Fuera De La Dimensión ━ Loki Laufeyson.

Capitulo 21:

Rodee mi cuello con sus manos mientras él deslizaba sus manos de Jotun hacia mi trasero ahuecándolo y enterrando sus uñas en mi carne, de sus labios salían jadeos desconocidos para mí que no hacían más que aumentar mi deseo carnal de tenerlo dentro de mí luego; metió las manos bajo mi trasero y separando mis piernas, me elevó sobre su regazo haciendo que por inercia yo rodeara su cintura con mis piernas y entre besos apasionados y calientes me llevó de vuelta al cuarto como si se supiera el camino a la perfección.

Subió las rodillas al borde de la cama y dejó caer mi cuerpo de espaldas, Loki besó mi cuello y me observó desde el lugar de mis pechos, tomándolos con las manos y apretándolos entre sí, luego acercó su boca a uno de mis pechos y lamió y succionó provocando que me retorciera de manera horrible. Después comenzó a bajar por mi vientre con su deliciosa lengua dejando un rastro húmedo hasta mi cavidad sexual, ahí se levantó y tomó mis rodillas elevándolas para darle mejor acceso a ese lugar, primero sentí sus dedos juguetear en mi zona baja sin miedo, sonreía tan picaro y divertido que una sonrisa salió de mis labios cuando lo observé, como un niño me devolvió la sonrisa, separó mis piernas y comenzó besando mis tobillos hasta llegar a mis muslos, cuando su lengua tocó mi intimidad cerré mi boca para no dejar escapar un gemido, Loki se separó para estirar una mano y alcanzar uno de mis cenos.

—No te contengas, no te calles — dijo ronco — quiero oírte gritar.

No me atreví a mirarlo, lo sentí hundirse entre mis piernas de nuevo y automáticamente eché mi cabeza para atrás, arqueando mi cuello con la boca abierta en busca de aire, mis manos tiraban del edredón de seda para poder controlar mi ritmo cardiaco pero –estaba jodidamente perdida-, entre mis jadeos y sus sonidos entre mis piernas me sentía abrumada por el calor que comenzaba amontonarse ahí abajo, Loki metió sus manos bajo mi espalda y empujó mis caderas más dentro de él mientras metía y sacaba su lengua al tiempo que jugueteaba como una serpiente experta y detallista.

—Loki — gemí con los ojos cerrados

—No te contengas — repitió ésta vez, dulce y aterciopelado.

No bastó mucho hasta que dejara nacer mi primer orgasmo, sintiendo mi cuerpo temblar mientras me mordía la lengua, yo sé que él quería que gritara pero –no podía- la vergüenza era mi sistema, a pesar de volverme así de loca, no se terminaba de ir, lo único que pude atreverme a exclamar fue un sonido, un gemido suave acompañado de la sensación pulsante de mi vulva y un descanso, un respiro para mis agitados pulmones.

—Eso es nena — susurró — córrete para mí.

Abrí mis ojos y apoyé el peso de mi cuerpo sobre mis codos, levanté la cabeza y tuve una perfecta visión de él parado a los pies de la cama mirándome mientras se limpiaba mis fluidos de la boca con una mano y con la otra, masajeaba su miembro hacia adelante y hacia atrás preparándose para entrar en mí, pero su mirada me dijo otra cosa que me hizo pensar que las palabras estaban de más; yo quería hacerlo, de modo que no fue un impedimento para mí. Yo lo deseaba, más que otra cosa en ese momento, así que no dudé.

Me senté al borde de la cama mientras él me miraba con ojos expectantes, observé su miembro frente a mi y posé mis manos sobre sus caderas, apretando su trasero con un poco de delicadeza –pero yo estaba perdida, descontrolada- esas cosas solo él me provocaba, moví mis manos al centro de su cuerpo pasando la yema de mis dedos por la comisura de sus marcado abdomen y entonces él quitó la mano de su miembro para darme lugar a mí. Rodee el falo con mis dedos y lo comencé a masajear hacia arriba y hacia abajo mientras me preparaba pare meterlo en mi boca, Loki acarició mi rostro con delicadeza y echó un par de cabellos míos hacia atrás, terminando de formar una coleta con sus agiles dedos y enrredando mi cabello entre sus dedos para afirmar mi cabeza, sonreí como una tonta y entonces introduje su miembro en mi boca, tanteando el terreno y él también, observando mi capacidad, una pequeña arcada salió de mi pero no me detuve – no quería – no podía dejar de hacerlo, cerré los ojos mientras comenzaba saborear la sensación de tenerlo dentro de mí, lamí, mordisque cuantas veces se me dio la mera gana.