los entrenamientos que tenía con Steve me ayudaron mucho a mantener mi mente en un punto fijo y divertirme practicando con Tony con sus armaduras me hacía reír hasta que me dolía el estómago.
Los días en la torre se hicieron llevaderos, cuando todos salían a misiones me quedaba en mi habitación leyendo o entrenando mis poderes en el gimnasio. Aunque no los manejaba del todo, al menos podía ejercer un campo de fuerza hacia adelante y romper varios tipos de estatuas de papel fingiendo que eran enemigos. Divertida la cosa era que yo, me imaginaba la cara de ese dios asgardiano en uno de ellos y rompía más de dos a la vez.
Steve había llevado a un amigo suyo al que tenían en una especie de claustro, con problemas del gobierno, aunque me pareció más que se trataba de problemas con Tony porque no lo vi por varios días en la torre y cuando volvió pasaba de un lado al otro tan rápido como le fuera posible. No fui capaz de preguntarle si estaba bien, o saber que problemas tenían con ese tal Bucky, pero cuando le pregunté a Nat me dijo que era mejor que no supiera.
Por mi parte, aunque no quería pensar mucho en ello. Terminaba en las noches metida en mi habitación, sobre la cama tratando de leer un libro y no pensar en Loki. Porque aunque habían pasado varias semanas, seguía viéndolo en mis sueños al cerrar los ojos. Seguía esforzándome por no encontrar una manera de llamarlo y que viniera a mí.
Ese día, Tony había vuelto a la torre. Detrás de él venía un par de hombres con cascos de obreros y trajes elegantes. Al verme se detuvo un poco mientras les hablaba a los hombres.
—¡Nesta! — exclamó alzando una mano — espérame.
Asentí, venía mascando una manzana verde de la cocina. Arrastrando los pies como una adolescente deprimida. Me apoyé en el ventanal observando la ciudad. Casi nadie estaba en la torre. Todos estaban en misiones o cosas importantes. Nadie estaba... haciendo nada. Como yo.
Tony hablaba de unos planos y de tener listo el asunto lo antes posible, que dinero no era problema y bla bla bla. Di otro mordisco a la manzana cuando las puertas del elevador se abrieron con Steve y otro sujeto adentro. Me quedé mirándolo con el pedazo de manzana en la boca, no porque me hubiera quedado prendada si no porque me sentía una imbécil. ¿Cómo no haberme dado cuenta de que el amigo del que todos estaban hablando era James Buchanan Barnes? Quería darme contra el concreto.
Amigo misterioso.
Mejor no saber.
Todo está bien.
Claro, como no. Bucky, era Bucky.
Él tenía el pelo largo suelto, la mitad le cubría la cara mientras vestía completo de negro, incluso su brazo de metal estaba cubierto y solo podía verse su mano. Camino al ritmo de Steve y ambos titubearon cuando se encontraron con Tony. La tensión.
Maldita sea la tensión.
Que se sintió en cada poro de mi piel. Las miradas que tuvieron entre los tres eran las miradas más tensas que hubiera visto en toda mi maldita existencia. Si yo había dejado de respirar, podía intuir que Steve, Bucky y Tony no respiraban tampoco. Este ultimo levantó una mano hacia los hombres de traje y les dijo que los iba a llamar luego para que se fueran. Y una vez se fueron, Tony me miró y me llamó con un ligero movimiento de cabeza.
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Fuera De La Dimensión ━ Loki Laufeyson.
FanfictionNadie malo es realmente malo y nadie bueno es realmente bueno, él dijo. No me dejes, no me dejes. Por lo que más quieras no lo hagas, también el dijo. PD: CONTIENE ESCENAS +18